Cortesía

47. CALMA

47. CALMA

Recesos de la Nube

El Maestro Lan Hong degustó el té con calma, saboreando la amargura del mismo mientras su mirada barría a conciencia los patios y galerías que se extendían ante el salón.

-¿Por qué me has hecho venir hasta aquí, Maestro Lan Hong? Tengo curiosidad.

La voz de Yu ZiHuo llegó hasta Lan Hong determinada y grave. Le dedicó una mirada serena mientras dejaba la taza sobre la mesa.

-Líder Yu, ¿has hablado con Zewu-jun?

-Lamento decir que no. El Maestro Lan QiRen ya me comunicó que debía tener un poco de paciencia.

Lan Hong arqueó una ceja molesto.

-Entiendo... Un día o dos más no son de importancia. ¿Tu hermana se siente a gusto en los Recesos de la Nube?

-Sí... Está maravillada por la belleza de este lugar. Por la calma de los Recesos de la Nube.

Lan Hong cabeceó satisfecho. Sin duda, Yu ZiShu sería una omega adecuada para el Líder de GusuLan. No sólo su familia era la apropiada, su carácter se adaptaría perfectamente a la idiosincrasia de su Secta y sin duda proporcionaría prestigio, no como aquel condenado y caótico omega del Segundo Jade. Ya era hora que Lan XiChen tomara pareja.

Mientras, Yu ZiHuo lo miraba atentamente, escrutando todos y cada uno de los detalles de su rostro. Lan Hong se envolvía en un aire de orgullo y dignidad que le recordaba al de un juez severo y rígido... y que por increíble que pareciera, hacía que Lan QiRen incluso se sintiera simpático y cercano.

-Además, el Líder de Yunmeng Jiang no se encontraba bien, el Maestro Tao Cai determinó que necesitaba descanso... como bien sabes, Maestro Lan Hong, nos unen lazos de sangre... y obviamente, su bienestar me preocupa. Zewu-jun se ofreció para cuidar de él adecuadamente.

El anciano de GusuLan asintió lentamente.

-Algo he oído... pero no te preocupes, el Maestro Tao Cai es muy bueno en su arte. Te aseguro que si él ha determinado que es cansancio y que debe estar en reposo, GusuLan se lo procurara. Nuestro hogar en condiciones normales es tranquilo.

Yu ZiHuo torció una sonrisa.

-Sin duda.

-¡Jiang Cheng! ¿Dónde estabas?

La voz de Wei WuXian atronó en el claro dándole la bienvenida cuando apareció por entre la vegetación exuberante de los Recesos de la Nube. Nie HuaiSang levantó momentáneamente la mirada y sonrió fugazmente para concentrar de inmediato su atención sobre el libro que sostenía en las manos. No se había equivocado buscando en aquel rincón.

Ambos, Wei WuXian y Nie HuaiSang estaban sentados bajo la sombra de los árboles comisqueando cacahuetes mientras el segundo sostenía un libro que iba ojeando.

-¿Dónde estaba, dices? ¿Estudiando tal vez? Os recuerdo a los dos que estamos aquí para estudiar y aprovechar el tiempo –indicó mientras fruncía el ceño a medida que se acercaba -. ¿Cómo? ¿Hermano HuaiSang leyendo un libro? Deja que adivine... ¿tu nueva adquisición? –señaló.

Nie HuaiSang asintió sonriendo. Wei WuXian se recostó en el tronco del árbol despreocupado y añadió:

-El artista tiene un buen trazo. Debería enseñárselo a Lan Zhan.

-Ah, no, espérate a que lo lea unas cuantas veces antes de quemarlo en la hoguera, Hermano Wei –saltó Nie HuaiSang apretando el libro contra su pecho.