- Epílogo

5.3K 325 269
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alaska, seis años después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Alaska, seis años después

- Vamos, no me jodas, ¿no crees que sería una pasada ser una mujer lobo?

Observo a la joven pelirroja ante mí. Desde que la conozco puedo determinar que Kaia es una de las chicas más fantasiosas que he visto nunca; al menos que recuerde, claro.

- Sería una pasada, si no fuera por todo eso de la luna llena, la sed de sangre humana y las garras mortales -respondo con una falsa mueca de terror.

- Ah, pero esos son los hombres lobo terroríficos. ¿Qué hay de los metamorfos adorables con cara de cachorrito que no hacen daño a una mosca y protegen a la humanidad? -dice Dixon dejándose caer sobre el sofá. Percibo una extraña mueca cruzar el rostro de Kaia, aunque desaparece tan rápido que me pregunto si me lo habré imaginado.

- ¿Y esos de dónde salen? -pregunto alzando una ceja divertida, incrédula.

- No sé, juraría que lo he leído por ahí.

- Yo creo que más bien lo has soñado -respondo entre risas.

Su voz nos interrumpe y lo observo fijamente con una sonrisa.

- ¿Ya le estáis metiendo vuestras frikadas en la cabeza a Malory? -pregunta.

Sus ojos azules encuentran los míos y me dedica un guiño.

- Siempre lo intentan. No se dan cuenta de lo imposible de sus cuentos. -Sonrío con suficiencia mientras los miro de reojo, a lo que ambos ponen los ojos en blanco al mismo tiempo. Todos reímos-. ¿Qué traes ahí, cariño? -pregunto observando sus manos con un cuenco grande que posteriormente coloca sobre la mesa de centro.

- Palomitas recién hechas. -Aspira el aroma lamiéndose los labios.

- Dios, gracias, me encantan -digo mientras cojo un puñado.

Brent se sienta junto a mí en el sofá y pasa el brazo por encima de mi hombro. Se inclina sobre mí para besar mi frente, y yo entrelazo mis dedos en su mano libre a la vez que le robo un beso en los labios. Él sonríe ampliamente.

I Equinoccio · 𝓙𝓪𝓼𝓹𝓮𝓻 𝓗𝓪𝓵𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora