Saga Forks I
❝ En Forks todo parece normal.
Escogí este lugar porque podía brindarnos la tranquilidad
que necesitábamos.
Pero lo que entre los verdes bosques se esconde
escapa a cualquier raciocinio humano.
¿Y qué puede hacer una chica como yo
frent...
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Pongo los ojos en blanco cuando Jessica se sienta junto a mí en biología. No es que me caiga mal, no especialmente, pero digamos que su constante verborrea superficial me ha saturado el cerebro por hoy. El señor Banner me acerca el libro y lo deja sobre mi mesa. Se lo agradezco en un murmullo y lo observo. Lo cierto es que nunca he sido mucho de ciencias, lo mío son las letras; lo he sacado de mi padre. Aunque biología también me gusta. Y es completamente necesaria, ya que cuando termine el instituto haré la carrera de veterinaria. Es el sueño de mi vida.
Miro al frente justo cuando Bella entra, seguida de un Mike babeante.
- Mike, ¿necesitas un cubo? -le digo por lo bajo, ganándome una mirada confusa por su parte y una no muy amigable de Jessica. ¿Qué le pasa a esta chica?
Bella camina hacia el señor Banner, pasando por delante de un ventilador que casualmente le agita el cabello castaño oscuro. Esto cada vez se parece más a una película romántica para adolescentes. Él le entrega el material y la chica se dirige al único asiento vacío, junto a Edward Cullen.
- No por ello va a hacerle caso -refunfuña Jessica. Le dedico una mirada consternada. ¿Es qué necesita gustar a todos los chicos? Necesita atención.
Observo de nuevo a Bella con Edward, analizando lo que se convierte en una situación de lo más extraña. Él arrastra la silla, apartándose todo lo que puede, y se tapa la nariz deliberadamente. Edward, qué coño haces, Bella no huele mal. No parece el tipo de chico que se metería con nadie, sin embargo esa reacción no es lógica. Lo miro a él en concreto. Su piel es pálida, incluso para estar en Forks, y unas medias lunas violáceas decoran su párpado inferior. Si no lo tuviese justo delante de mí diría que es un muerto. Bella se huele el pelo disimuladamente, supongo que buscando si es ella la que huele mal. En serio, esta chica tiene un serio problema. Si yo estuviese en su lugar le diría un par de cosas a Edward.
Como leyendo mis pensamientos él me observa, igual que en la cafetería hace unos minutos. Su mirada está cargada de rabia. Tiene un problema conmigo que ni yo misma comprendo. De hecho, ni siquiera estoy segura de que sea un problema real, lo cual me mosquea todavía más. Es una familia de lo más peculiar.
