𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗮 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗩𝗶𝘀𝘁𝗮 || 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚

Capítulo 6.

Sebastián.

Edson se incomodó bastante con la presencia de Sofía,y sinceramente yo también, ella y Mariana eran buenas amigas y desde que terminamos no se cansa de convencerme para que hable e intenté regresar con ella, además esa chica estaba perdidamente enamorada de él pero Edson ni la miraba, se sentía acosado.

- Traes loca a esa chica flaco.- dijo Bruno. Me comencé a reír.
Nos miró fulminante y dio una risa falsa.
- No digas idioteces.- le contestó.

Me preocupe al verla hablando con Valeria y enseguida me volteó a ver a mi.
Al terminar la práctica, me acerqué a Valeria.
- Hola bonita.- dije.
- Hola.- dijo un poco desanimada.
Por la forma en la que me había saludado, supuse que esa tal Sofía le había dicho algo de más.
- ¿Estás bien?.- pregunté.
- ¿De qué me debo de cuidar, Sebastián?.- paso de largo mi pregunta y respondió con otra, estaba totalmente sería. Me tape la cara, negaba con la cabeza.
- ¿Qué fue lo que te dijo esa chica?.
- Que debía tener cuidado si quería salir contigo.- me miró fijamente.- ¿De qué se trata?
- Es sobre mi ex, Mariana, después de que terminamos se obsesionó conmigo y quiere que regresemos.- dije, estaba roca, no hacía ninguna expresión.
- Sebas, aún no estamos juntos y ya hay personas que no quieren que estemos juntos que pasará cuando lo estemos.- estaba asustada y yo también lo estaba, no quería dejar ir a Valeria, la amo y quiero estar con ella.
- Seguiremos juntos.- la tomé de la cara.- no permitiré que nada ni nadie me separé de tu lado.

Valeria.

Tenía miedo, demasiado para ser honesta, no conocía a esa tal Mariana y tampoco sus límites, si quería recuperar a Sebastián podría ser capaz de hacer hasta lo imposible pero al verlo frente a mí, tan convencido de querer estar conmigo me relajó y confiaba plenamente en el.
- ¿Me lo prometes Sebas?.- dije. Me dió un beso.
- Te lo prometo.- sonreímos.
Con aquél beso se había sellado la promesa, nuestra primer promesa.
Todo iba bien, se habían aclarado las cosas con el hasta que...

- ¿Qué demonios está pasando aquí?.- ambos volteámos aterrados.- ¡Contestenme carajo!.- nos gritó mi padre.
- Señor...yo le puedo explicar...- dijo Sebas.
- Te escucho Córdova.- estaba hecho una furia, no paraba a volteárme a ver y después a el. Sebastián estaba nervioso, temblaba y le sudaban las manos.
- Es mi culpa...señor... Valeria no...- le temblaba su voz, tenía lágrimas en mis ojos.
- ¡Claro que es tu culpa! Rompiste mi regla principal y como castigo no puedes jugar hasta nuevo aviso.- le dijo.- ¡Largo de aquí!
- ¿Qué? No...- Sebastián salió con la cabeza baja, no podía jugar y todo por mi culpa.
- Vámonos a casa.- ordenó mi papá, salí hacia el coche molesta con el.
Durante el camino no dijimos ni una palabra, lo conozco y esperaría hasta la casa para terminar con el regaño.

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Al llegar a casa, no saludé a mamá, estaba muy molesta con mi papá.
- ¿Suspenderlo? Que gran entrenador eres.- dije.- No tenías que castigarlo de esa manera.
- ¿En serio me estás reclamando por eso?.- dijo mi papá azotando la puerta.- ¡Rompiste mi regla!
- Una estúpida regla papá.- dije.
- Pues esa “estupida” regla como la llamas tu, no te ha roto el corazón desde César.
- Cuando vas a entender que no todos los jugadores son iguales.- exclamé.
- Te estoy protegiendo Valeria ¡Date cuenta de una vez!
- ¿Protegerme? ¿De quién?.- pregunté sarcásticamente.
- De Córdova.- respondió.
- Por dios papá, Sebastián ha sido lo mejor que me pudo haber pasado.- tenía lágrimas en mis ojos.- Y aunque no te guste, me enamoré perdidamente de el.
Di media vuelta y subí a mi habitación.
Azoté la puerta y me deje caer en la cama llorando, tome mi celular y llamé a Sebastián iba a disculparme por la decisión de mi padre.

Sebastián.

Llegue a casa, desconsolado, pero no por no poder jugar aquello no me importaba en lo más mínimo, más bien por Valeria, sentí una gran impotencia al no poder defenderla.
Mi celular comenzó a sonar, era ella.
- Sebas.- estaba llorando.- Lo siento mucho, por mi culpa no podrás jugar.
- Vale, no te preocupes por eso.
- ¿Cómo que no importa? Es tu sueño.
- También mi sueño es estar contigo.- dije.
- No quiero que tengas problemas con mi papá.- respondió.
- Oye, yo me encargo de eso ¿Ok? No quiero que estés triste ni nada.
- Estoy un poco cansada, dormiré ya. Te quiero.- esa voz dulce que tenía me encantaba.
- Y yo a ti.- colgué el teléfono.

Mañana lucharé por lo que siento, no me importa cometer una locura, jamás imaginé sentir esa sensación, mucho menos después de mi ruptura con Mariana y si de algo estoy convencido es que lo mío con Valeria, fue amor a primera vista.