31

289 42 2
                                    

Kuchel veía con sorpresa a Eren, el castaño morida su labio mientras retorcia una servilleta en sus manos.

Kuchel: Dios mío.

Eren: Lo mismo pensé cuando lo vi.

Kuchel: Yo no sabía que regresaría.

Eren: Habló con Alois.

Kuchel: ¿Qué?, ¿el le dijo que es su padre?

Eren: No, Alois dijo que Aina los presentó, soy tan idiota, no recordé en ningún instante el nombre de la hija de esa mujer, ahora la niña y Alois son amigos.

Kuchel: Cielos, dios mío, aplaca tu irá y tú rigor.

Eren: No se que karma cargo, pero es uno feo, nuestro engendrito los invito a su fiesta, ¿que haré?

Kuchel: Eren, tienes que estar tranquilo, se que es difícil, pero no dejes que te afecte verlo.

Eren: Han pasado cinco años y aun me pone mal.

Kuchel: Lo se, pero, ese día no estarás sólo, estaré ahí para poner en su lugar a mi retoño si es necesario.

Eren: Gracias, sólo espero que nada arruine la fiesta de mi niño.

Kuchel: Todo saldrá bien.

Eren asintió, su plática se desvió de el tema principal cuando Alois apareció en la cocina con un gatito entre sus brazos, aunque los adultos intentaron negarse a que el niño adoptará al animalito, terminaron cediendo al ver la mirada a la que nunca podían decir que no.

Eren: Tu limpiaras sus gracias, lo cuidaras y alimentaras.

Alois: Gracias papi, cuidaré bien a Pompón.

Eren: Lo se.

Alois sonrió mientas tocaba con cariño las orejitas de su gato, Eren sonrió al ver feliz a su niño.

No es amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora