𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗮 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗩𝗶𝘀𝘁𝗮 || 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚

Capítulo 10.

...
- ¿Qué pasa?.- volvió a preguntar, no dije nada solo señale hacia donde estaban Valeria y Mariana, esto era malo, no podían estar juntas.- Ay pecas ahora sí estás metido en un problema.
- No es momento para tus chistes idiotas Edson.- contesté molesto.

Temía que Mariana fuera capaz de decirle algo, amenazarla o no se qué otra locura puede hacerle.

En ese momento debí haber actuado natural y pensar las cosas pero no, me salió todo lo contrario actúe por instinto. Caminé molesto hacia Mariana la tomé del brazo:

- ¿Qué carajos estas haciendo aquí? Por qué estás con Valeria.
- Ay Sebastián me estás lastimando.- la solté del brazo y no tardó en sobárselo.- Así que ella es Valeria.- dio una risa.
- Si ella es y no te le vuelvas a acercar.- dije exaltado.
- Sabes... me gusta cuando te pones así.- se acercó poco a poco a mí tratando de seducirme (es lo único que sabe hacer últimamente, estoy harto) la hice para atrás.
- Lárgate de aquí.

Se dio media vuelta guiñándome un ojo, ya no vi a qué dirección se fue.

Valeria.

Me quedé sorprendida por la reacción que tuvo Sebastián al verme con esa chica, no tenía ni la más mínima idea de quién podría ser.

Sebas regresó a dónde estaba, lo mire confundida necesitaba una explicación.

- ¿Por qué te pusiste así? ¿Quién es esa chica?.- no me contestaba, no paraba de rascarse la nuca.- Contéstame.
- Es Mariana, mi ex.- me quedé anodadada.- Está loca y obsesionada conmigo, tengo miedo de que te haga algo.

Entendí la postura de Sebastián, estaba aterrado y yo también, no sabía de qué podría ser capaz de hacernos si el y yo llegamos a estar juntos.

- Hey Sebas.- no me miraba.- Mírame por favor.- lo tome de la cara obligándolo a que me viera.- Tranquilízate ¿Si?.
- No se que voy a hacer si un día te llega a pasar algo bonita.- me dijo.
- Mientras este contigo no me pasará nada.- le di un beso en su mejilla repleta de esas hermosas y cautivadoras pecas.

En seguida me dio un abrazo, su corazón latía con fuerza, mi piel se erizó... Es un sentimiento inexplicable el encontrar una persona que va a la misma sintonía, encontrar a una persona como Sebastián fue lo mejor de mi vida confío plenamente en el y se que no me va a fallar.

Sebastián.

- ¿Quieres que te lleve a casa?.- preguntó.
- Mi papá me está esperando en el auto.- respondí.
- Bueno, te parece si nos vemos en mi departamento como a las 7.- le pregunté sin saber que Mariana estaba escuchando.
- Me parece perfecto.- nos dimos un beso.- Nos vemos al rato entonces.

Salió hacia el estacionamiento y yo hacia el vestidor, Bruno y Edson seguían ahí.

- ¿Te fue bien pecas?.- preguntó Edson.
- Si.- comencé a quitarme la playera para irme a duchar.
- ¿Qué harán está noche?.- preguntó Bruno.- Vamos a dar una vuelta ¿No?.
- Me parece buena idea.- le siguió Edson.
- Yo no puedo.- dije.
- ¿Y eso?.- preguntó Edson.
- Cenaré con Vale en mi departamento.
- Por fin le vas a pedir a esa chica.- dijo Bruno.
- Si, me gusta que sea algo íntimo un momento para nosotros solamente.

Después de todo lo que pasó el día de hoy, me hizo darme cuenta que ya no debo esperar más tiempo, está noche lo haré oficial...Valeria será mi novia.

- Pues mucha suerte pecas.- me dijeron.

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Salí rumbo a mi departamento para preparar todo para mí cena con Valeria, quería sorprenderla por completo.

Valeria.

Le conté a mi mamá sobre mi cita con Sebastián, por suerte me dio permiso, mi padre también pero no muy convencido.

No sabía que ponerme, miraba una y otra y otra vez mi armario hasta que finalmente me decidí por un vestido corto color negro, medio arregle mi cabello y baje a la sala.

- Te ves hermosa hija.- dijo mamá.- Estoy segura que hoy si te pedirá.
- Ay mamá eso espero.- dije nerviosa y ansiosa.
- Pues espero que no se vaya a pasar de listo.- dijo mi padre serio.
- Papá claro que no, Sebastián es muy respetuoso.- dije.- Bueno me voy.
- Ey, espera. Yo te llevaré.- papá se levantó de un salto del sillón.
- No papá me llevaré el auto de mamá.
- Pero...
- Ay Rodrigo ya dejala ir que se le hace tarde.- dijo mi mamá.- Ya sabe cuidarse sola.
- Está bien, con mucho cuidado.
- Si papá.- le dí un beso en la mejilla, tomé las llaves y salí de casa.

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Llevaba más de media hora conduciendo y no daba con la dirección hasta que por fin llegué.

Subí por el elevador hasta llegar al piso de Sebastián. Toqué el timbre.

Sebastián.

Terminé de preparar la cena, acomodar la mesa y un pequeño detalle para esta noche tan especial.

Escuché que tocaron la puerta y supuse que era Valeria.

- Hola bonita.- le di un beso.
- Hola.- la tomé de la mano invitándola a pasar.

Se sorprendió al ver qué preparé la cena.

- ¿Cocináste?.
- Si bueno...hice el intento.- nos reímos.- ¿Quieres probar?.
Asintió.
Nos sentamos (obviamente ella primero y después yo) y le serví un poco de la pasta que había preparado.

- ¿Te gustó?.- pregunté ansioso.
- Mmm...- hizo una mueca y después comenzó a reírse.- Si, si me gustó. Esta muy rico.
- Que mala eres.- me reí yo también.- es receta de mi mamá, solía prepararla cuando yo era niño y me encantaba.- dije.
- Bueno entonces tú mamá estaría muy orgullosa y no solo por cómo cocinas... también por el increíble hijo que tiene.

Aquellas palabras me conmovieron bastante la manera en como lo dijo y el cómo me miraba provocaba que cada palabra que salía de ella llegara hasta lo más profundo de mi corazón.

Seguimos cenando, hablando de todo un poco y conociéndonos un poco más, mientras transcurría el tiempo no dejaba de pensar en lo afortunado que soy y ya no puedo esperar más, este es el momento para pedirle que sea oficialmente mi novia.

Me levanté, recogí los platos y los lleve a la cocina y aproveche para traer el detalle que consistía en un anillo... Pero no de compromiso más bien era un anillo de promesa.

Me acerqué poco a poco a ella, temblando:

- Vale yo... Jamás me cansaré de agradecer al mundo por haberme dado la oportunidad de conocerte, aunque de una manera muy peculiar.- nos reímos.- Solo sé que desde el primer momento en que te vi me enamoré perdidamente.

Me acarició mi mejilla suavemente con sus delicadas manos.

- Asi qué quería saber si... si tú...- todo iba bien, estaba apunto de hacer esa pregunta, esa pregunta tan esperada, hasta que...