Capítulo 43

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De repente me dieron ganas de sacar a mis títeres… Así que fui a la valija y la abrí torpemente; luego caí al piso y me reí del que yo fuera tan ESTÚPIDA… Pues esta estaba sobre una silla, y le pifié con el cálculo. No sé si estaba en mis cabales, aunque al menos no me había herido. Por consiguiente, abrí la tapa y comencé a sacar mis cosas: muchas mayas (¡Sí, había un jacuzzi!); además de otros artilugios como pinta labios y maquillaje. Luego una blusa, un nuevo diario: en fin, lo normal… Digo lo normal para una chica con problemas mentales… Agarré el diario nuevo que había comprado en el aeropuerto (¡Ups! Lo lamento por el “acto fallido”); acto seguido lo dejé y tomé mis muñecos… No estaba segura de qué realmente estaba a punto de escribir. No estaba segura de qué realmente era lo que estaba pensando… Pero en definitiva: los usé para jugar… Había uno blanco, uno rosa, uno azul, uno verde… En fin eran casi tanto como los globos de It... Luego los dejé porque ya había jugado lo suficiente. Pues ya estaba satisfecha (¡Sin duda que lo estaba!)… Tomé el diario y escribí lo que me vino a la mente…       
“Los psicólogos están locos”. Lucía estaba demente…. Agarré una goma y lo borré para “traducir” esa oración…. “Yo claramente no sé lo que me pasa. Por ende, yo creo que nadie me entiende…” “Además, se suele pensar que la terapia es para locos. ¿Ahora no es acaso eso mismo un modo de que alguien admita su propia “locura”?”… (¡Oh.My.Gosh: era buenarda…. Isabel Allende algún día me CHUPARÍA LA CONCHA….) 
Dejé el texto en la mesa y me volví hacia mis títeres: no sé por qué pero me sentía hasta en un punto pecadora (Obviamente no por tocarme; pues con eso más que al infierno me condenaba al mismísimo cielo….) Acto seguido, continué con la función: quería más y no me daba vergüenza que me vieran… Aunque justo en ese momento, alguien abrió la puerta… 
—¡¿WHAT THE HELL?! —exclamó muy impactado— ¡Si tu niñera te viera se CORTARÍA LAS VENAS….¡ ¡Digo, por qué te comportás tal si tuvieras cinco años…! 
—No sé, realmente es cómo creo que soy. A veces pienso que sos un amigo que me conoce del derecho al revés: uno al que le puedo confiar y siempre va a estar a mi lado; uno que ve a través de mí y no de un modo ficticio: que me entiende y que cree que en mí hay algo especial. Que me mira como algo de un valor inmaculado… que confía en lo que hago; esto va a sonar va a sonar NEFASTO. Pero vos. Osea, vos ves algo genuino en lo que pretendo: realmente confiás en mí, y no puedo decir lo mismo de muchos… Es como que subyacés ante mis sueños y confiás aunque te diga algo que va ser muy difícil: porque vos… vos me querés “posta”… Y no puedo decir lo mismo de muchas personas… —Hubo un silencio en que estuve a punto de desmayarme. Él no decía nada y (honestamente) yo me ponía nerviosa… —No sé…. si vos sientes lo mismo por mí…. 
—¿PUEDE SER QUE TE HAYA CRECIDO LA COLA? —Fruncí el ceño ante el reparo: pues sonaba muy JODIDO— Porque no sé vos pero yo te juro que si fuera tu novio…. —Le lancé una mirada amenazante; él se comenzó a reír para luego responderme— La verdad que sí Lu. Aunque no parezca te entiendo: tenés una forma muy sublime de expresarte. A diferencia del que limpia baños en los campamentos…. —Me reí y por un instante volví a estar viva. Después él se acercó y continué con la tortura… 
—Y respecto a los títeres, ellos lo representan: muestran que hay más amor en un mundo distinto. 
—Me pregunto a qué te referís. ¿Qué escribiste en el diario?... ¿No te pareció mala idea el robarlo de la tienda?... 
—¡¿Qué?! ¡No! ¡Lo compré con mis ahorros!.... ¡Ahora te pido por favor que me dejes estar sola! 
—Sí no es algo que le recomendaría a la mucama… —apuntó señalando en dirección a mi cama. (Ahora que lo pienso eso también algo era medio JODIDO)… Acto seguido se paró y se volvió fuera de si: al parecer una de las piezas no terminaba de encajar… —¿Por qué no usaste la ducha, tiene duchador de mano? 
—¡OH. MY. GOD: YOU KNOW ME SO WELL…! 
—¡Sí esa cosa es genial; pero eso no va al caso…! En fin, bueno, cambiando de tema…. ¿Qué dirías de aprovechar e ir a tomar algo? —Fruncí el ceño al notar lo raro de su pregunta— Digo, el día está lindo: deberíamos aprovechar… 
—¡¿Me estás invitando a una cita?!
—exclamé confundida— ¡Pues yo tengo novio por si no lo sabías…! 
—¡¿Desde cuándo?! ¡¿Y por qué no me habías contado?! 
—¡¿Te gusto yo?!
—¡¿Y te gusta él?!                

Maldita reina de Francia: una obra sublime (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora