Capítulo 42.

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Sebastián.

Hoy se juega el partido más importante de todo el torneo, hoy es uno de los partidos más esperados, hoy es el clásico nacional. Es uno de los juegos más importantes para nuestro club.

Cómo en todos los partidos tenía la esperanza de jugar, pero en  lo que más pensaba en ese momento era que Valeria pudiera venir por última vez al estadio antes de que se vaya a Madrid y posiblemente sea la última vez que la vería.

Durante el almuerzo todos nos motivamos y teníamos la confianza de sacar un muy buen resultado para este partido.

Llegó la hora de irnos al estadio, me coloqué mis audífonos y escuché música durante todo el camino y no me los quité hasta que llegué al vestidor para alistarme y salir a calentar.

Pisar la cancha y que el estadio empiece a gritar desde que nos ve, es un sentimiento indescriptible; son personas que hacen un sacrificio enorme por venir a vernos jugar y alentarnos a pesar de todo, las ganas que tengo de traerles alegría son inmensas.

Cómo es costumbre, volteó hacia dónde siempre está ella con la esperanza de que esté ahí, mirándome, y así yo también poder admirar esos hermosos ojos; pero está vez no estaba ahí.

Terminó el calentamiento y el papá de Valeria nos dió las últimas indicaciones previo al partido:

- Hice un cambio de último momento en la alineación.- apenas lo dijo y todos volteámos a verlo.

Mis compañeros yo estábamos a la espectativa de lo que iba a decir, de repente su mirada se dirigió hacia mí comencé a temblar por dentro...

- Córdova, vas de inicio.- dijo así sin más.- Entrarás por Leo.

Inmediatamente lo volteé a ver, me miró con una sonrisa en su rostro e hizo un gesto de que todo saldría bien.

- Bueno muchachos ¡Vamos a ganar este partido!.- nos alentó y fuimos saliendo hacia el túnel.

Yo caminaba pensando en lo que estaba por pasar, jugaría por primera vez y en un partido importante. La idea me hizo sentir aterrado que muchas cosas pasaron por mi cabeza: “¿Y si no lo hago bien? ¿Y si por mi culpa mi equipo se lleva la derrota? ¿Y si aún no estoy listo?” me puse nervioso y más con la idea de saber que Valeria no estaba ahí.

Edson se dió cuenta de lo nervioso que estaba, se acercó a mí y me dijo:

- Ey pecas, esto es lo que siempre soñaste... creetelo.- me dió un amistoso golpe en el hombro.

Salimos a la cancha y el ruido no tardó en hacerse presente, miraba alrededor como si fuera la primera vez que veía el estadio, volteé de nueva cuenta al único lugar del estadio que me interesaba y me llevé una gran sorpresa...a lo lejos vi que  Valeria iba llegando, luciendo hermosa solo como ella sabe hacerlo y aquello me dió la fuerza y la motivación que necesitaba para creerme lo que estaba pasando.

Inicio el partido, el equipo iba decido a la victoria y a llegar lo más que se pueda al arco rival. Toqué mi primer balón y fue increíble, por fin estaba haciendo lo que más me gusta.

Transcurrían los minutos, mandan un balón al centro del área dónde yo estaba, lo acomodo y le pegó haciendo que el balón se metiera en la portería.

El grito de gol se escuchó con tanta fuerza, no podía creer lo que estaba pasando: ¡ANOTÉ UN GOL!
Corrí hacia el tiro de esquina más cercano a festejar y mis compañeros empezaron a llegar a acompañarme.

Después de festejar nos apresuramos a llegar a nuestros lugares de inicio para que él partido se reanudara, miré hacia Valeria y solo sonreí.

El partido estaba muy intenso, casi al final del primer tiempo hubo otra oportunidad: Paul me manda un pase en el aire y antes de que baje el balón le pegó y paso lo inevitable:

- ¡Goool!.- gritó el estadio.

Volví a correr para festejar, mis compañeros me abrazaron y al final Edson se acercó a festejar conmigo, nos dimos un abrazo y me dijo que siguiéramos adelante.

No podía creer lo que estaba pasando, parecía un sueño.

Y así terminó el primer tiempo del  partido, 2-0 a nuestro favor. En el vestidor se acercaron a chocarme la mano por los dos goles que le daban la victoria momentánea a nuestro equipo.
Recibimos las últimas indicaciones y salimos de vuelta a la cancha.

Valeria.

Hoy me desperté muy temprano, en pocos días estaría tomando un avión camino a España. Tomé una ducha, me alisté y comencé a preparar mis maletas para tener todo listo y no dejarlo para el último momento.

Empecé guardando un poco de ropa y algunas otras cosas más. Mientras iba guardando algunas cosas muchos recuerdos iban apareciendo en mi mente.

Anoche hablé con Haret y quedé que iría al partido de hoy, es el último al que iré hasta que mi regreso y sinceramente tengo muchas de ganas de ver a Sebastián por última vez, anhelaba que pudiera jugar este partido y llevarme ese momento para siempre.

Mi madre me avisó que ya era hora de irnos al estadio.
Con mi celular grabé algunas cosas que después las subiría a mis historias de Instagram.
Había un poco de tránsito y me preocupaba de que no llegáramos al primer tiempo.

Finalmente después de todo esto del tráfico llegamos al estadio y apenas iban saliendo los jugadores para que iniciara el partido.

Al ver a la cancha me llevé una sorpresa enorme, Sebastián estaba siendo titular. No pude evitar las ganas de sonreír, estaba muy feliz por el.

Cuando anotó sus goles, los grité con toda mi fuerza, estaba muy orgullosa de el, siempre he dicho que tiene un talento increíble y que va a llegar muy lejos.

El segundo tiempo comenzó y el partido no bajaba su intensidad, el club anotó otro gol.
Mis ojos no paraban de mirar a Sebastián.

Al final del partido cayó otro gol del equipo y así fue como terminó 4-0. Sin duda alguna fue el mejor partido al que he ido.

Mi madre y yo íbamos saliendo del estadio cuando me sugirió que fuéramos a cenar a un restaurante del centro comercial, la idea me pareció fantástica que accedí.

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Cuando llegamos al restaurante no tardaron mucho en atendernos.
No hablamos mucho, en mi cabeza la imagen de Sebastián anotando sus goles estaba presente y sonreía cada vez que aparecían.

- Estuvo muy bueno el juego ¿No crees?.
- La verdad es que si.- contesté.
- Aunque creo que solo te fijaste en un solo jugador...- mi mamá al parecer se dio cuenta que no dejaba de pensar en Sebastián.

Sonreí nerviosa y sonrojada.

- Mamá solo estoy muy contenta por el, merecía jugar.- dije.
- Lástima que no lo vas a ver jugar en mucho tiempo, porque después de hoy estoy segura que será titular.

La sonrisa poco a poco comenzó a desvanecerse, me puso mal que mi mamá me recordara que no lo vería, y se que será aún más difícil despedirme de el.

Durante la cena no dije nada más. Al llegar a casa, me encerré en mi habitación y terminé de preparar mis maletas.

Me puse mi pijama y me recosté en mi cama, tomé mi celular que estaba en la mesa de a lado y busqué el chat de Sebastián.

Intentaba escribirle un mensaje y lo borraba y así paso tres veces, me era imposible enviarle un mensaje sin aguantarme las lágrimas.

Coloqué de nuevo el celular donde estaba y cerré mis ojos hasta quedarme dormida.

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Perdonen no haber actualizado, pero más vale tarde que nunca.

Espero que lo disfruten.❤️

𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗮 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗩𝗶𝘀𝘁𝗮 || 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora