Llegamos al centro de rehabilitación justo a la hora de la charla. Bueno, unos quince o veinte minutos antes… Daba miedo pensar que en cualquier momento, podía aparecer un drogadicto y hacer algo muy raro. También daba miedo pensar en la cantidad de gente que por allí había pasado… Sin embargo, nos atendió una chica joven y bastante simpática. Aunque ver a la gente esperando no era algo muy agradable: era loco pensar en el efecto que tenía en el sujeto el hecho de que un familiar haya caído en las drogas; o el ver a una chica anoréxica, por dar otro ejemplo…
Tamar se puso en un sofá mientras abría una revista. En la tapa tenía: “SI BIEN ENTRAR ES MUY FÁCIL, SALIR DIFÍCIL PERO NO IMPOSIBLE”; todo ese genial eslogan y escrito en mayúscula... Andá a saber a quién le sirve el leer algo así... Ginebra se sintió incómoda al acordarse de algo: ella también lo había sido, y
–lo cierto–, es que fue toda una osadía el salir el adelante… Le pregunté a la preadolescente de qué era la revista, Tamarindo me respondió que no había nada interesante. Por ende, la agarré y le di una ojeada: eran casos de narcóticos superando sus problemas. Todos con imágenes y explicaciones del efecto que esto había causado en sus parientes… básicamente funcionaba como una inmensa catástrofe…
—¿Qué pensás? —musitó la rebelde. Yo no me podía creer que me hiciera esa pregunta.
—¿Te acordás de una vez que te vine a buscar; estabas tan pálida que parecías un CADÁVER?
—Siendo honesta para mí fue una buena experiencia… si no lo cierto es que no sé si serías psicóloga…
—No recuerdo la relación, explicate mujer.
—Había un pibe con el que yo tenía sexo en ese tiempo… —No me podía creer que lo dijera educadamente— Vos le empezaste a preguntar un montón de cosas... y al fin resulta que su papá los había abandonado…
—¡Bueno supongo que siempre serví para esto! —respondí súper tensa y llamativamente nerviosa.
—¡No sé Lu yo creo que sos más madura!... ¡A pesar de ser virgen entendés más el sexo!
—¡¿PERDÓN?! —exclamé ya fuera de mis casillas— ¡Yo no entiendo de qué hablás o por qué lo decís!
—Es medio complejo ahora que lo pienso. Pero tus “meditaciones” me inspiraron a verlo de otra manera… —Se refería a concentrarme en la pasión de mi cuerpo: pues yo creía que el placer no se obtenía bruscamente— ¡Eso además de que pensás que hay que preguntarle al otro bien qué es lo que le gusta en el terreno sexual!
Pateé a mi mejor amiga por debajo de la mesa. Tamar no se pudo aguantar la risa al notar la reacción del resto. Mientras que Ginebra –por su parte– rodó los ojos indignada: según ella no era algo que debiera de esconderse. Esperamos un largo rato cuando por fin nos llamaron; así que fuimos desesperadas y corriendo hacia la sala (porque se nos había acalambrado todo el CULO).
Les dije que esperaran afuera aunque ellas quisieron entrar. Así que insistí con que no tenían razón para involucrarse, logrando que ellas supusieran que se trataba de algo más. No obstante, lo cierto es que tenía miedo de ir sola; y no sabía la causa de esto al menos de forma consciente. Por consiguiente, nos metimos en lo que parecía el salón de una secta: todos con alta cara de locos y por hacer un ritual…
La rebelde se sentó cuando todo se puso negro –por lo menos para ella, pero todos nos dimos cuenta–. Literalmente… Literalmente se comió las uñas como si no hubiera un mañana… Juro por Dios que finalmente casi se queda sin dedos: un modo extraño de controlar el estrés por lo menos…
Nos presentamos con nuestro nombre y la razón del encuentro; luego lo hicieron –por ende– el resto de los invitados. Bueno lo cierto es que una chica fue introducida por un chico… al parecer su mamá le daba un poco de vergüenza…
Tuve la intención de decir algo aunque un adicto me interrumpió.
—Yo empecé a consumir cuando era un tonto adolescente… Me iban a aceptar en un grupo y quería ser recibido... Así que di una calada y desde ahí no hubo retorno… —Lo interrumpí al notar el gran defecto en su discurso.
—No, tonto no. Medio inmaduro quizás… Pero eso no está relacionado con criticarse. Además la inteligencia no se mide por eso… Tal vez creas que el problema tiene que ver con dejarse llevar por el resto. Sin embargo, lo cierto es que pasa más bien por cómo te ves a vos mismo… Aunque no te quiero analizar, ese no es mi trabajo…
—Supongo que sos psicóloga. Digo, luego de eso… Aunque tu ciencia no es algo en lo que yo crea con todas mis fuerzas… Pues para mí es un engaño, una estafa inminente; un lugar en donde uno solo va a perder el tiempo… No obstante admito que tu apreciación tiene algo de cierto… ¡Pero no pienso ir al psicólogo, no es algo que a mí me sirva!
—Historia larga corta: sí es una ciencia, más o menos exacta. No hay sentido en discutirlo, como vos “no creerlo”… Ahora bien, mi comentario es bastante correcto; y no sé vos qué escuchaste con esos grandes oídos, pero yo no dije nada sobre que fueras a terapia… Además hay un montón de corrientes psicológicas, si tu mamá te lo pidió yo que vos le haría caso: todo el mundo sabe que no hay gente más sabia que las mismísimas madres…
—Sí Mati tiene razón, deberías aceptarlo… —Todos miramos a la mujer con los ojos muy bien abiertos— ¡Si bien sé que de chiquita yo tampoco creía; ahora admito que me fue de una ayuda increíble!
—¡Muy chiquita no eras, me tuviste a los treinta!
—Tal vez no se refería a chiquita en lo físico. Puede ser que de mente siempre fue una pequeña...
—¡POR LA VIRGEN DE LUJÁN, esta chica es una GENIA!... ¡Me costó un poco madurar, lo admito; pero ahora por fin ya toda soy una adulta!
—No soy católica. Lo lamento.
—¡Pero si yo no dije nada de que fueras católica!
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Maldita reina de Francia: una obra sublime (Sin editar)
Teen FictionLucía Cavera es la típica chica nerd. Estudia Psicología en la U.B.A y pues tiene un pequeno problema particular con la ansiedad... y también con el bullying....... Pasa algo que la va a cambiar para bien (asi haciéndola madurar de una buena vez): p...