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Taiki estaba nervioso, los niños habían comenzado a salir, las madres que recogían a sus hijos no dejaban de mirarlo y cuchichear, estaba por entrar a su auto cuando la voz de Alois lo detuvo.

Alois: ¡Taiki!

El niño corrió hacia el, Taiki lo atrapó riendo al ver las mejillas sonrojadas del mejor y la enorme sonrisa en el infantil rostro.

Taiki: ¿Cómo estás?

Alois: Muy bien.

Taiki: Vamos por tu papá, los llevaré a comer.

Alois asintió, subió a la parte de atrás del auto.

Eren miraba a su médico, el hombre evitaba reír al escuchar al castaño.

- Así que...

Eren: Sí.

- Cambiaré tus anticonceptivos, o si los quieres suspender...

Eren: Sólo dame el medicamento, tú tonto irracional y molestó idiota.

- Que genio, bien haré tu receta.

Eren suspiro, en cuanto tuvo la receta en sus manos salió del consultorio, al salir pudo ver a Taiki recargado en su auto esperando por el, Eren morido su labio al ver que ese día como tantos otros  Taiki se veía bien.

Taiki: Hola.

Eren: Hola.

Taiki: Alois espera.

Eren: Entonces vamos.

Alois comía encantado el postre que Taiki había hecho sólo para el, el azabache sonrió al ver que al niño le había encantado su nueva creación, Eren suspiro al ver a su hijo y ahora pareja.












No es amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora