Capítulo 46.

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2 meses después •

Sebastián.

Hace unas semanas en el partido contra Querétaro el entrenador de la selección mexicana vino a ver el partido para seleccionar a los jugadores que estarían en su convocatoria para el próximo partido amistoso.

Cuando el papá de Valeria nos avisó de aquello, jugue como nunca porque jugar en la Selección es un sueño y no solo para mí, sino para cualquier futbolista que tiene la ilusión de representar a su país.

En aquel partido di todo de mí para poder estar en consideración del entrenador del Tri.

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Estábamos en casa de Edson haciendo un asado con Haret, Bruno y otros compañeros del equipo. Pláticabamos sobre la convocatoria. Me aparte de los demás para atender una llamada de Valería:

- Hola bonita.- la saludé.
- Hola.- respondió seria.
- ¿Amor estás bien?.- le pregunté al notar su seriedad. No me contestó.- ¿Vale?.
- Si, si estoy bien.- respondió.- Se escucha ruido, ¿Estás solo?.
- Estoy en casa de Edson con algunos compañeros pasando el rato.
- Que bueno, oye mi papá me dijo sobre la convocatoria de la selección.
- Si, estoy muy nervioso. Nos vinieron a ver el partido pasado, espero que si me consideren.- respondí emocionado.
- Estoy segura que si amor, has trabajado muy duro y te lo mereces.- me dijo.
- Gracias bonita pero no me quiero hacer falsas esperanzas.- contesté.- ¿Y tú amor? ¿Qué tal la universidad?.

Cuando dije eso se quedó callada y eso me deje intranquilo, hay algo que no me está diciendo y la conozco y se que  no está bien.

- ¿Segura que estás bien?.- volví a preguntar.
- Si Sebas...oye tengo tarea por hacer hablamos luego.- dijo.
- Está bien, te a...- cortó la llamada.

No estaba bien, lo sé pero no me dijo nada más, la noté muy extraña.
Regresé con los muchachos pensando en ella, la verdad es que si me dejó bastante intranquilo, lo mejor será que no me imagine lo peor.

Durante el resto de la comida estuve como si nada hubiera pasado pero por dentro la cabeza no dejaba de darme vueltas. Poco a poco los chicos se fueron yendo.

Yo también estaba a punto de irme pero Edson me detuvo en la puerta:

- ¿Todo bien Sebastián?.
- Si.- respondí de inmediato.
- Sabes puedes engañar a todos los demás pero a mí no, soy tu mejor amigo y te conozco.

Rodeé los ojos.

- Era Valería la que me llamó hace rato.- dije.
- ¿Y? ¿Esta bien?.- preguntó.
- Si... bueno no sé, ella me dijo que lo estaba pero la escuché muy extraña.- contesté con un suspiro.- Hay algo que no me está diciendo...
- A lo mejor está estresada con la universidad y sus tareas.- me dijo.
- Si tal vez pero hay algo más.
- Antes de que empieces a imaginarte algo que no es, dale un tiempo y ya después le preguntas con más calma.
- Tienes razón.- respondí.
- Yo siempre la tengo.- nos reímos.

Me despedí de el y me fuí a mi casa.

Valeria.

Cuando estaba en la universidad me mandaron llamar de la dirección. Tengo que admitir que si estaba un poco nerviosa.

Toqué la puerta antes de entrar, me senté en la silla que estaba frente al escritorio, me sorprendí cuando vi a Mónica ahí...¿Acaso se habrá acabado? ¿Tengo que regresar ya?
Por fortuna no era así, al contrario me dieron la oportunidad de quedarme a terminar el curso, solo si yo quería.
Eso significaba que no volvería a México.

- ¿Qué dices Valeria?.- me preguntó Mónica.
- Ah...yo...- no sabía que responderle.
- No tienes que contestar ahora vale, piénsalo pero solo tienes dos días.- me dijo el director.

Asentí con la cabeza.

Salí de la oficina con la cabeza dándome vueltas, si le digo esto a mis padres de seguro me dirán que tome la oferta que me acaban de ofrecer, y la verdad es que no suena nada mal pero... No volvería a ver a Sebastián, que por cierto no se cómo decírselo.

Al final de clases, caminé un rato para despejar mi mente y pensar bien las cosas. Mi corazón estaba dividido, ¿Aceptar o rechazar? No sabía que hacer, tengo miedo de que si me quedo lo mío con Sebastián no funcione, de por sí ahora es complicado si me quedó definitivamente lo será el doble y tengo miedo de que se complique aún más.

Me senté en un banco en la plaza, miraba hacia la nada cuando mi celular comenzó a sonar: era Sebas. Aún no estoy lista para decirle así que debo disimular.

Traté de escucharme lo más feliz que se pudiera para que no sospechara nada, para romper un poquito el hielo le pregunté sobre la convocatoria para la Selección Mexicana, me ponía muy contenta que esté cumpliendo su sueño, pero aún así no dejaba de preguntarme si estaba bien y le mentí.
Ya no podía soportar más que mejor decidí acabar con la llamada:

-  Oye tengo que hacer tarea, hablamos luego.
- Si está bien, te a...- corté la llamada de inmediato.

No quiero dejarlo, no otra vez. Estoy cansada de que el y yo no podamos estar juntos.

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Regresé a mi habitación, me dí una ducha y me puse ropa cómoda. Estaba vez no quería bajar al restaurante así que mejor pedí Room Service.

Mientras estaba comiendo una llamada volvió a entrar a mi celular, anhelaba que está vez no fuera Sebastián no soportaría mentirle otra vez. Por fortuna era Haret, di un suspiro de alivio y contesté:

- Hola Vale.
- Hola Haret.
- ¿Cómo estás? ¿Todo bien?.- preguntó.

Tal vez a Haret pueda contarle, es mi mejor amigo y podrá darme un consejo para ayudarme a decidir correctamente.

- La verdad es que no.- respondí.
- ¿Qué pasó?.
- En la universidad...me ofrecieron quedarme a terminar mi curso.
- Wow, Felicidades.- realmente me hubiese gustado tomar la misma actitud que él.
- Haret no se si aceptar.
- ¿Bromeas? Es una oportunidad muy grande.- me dijo.
- Si acepto no volveré a México, me quedaré a vivir aquí definitivamente.- dije y parecía que su emoción se iba diluyendo.
- Oh, vaya no pensé en eso.- se quedó callado un rato.- Supongo que ya le dijiste a Sebastián.
- No, no le dije nada porque no sé que hacer sabes. Tengo solo dos días para pensarlo.
- ¿Tú quieres quedarte?.
- No lo sé Haret, no me estás escuchando.- dije rompiendo en llanto.- No se que hacer.
- Claro que te estoy escuchando Valeria, deberías tomar el mismo criterio por el que te fuiste.
- Pero ¿Y Sebastián?.- pregunté.
- Bueno en ese caso debes elegir lo que tú corazón diga.- contestó.- Aunque si fuera por mi yo hablaría con el sobre esto.

Odio cuando tiene razón, no quería hablar con el hasta que tuviera una decisión tomada pero lo mejor es que está decisión sea de los dos.

- Mañana hablaré con el.
- Está bien.
- Gracias Haret.- dije.
- No tienes que agradecer, para eso estoy.

𝗔𝗺𝗼𝗿 𝗮 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗩𝗶𝘀𝘁𝗮 || 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora