1. CONFERENCIA

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1. CONFERENCIA

Un año después de la caída de Jin GuanYao

Llevaba toda la mañana ocupado con burocracia, respondiendo cartas y atendiendo a solicitudes dirigidas a su secta. De buena gana hubiera quemado todos aquellos papeles para salir de aquella habitación y dedicarse a entrenar con su espada Sandu, supervisar los entrenamientos de sus discípulos o a dar órdenes a diestro y siniestro a sus seguidores y convulsionar a gritos todo el Muelle del Loto. Pero la obligación era lo primero y debía arreglar un buen número de asuntos antes de viajar hacia Lanling. Así que se había enterrado entre papeles y libros desde el alba y ultimaba las últimas cartas resoplando.

Los ladridos de Hada anunciaron a Jin Ling. La puerta se abrió tras un par de toques rápidos y Jiang Cheng resopló.

-¡Buenos días, Tío! –saludó.

Jiang Cheng arqueó una ceja, lo miró de reojo y respondió gruñendo.

-Casi tardes. ¿No te he enseñado modales? No debes entrar con esas confianzas en los aposentos privados de otro Líder de Secta por mucha familiaridad que tengas con él.

Jin Ling frunció el ceño. Había entrado toda la vida así a los aposentos de su tío. No iba a cambiar de la noche a la mañana. Además, aquello era el Muelle del Loto, no la Torre Jinlin. Podía permitirse ser más franco, rudo y espontáneo.

-¿Quieres que repita la entrada? –se atrevió a desafiarlo con sorna.

Jiang Cheng le dedicó una mirada torcida. Todo el mundo decía que Jin Ling había sacado el carácter de Jiang Cheng... pero en algunos momentos, pinceladas del pavo real de Jin Zixuan emergían, y en los últimos meses, como si el peso de ser el Líder de Lanling Jin se fuera aposentando poco a poco sobre los hombros de su sobrino, daba muestras del orgullo del Clan Jin cada vez con mayor frecuencia.

-Dependerá si quieres que te rompa las piernas. De todas formas, ¿qué quieres? Tengo trabajo –acabó gruñendo.

Su sobrino se cruzó de brazos.

-¿Queda mucho? –requirió exigente.

El líder de Yunmeng Jiang arqueó una ceja. Hasta cierto punto, aquella demostración de impaciencia, aunque lo molestara, también indicaba que Jin Ling quería llegar lo antes posible a Lanling para atender a sus responsabilidades como Líder de Secta... y eso lo llenaba de orgullo. El cachorro estaba dejando de serlo.

-Casi nada. En cuanto acabe esto nos iremos. Así que empieza a prepararte.

Jin Ling sonrió. Era hora de volver a casa, volver a la Torre Jinlin.



Jiang Cheng dio una larga ojeada a la delegación de GusuLan desde lo alto de la escalinata que conducía a la Torre Jinlin. Reconoció con sorpresa la imponente y elegante figura de Lan XiChen mientras ascendía y como él, todos los cultivadores presentes no podían dejar de admirar la presencia del Líder de la Secta GusuLan, extendiendo un rumor que aumentaba de volumen a cada paso que daba.

Internamente se alegró de ver como poco a poco volvía a la vida social, era archiconocido que desde que Jin GuanYao había muerto, se había recluido en los Recesos de la Nube un año atrás. Aquello iba a causar sensación en la primera Conferencia de Cultivación que se celebraba en la Torre Jinlin desde la traición de Jin GuanYao. Volver a ver a Zewu-jun con el resto de Sectas estaba levantando una auténtica conmoción mientras avanzaba por la escalinata. Y a su lado vio a Lan WangJi ascendiendo. Los dos Jades de GusuLan habían acudido, lo que nunca nadie hubiera esperado.

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