Capítulo 46

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He aquí se plantea una pregunta interesante: ¿qué es lo que yo hago cuando me siento súper mal…? ; así pues, lo que practico es hablar con quién yo confíe mucho: y quemarle e incendiarle totalmente la cabeza: repetirle mil veces lo que dolió, lo que no esperaba… lo que pasó: todo evento con sumo detalle… En una llamada o audio o lo que PORONGA sea. Y para luego de tanto al fin sentirme yo misma; trato de hacer actividades que por una u otra razón lastimosamente he abandonado: leer un libro o escuchar alguna canción… Ya me parece que se PUTO entendió, LA RE CONCHA DE TU MADRE: si no mejor dejá esta obra y dedicate al Fornite….
Aunque siempre esa persona vuelva a mi cabeza mientras estudio (Sí, mientras estudio: no soy una TRAGA…); dejo que la música me acompañe en mis sentimientos: trato de gastarlos pa´ que no pesen y yo al fin pueda seguir…. En serio, trato de sentirme muy MALDITAMENTE mía: bailar cualquier cosa, imaginarme situaciones hipotéticas… Mejor no continúo porque tal vez en serio queman el libro…. (Y ahora no estamos en el libro Fahrenheit 451…)
Y yo sé que no es ni muy JODIDAMENTE fácil: porque hay días en que me siento frente a la ventana a ver el mar; y por más fuerza que le haga no controlo mi llanto… (De chiquita vivía en la costa: Lacan diría que explica mucho…) Y hay días en los que bailo y la vida luce desmesuradamente mejor. Pero el dolor también forma parte de esta… Supongo… (Sí me gusta mucho el agua: ¿algún problema con eso….? Pienso que un día vinieron los europeos y no lo puedo entender: ¿cómo es que de la nada empezamos a existir para ellos…? ¿Por qué Colón supo que había otra tierra por descubrir? ¡Es re loco que de la nada –y con tantos barcos fracasados–: hay querido seguir para la ciudad de Buenos Aires…! Bueno no sé si justo él pero es curioso que hayan extinguido a los pueblos originarios (quedan algunos pero a la mayoría les EXTIRPARON LOS OVARIOS… y a los hombres el GLANDE…) En fin…. Comenzaba a sentir ahora sí una fuerte atracción a la historia; y así entendía a Tamar, también –en razón de mi diario– por qué le gustaba el escribir… Al parecer Mati tenía razón y yo estaba cambiando…….)
Fui a una biblioteca y me puse a leer a Lacan: necesitaba saber –o estar segura– de que tenía que volver…. Un chico se puso delante mío y comentó porque sí…
—¿MAGST DU DEINEM PSYCHOLOGIE BÜCHER?
—Mir geht es gut… —respondí en alemán— Aber ich keine deustche sprechen… —agregué convencida de que el chico lograría comprender.
—¡Oh, sorry! —respondió en inglés— ¡You look AS HOT AS A GERMAN YOUNG LADY! 
—¿That you think… —constesté empedernida a pesar de que fuera la primera vez— ´Cause I´m AS HORNY AS A MEXICAN WHORE…. Would you give me a lift; I mean, if you don´t mind…?
—So where THE HECK would you like to go…? My Rolls is waiting for someone to GET AWAY WITH...
—¡OMG! —pensé— ¡Y encima tiene un Rolls Royce….! Aunque no puedo subirme al coche de un extraño...
—Sorry I think I would rather take a cab…
—¡YOU BICHT SHUT THE FUCK UP;
YA´ARE COMING WITH ME….!
—AND WHAT IF I REFUSE?! —Le pegué una trompada. El chico se tocó la nariz y la tenía llena de sangre: las llaves se le cayeron del bolsillo cuando yo las tomé… No sabía manejar muy bien manual y al parecer no haría falta; por consiguiente, me piré y salí a la vereda: el aire estaba congelado mientras que mi cuerpo súper cálido. Caminé un par de cuadras y toqué el botón para activar a la bestia… Me subí y fui hacia al aeropuerto de Ginebra. Entré y vi que había un cartel con los últimos despegues: faltaban diez minutos para que saliera el próximo vuelo a Buenos Aires.......
—¡¿ALGUIEN QUIERE UN ROLLS ROYCE POR UN BOLETO A ARGENTINA?! —grité y me di cuenta que en Suiza nadie hablaba español. Un chico se me acercó porque al parecer me había entendido… —¡¿SOMEONE WANTS A ROLLS ROYCE FOR A FLIGTH TO BUENOS AIRES…?! —agregué convencida de que nadie me iba a responder.
—¿A brasil te sirve… ¿y qué modelo?
—preguntó el niño asegurado de ganarse la sortija.
—¡No, no; tiene que ser a Buenos Aires….! —respondí asegurándome de que el mensaje quedara bien claro.
—Entonces hagamos así, yo cambio mi boleto: y te doy la plata suficiente para comprar tu pasaje…
—¿Y no te importa el no poder llegar a tu gran tu destino?
—¡¿QUÉ AHORA SOS PSICÓLOGA?! —asentí con la cabeza— ¡LE DIGO A MI VIEJO QUE HUBO UN ATAQUE TERRORISTA Y LISTO: VOS SABÉS CÓMO ES ESTA COSA EN EUROPA….!
—¿”Mi viejo”? ¿Qué ahora también sos argentino…? —cuestioné muy intrigada por su cálida expresión.
—¡Vamos a Argentina todos los años; y esquiamos en el sur…! 
—¡Y ENCIMA TINCHO ME TENÍA QUE SALIR EL CHABÓN! —Se encogió de hombros al no entender ese “nacionalismo”— ¡DAME LA “CASHE” SI NO QUERÉS QUE TE LA META POR EL CULO…! —Me observó pasmado porque al parecer yo no tenía ningún PENE….— ¡ESTA TE VOY A METER! —Le mostré mi celular que en realidad era un DILDO excelente… Si son hombres también lo pueden utilizar….
En fin el chico me entregó la plata cuando yo le di las llaves. Viajé hasta mi casa y entré con la llave que me había robado: lo de Lacan y el inconsciente no era una PUTA BROMA…. Llamé a mi novio y le pedí que viniera a mi casa. Íbamos a COGER y luego le explicaría lo que tenía planeado: pintaría el mural de la tristeza en razón de que ya no tenía más excusas…. Esto iba a ser malo pero podía presumir que lo “tenía”: cosa que lógicamente siempre había sido algo importante para mí –siempre y cuando fuera alguien que realmente valiera la pena–…

                                 

Maldita reina de Francia: una obra sublime (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora