Maldita reina de Francia: una obra sublime (Sin editar)

Capítulo 45

Me levanté un par de minutos después… Estaba pálida y mareada y desorientada y herida. Además, me dolía mucho más panza del mismo que el cerebro: al parecer estaba a punto de tener un ACV… De todos modos, me levanté y me dirigí a la mesa de una manera decidida: pues no pensaba continuar con esto ni un segundo más: (ni mucho menos dejar que la chica me lo impidiera; cosa que claramente tenía que ver con un analista….) Aunque por más que supusiera un esfuerzo para mí. Así que me la quité de encima con un codazo, –para luego patearla en un lugar que siguió súper excitado–. Un camarero me observó con una cara de alivio que –a pesar de quisiera matarlo parecía un poema–… Acto seguido, se mordió el labio para expresar pero no obstante fue interrumpido por una maravillosa excusa… 
—¡Qué bueno que me encontraste porque estaba perdida…! ¡Para mí que alguien debería achicar este lugar….!—Es eso o que estás BORRACHA porque te dejó un chico: yo que vos vuelvo a la mesa así no se preocupan…
—¡Puede ser por muchas cosas; no solo por eso! 
—¡¿Y qué?! ¡¿Ahora me vas a decir que sos psicóloga?! 
—Algo así… —respondí divertida por su gran apreciación— Te voy a decir que lo que le pasa a los clientes no es de tu incumbencia… —espeté asegurándome de que el mensaje quede claro— Aunque puede ser que tenga un problema con el Derecho.
—Sí se nota que no le das mucha importancia a las reglas…. —Recordé a Fischer cuando le dije que la aerolínea no se quería hacer un lío— Yo por suerte soy un estudiante de abogacía: así que con gusto te respondo la pregunta que quieras...
—Bueno por ejemplo hay un artículo que dice que “los recién nacidos no pueden o deberían estar en desamparo”... ¡Y es como súper relativo: osea: ¿qué es el desamparo realmente?...! ¡Depende más que nada del punto de vista de cada uno....!
—¡Bueno con ese concepto todo es relativo: ¡¿entonces si te roban es relativo que tenés que hacer algo…?!—¡Exactamente; justo ese es el punto!
—Mirá Lu dejame decirte que honestamente: ¡si te roban y no hacés nada sos TREMENDA PELOTUDA!
Me quedé petrificada por solo un segundo. Tenía razón pero obviamente no iba a aceptarlo… Así que me alejé constreñida y de brazos cruzados: la leve briza me hizo sentir un escalofrío desagradable… Por ende, me até la blusa a la cintura que estaba llena de vomito: si iba a CAGARME DE FRÍO al menos lo haría con estilo…. Luego noté que una sombra se aproximaba a lo lejos: era mi amigo y venía desesperado a buscarme… Le grité para que parara pero no me hizo caso; al parecer era feo tener a alguien que te quisiera supongo: algo que ni yo me lo creo pero ese no es el punto. Se aproximó con los hombros superando a sus codos: estaba loco por buscarme y también por encontrarme… Su respiración se culminó al llegar a mis pies: yo estaba pálida, medrosa y tal vez un poco angustiada. Era como si mis hombros –inconscientemente valga la gran ironía…–. Era como si mis hombros inconscientemente se hubieran des-alzado: como si ese lugar de princesa ya no tuviera fomento: como si la importancia se me hubiera deshilachado de repente… Como si se hubiera “impulsionado” –valga la ironía en ese entonces –. Como si la Pulsión de Muerte ya se hubiera satisfecho… como si una catarsis de “desamor” se hubiera hecho cargo de todo… Pues –desde la infancia– creía que yo lo podía todo: y no solo que eso no era cierto querido lector; sino que además la verdad es que yo no podía una MIERDA…. 
Una lágrima se posó en mi ojo izquierdo cuando escuché una señal: una señal de que alguien se sentía perplejo…
—¡LA RE CONCHA DE TU HEMANA, LUCÍA; CAMBIASTE…!
—¡¿Qué?! ¡No, si yo soy la misma de antes!... ¡Que no lo veas es tu problema, LA RE CONCHA DE TU MADRE!
—¡Ambos sabemos que eso es bien PUTO imposible! —Lo miré de soslayo haciendo fuerza por contenerme. Él se acercó un paso más cuando suspiró complacido…— ¡AL FIN DEJASTE DE CHUPARTE LA CONCHA A VOS MISMA… ESTABA HARTO DE QUE FUERAS UNA ZORRA MALNACIDA....!
—¿Lo supiste todo el tiempo?
—musité afligida. Si había un juguete que me gustaba –o mejor dicho fascinaba–: ese era uno que simulaba el sexo oral…
—¡Obvio, PAJERA “BUSCONA” DEL ORTO (en España le dicen así a las PUTAS)… ya me tenías re cansado PERRA PUTA DEL INFIERNO....!
—Perdón me cuesta distinguir si soy una “PAJERA “BUSCONA” DEL ORTO”; o si mejor me consideras “PERRA PUTA DEL INFIERNO”…
—¡Sos una RARA, CHUPAVERGAS; una NEGRA BOLIVIANA… qué suerte que hayas dejado de vivir en tu mundo de ALIENÍGENA….!
—¡¿Perdón?! —exclamé con una ceja sobre la otra— ¡Me estás lastimando muy feo y vos no tienes el derecho….! —Me puse a llorar como si fuera la última vez. Sentía que me iba a morir de disecado lagrimal…— ¡BASTARDO! —agregué mientras empezaba a golpearlo… al cabo de un rato me daba cuenta de que no iba a “funcar”...
—¡Okey, PERRA; ya es suficiente…! ¡Ahora te pido por favor que no nos vuelvas a culpar!
—¡¿Y de qué MIERDA se supone que estás hablando?! —espeté justo antes de que se acercara a mí— ¡Solo te enseño que COGER no lo es todo en la vida…!
—¡Pues me parece que TOCARSE LA CONCHA tampoco….! —hubo un silencio en el que solo se escucharon los cubiertos. Claramente nos habíamos vuelto el gran centro de atención….— ¡Tu conexión con el “ser interior” no es más que una CHOTA FLÁCIDA: no sabés lo que es vivir porque sos una FANTASERA….! ¡Necesitás que venga alguien y te la META POR EL CULO…!
—¡Soy virgen, ESTÚPIDO!
—¡Ah cierto que solo sabés tragarte la gran LECHITA: no servís ni para el ping-pong, ZORRA DE PRECIO MUY BARATO…!
—¡SUFICIENTE! —grité como si no fuera de día… Ya estaba harta de su estupidez y necesitaba expresarlo… —¡Pensás que todo en la vida no es más que un anhelo; pero te cuesta conectarte con ese deseo....! 
Hubo un silencio en el que ni solo los mozos caminaron. Parecían estatuas hechas de “histerias” muy inconscientes.
Mati se quedó helado también y llorando por dentro. (He aquí valga hacer una sublime aclaración: un anhelo no es lo mismo que un deseo. El deseo parte de algo todavía no descubierto: algo que solo el Psicoanálisis es capaz de revelar… La única fuente por la que el hombre puede cambiar su destino… valga hacer otro paréntesis y aclarar que –según Sigmund Freud–; la infancia te condena a seguir algo en razón del inconsciente: hasta tal punto que el hombre ya no es libre de su destino…. No obstante –y gracias a Dios–: lo que sí puede es analizarse y encontrar una suerte de sentido… Aunque no quita que haya sujetos imposibles de analizar…. La leyenda cuenta que Lacan recibió algo de un paciente: una libreta de cuero comprada en el exterior…. Él la tiró y le sacó todas las hojas con violencia: pues parecía que en ese momento eso era lo mejor –aunque no está mal que alguien le compre algo a su tan querido analista–: nótese cómo se refleja en lo escrito a continuación…….) 
—Pero yo te quise tener porque vos me dabas eso…. Con tu “fuego” es imposible no tener satisfacción...
—¡¿SABÉS QUÉ?! ¡ME VOY A LA MIERDA….! ¡NO QUIERO ESTAR EN UN LUGAR DONDE ME TRATAN CON FRICCIÓN…!
—¡Pero teníamos que ir al museo de Albert Einstein…!
—¡A ÉL ME LO PASO POR EL CLÍTORIS; SI INVENTÓ LA BOMBA ATÓMICA….!
(Note también cómo el psiquismo modificaba mi destino…….)