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Estaba nervioso y lo aceptaba, el lugar estaba lleno de gente, cuando por fin pudo entrar uno de los meseros lo detuvo.

- Sigame por favor.

Eren miro al mesero, camino detrás de él hasta llegar al centro de el restaurante, ahí Taiki lo esperaba.

Taiki: Llegaste.

Eren: Sí, todo está muy lindo está noche.

Taiki: Lo está.

Taiki miro a Eren, esa noche sin duda el castaño realmente se veía bien, tanto que no pudo evitar sentir celos de quien se atrevía a mirar al castaño.

Eren sonrió, tomo la mano de Taiki cuando este la extendió, los dos caminaron hasta la mesa que con anticipación el azabache había preparado sólo para el castaño.

Quedaban pocas personas en el lugar, Taiki estaba más que feliz al ver que todo había salido bien, Eren se mantenía a su lado mientras despedía a unos cuantos conocidos.

Taiki: Perdón, son conocidos de mi abuela y padre.

Eren: Esta bien.

Taiki: Debes estar aburrido, literalmente está noche no pudimos hablar mucho, y ahora te hago acompañarme mientras despido gente.

Eren: Esta bien, de verdad, estoy acostumbrado a esto.

Taiki sonrió, después de despedir a los últimos conocidos de su padre tomo la mano de el castaño, Eren siguió en silencio al azabache hasta que llegaron a una parte de el restaurante que no conocía.

Quedó maravillado al ver el hermoso jardín adornado por una fuente al centro y varios árboles pequeños.

Taiki: ¿Te gusta?

Eren: Si.

Taiki: Me alegra escuchar eso.

Eren: Eres toda una caja de sorpresas.

Taiki: Aún guardo algunas bajo las mangas, por cierto, ¿probaste el postre?

Eren negó, Taiki lo miro por un momento antes de salir de el lugar, Eren suspiro, recorriendo un poco el jardín llegó a la fuente, ahí tomo asiento para jugar con el agua.

Taiki regresó con un pequeño plato en las manos, se acercó al castaño quien tomo el plato en cuanto el azabache se lo dio.

Taiki: Recuerdas que dije que haría un postre inspirado en ti.

Eren asintió, miro la rebanada, no dudo en probarla, sonrió al comprobar que era más deliciosa de lo que se veía.

Eren: Es perfecta.

Taiki sonrió, acercándose al castaño limpio su labio.

Taiki: Me alegra que te guste.

Eren trago con dificultad, tenía a Taiki tan cerca que podía ver un par de lunares en su rostro, uno en el labio y otro debajo de el ojo derecho, pudo contemplar también el perfecto color miel de sus ojos.

Taiki: Eren.

Eren: T-Taiki.

El azabache se acercó un poco más, uniendo sus labios con el castaño en un suave y delicado besó.

No es amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora