24. REGRESO
Gusu
Lan WangJi se levantó silencioso y con extrema cautela, apartando con delicadeza al omega que se aferraba a su cuerpo profundamente dormido utilizándolo a modo de almohada. Si Wei WuXian no se había despertado aún, quería decir que dormiría hasta las once, cuando se despertaría puntual como un reloj según su costumbre acuciado con un hambre atroz que lo envolvía desde que su cuerpo albergaba una nueva vida. En ese momento, devoraría el desayuno hasta saciarse o hasta que empezara a quejarse diciendo que era un bollo.
Aquellos últimos días su esposo alternaba despertarse a su hora habitual con hacerlo antes de las cinco, adelantándolo. Si no se movía en aquel momento ni gimoteaba diciendo que volviera a la cama para seguir siendo su almohada, ya no lo haría. Así que se preparó para iniciar su rutina, cuando su mirada chocó con la inmaculada cuna que ahora permanecía en su alcoba.
Nunca pensó realmente ni contempló la posibilidad de que aquello ocurriera: un pequeño cachorro que nacería en unos meses fruto de Wei WuXian y él mismo. Y se sentía exultante de felicidad ante aquel magnífico hecho. Se había pasado más tiempo sufriendo en silencio por el que era en ese instante su esposo en el pasado que pensando en el futuro y desde que había retornado a su lado, se conformaba con vivir el día a día sin hacer planes: trece años llorando su muerte habían sido más que suficientes.
Se acercó de nuevo al lecho y su mirada barrió el mismo mientras el omega seguía dormitando medio cubierto su cuerpo desnudo por la manta hasta que localizó lo que buscaba: su cinta, enredada entre los dedos de su esposo. Con cautela, tiró suavemente de ella, consiguiendo que se deslizara hasta prácticamente recuperarla. A continuación se preparó para asearse y vestirse adecuadamente mientras repasaba sus tareas de aquel día y una vez preparado, volvió sus pasos hacia el lecho para encargarse de su omega. En cuanto apartó la manta y vio la curva que trazaba el vientre de Wei WuXian, sus labios se arquearon en una leve sonrisa. Tal vez debería empezar a pensar en cómo llamaría a su cachorro. No era cuestión de llamarlo de aquella manera hasta que naciera.
Wei WuXian se removió de repente, lo que hizo que frunciera el ceño. Las pesadillas no lo atacaban asiduamente, pero había comprobado con el tiempo que cuando lo hacían, tenían que ser realmente espantosas: lo había visto removerse, agitarse y lloriquear en más de una ocasión hasta que con dulces palabras a su oído conseguía que se alejaran.
-Wei Ying –llamó suavemente.
En cuanto pronunció su nombre, el omega dejó de removerse. Una sonrisa iluminó su rostro dormido y su mano, en sueños, se cerró sobre las ropas de su alfa. Lan WangJi lo cogió delicadamente en brazos. Era hora del baño. El agua ya estaría caliente. Wei WuXian no se despertaría ni siquiera mientras lo aseaba. Y mientras lo sumergía en el agua, no pudo evitar pensar en qué le prepararía para desayunar, hasta que de repente, dentro de la bañera, el omega murmuró algo.
-... semillas de loto...
Aquello iba a ser difícil. En los Recesos de la Nube no había lotos. Y aún no había encontrado un lugar apropiado para plantarlos. Estaba en su lista de cosas que debía hacer para conseguir que su omega se sintiera más feliz.
-Wei Ying –llamó suavemente.
El omega, aún dormido, siguió murmurando. Entreabrió los ojos vidriosos, lo miró y estampó un beso en sus labios para acto seguido aferrarse al borde de la bañera y seguir durmiendo. Lan WangJi besó suavemente su frente. Podría aprovechar que Jiang Cheng estaba allí para pedir...
Ni hablar. No quería deberle nada. Absolutamente nada. Y contra más lejos de su omega, mejor.
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Cortesía
FanfictionLa inesperada presencia de Lan XiChen en una Conferencia de Cultivación en Lanling Jin junto a su hermano Lan WangJi y la ausencia de Wei WuXian en la misma, hacen que Jiang Cheng, el orgulloso líder de Yunmeng Jiang, se pregunte qué oculta GusuLan.