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Alois miraba a su padre, Eren se probaba diferentes prendas de ropa haciendo una mueca cuando alguna no le gustaba.

En cuanto el pequeño retoño de el castaño escuchó el timbre no dudo en salir corriendo para abrir,  ya habría tiempo para preguntarle a su papi porque se veía tan feliz últimamente.

Cuando el pequeño abrió la puerta no dudo en lanzarse a los brazos de Jean.

Alois: Tío.

Jean: Mi engendrito, ¿como estás?

Alois: Bien, feliz de dormir en tu casa el sábado.

Jean: Nos vamos a divertir mucho, Marco compró un nuevo juego de mesa.

Alois: ¡Genial!

Jean: ¿Y tú papi?

Alois: En su habitación, sabes, actúa raro.

Jean: Es raro.

Alois sonrió, siguió a Jean hasta la habitación de su padre, los dos se sorprendieron de ver al castaño abajo de un montón de ropa.

Jean: ¿Todo bien?

Eren: No, no tengo la menor idea de que utilizar el sábado.

Jean: ¿Evento importante?

Eren: Algo así.

Jean: Bien vamos de compras, así me cuentas que te pasa, ¿Que dices?

Eren: Bien.

Jean veía a Eren, el castaño estaba tan sonrojado que parecía una manzana.

Jean: Te gusta.

Eren: N-no.

Jean miro a su amigo, tocó sus oídos sabiendo que mentía.

Jean: Te gusta, y si lo niegas juro que te golpeó.

Eren: Tal vez me gusta un poco.

Jean: Eren, eso es genial.

Eren: Jean, baja la voz.

Jean miro al pequeño Alois, sonrió cuando desde los juegos el pequeño azabache lo saludó.

Jean: ¿Levi lo sabe?

Eren: Sabe que salí con alguien, pero no sabe que me gusta.

Jean: ¿Como se llama?

Eren: Taiki, a quien por cierto veré el sábado.

Jean: ¿Es guapo?

Eren: Tiene lo suyo.

Jean miro al castaño, sonrió al verlo avergonzado.

Jean: Eren, con esta nueva información me queda claro algo, debes verte más que bien  el sábado.

No es amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora