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Taiki intentaba consolar a Eren, el castaño se aferraba a el mientras lloraba.

- No llores mocoso, llenas de mocos a tu amigo.

Eren: N-novio.

- Lo que sea, no llores.

Eren: T-tu si eres cruel bruja, p-primero dices que vas a morir, me haces llorar y ahora me pides no llorar.

Taiki suspira, limpia las lágrimas del castaño, mira a los niños quien aún juegan ajenos a todo.

- Lo siento.

Eren: Esta bien, supongo.

- Supongo, sabes siempre te he tenido envidia, tienes una luz propia difícil de apagar.

Eren suelta un suspiro entre cortado por el llanto, se aferra más a Taiki mientras escucha a quien por mucho tiempo detesto.

- Lamentó haber intentado quedarme con ese malévolo enano.

Eren: P-podrías decirme por qué, el jamás me ha dicho.

- ¿Recuerdas el tiempo que pasabas poniendo más atención a la escuela que a el?

Eren: Sí.

- Fue en ese momento que nos conocimos, llegue a la empresa para sustituir a la secretaria de recepción, yo escuchaba de ti por las otras secretarias, llegue s verte unas cuantas veces, lo que pasó fue una ocasión en la que ustedes pelearon, el había bebido y lo demás pasó.

Eren: Vaya.

- Lo se el y yo somos horribles.

Eren: No es así, las circunstancias se dieron, sabes, por años, por años los deteste, sólo pensé  en mi dolor sin conocer la causa.

- Aun así lo siento.

Eren: Esta bien.

- Se que no debería pedir algo, mucho menos algo como esto pero, cuida y llena de amor a Aina, le hará falta alguien que la quiera.

Eren miro a la mujer, el llanto se hizo presente de nuevo, Taiki sólo lo brazo de nuevo

No es amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora