33. Ignorar a quien amas

679 43 33
                                    

Shawn PDV:

Desperté al día siguiente después de aquella rara noche con Njord. ¿Que mosca le había picado? La reacción que tuvo no fue normal, parecía que le repelía, que le dejaba de gustar. Tendré que preguntárselo.

Me levanté, fui a la cocina, me preparé un café y fui hacia la ventana más cercana, abrí las cortinas de par en par y dejé que la luz solar iluminara mi habitación. Ese momento de relajación matutino era muy agradable, la luz del sol, un buen café, la única molestia de los calzoncillos, rascarse el culo... Vamos lo que una mañana normal y corriente en la morada de Shawn Froste. Acabé mi café y me vestí con mi camiseta blanca y mis pantalones verdes para empezar un nuevo día en mi rutina diaria.

Salí de mi habitación y cerré la puerta con llave cuando de repente oí el abrir de una puerta tras de mí, era la puerta de la habitación de Njord. Salió y nos miramos mutuamente.

- Hola entrenador... - me dijo cabizbajo.

- Buenos días, Njord. - le dije con una gran sonrisa.

Él ni me miró, siguió adelante y entró en los baños. Yo también entré detrás de él, me puse en el inodoro que estaba a su lado pero no le dirigí la palabra, quería que lo hiciera él primero. Terminó de orinar, tiró de la cadena y sin decirme nada se fue. Ni me miró a la cara.

No quise seguirle porque parecería que le estaba acosando y no me gustaría que la gente tomase esa imagen de mí. Terminé de orinar y me lavé las manos en los lavabos que habían a mi lado. Bajé al patio y me dirigí a la sala de profesores, cuando bajé todos me preguntaron por Njord. Yo les dije que se encontraba bien y que no tenían de que preocuparse. Empezaron las clases y todo el mundo se fue a sus respectivas aulas para empezar otro fantástico miércoles.

Yo no tenía nada que hacer, solo esperar para ver como pasaba el tiempo, la verdad es que mi vida es bastante aburrida. Yo siempre he sido alguien muy solitario, desde que ocurrió el accidente de mis padres y mi hermano Aiden (que en paz descansen) apenas he confiado en nadie. La gente me miraba con pena, pero nadie se atrevía a decirme nada. Apenas he tenido amigos de verdad en los que confiar y nunca he sido muy popular entre los alumnos de mi edad. Me pasaba los días solo y de vez en cuando dando patadas al balón y hablando con mi hermano a través de una bufanda. Que paranoia, ¿verdad? Luego cuando vieron que yo, Shawn Froste jugaba a nivel mundial todo cambió, la gente quería que estuviera en sus grupos, que fuera su amigo... Pero yo no caía en eso, lo hacían por simple popularidad, y yo no era un juguete. La verdad es que siempre me ha gustado estar solo, dentro de mi pequeño mundo lejos de la realidad... Solos yo y de vez en cuando, Aiden. Que hablando de él, hace tiempo que no sé nada sobre su "vida".

Fui a mi habitación, cerré la puerta, cogí la bufanda, me senté en el sofá y me la puse al cuello.

- ¡Shawn! - se oía una voz dentro de mi cabeza.

- ¡Aiden! ¿Cómo te va? - me decía a mi mismo.

- ¡Pues como quieres que me vaya! Ya sabes que parte de mí eres tú...

- Sí, Aiden. Ya lo sé. - le dije interrumpiéndole.

- ¡Ah! Es que pensé que ya se te había olvidado. - Rió en mi cabeza.

- No, tranquilo.

- ¿Y tu qué? Otro fichaje por lo que veo, ¿no? - yo me puse rojo al oír eso.

- No sé de qué me hablas... - le dije intentando borrar a Njord de mi mente.

- Anda, no te hagas el loco que ya sé lo que pasa. Teóricamente, yo también lo he vivido jajaja.

- Calla, anda. - le dije cogiendo la bufanda con fuerza.

Una Fría AventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora