Cortesía

6. NOTICIA

6. NOTICIA

Dos semanas antes de la Conferencia en Torre JinLin

El espléndido paisaje de los Recesos de la Nube se alzó ante sus ojos esmeralda, entre jirones de niebla y nubes bajas. Lan WangJi aterrizó suavemente cerca de la entrada. Envainó a Bichen y encaminó sus pasos hacia la misma. Después de más de una docena de días, casi dos semanas lejos de su morada, tenía auténticas ganas de volver a ella y comprobar que su esposo estuviera ya totalmente recuperado de su catarro. No le gustaba dejarlo solo y menos enfermo. Así que su imponente y elegante figura ya alcanzaba el acceso cuando entrevió un par de guardianes en el umbral de la misma.

Un tanto sorprendido, los observó. Las barreras de los Recesos de la Nube eran lo suficientemente potentes como para no necesitar de la presencia de guardianes constantemente en su portal. Sin un pase era imposible la entrada sin violentarla y en el caso que alguien osara romper la defensa, automáticamente los cultivadores de GusuLan percibirían dicha perturbación y acudirían en defensa de su hogar.

Después de la Campaña para derribar al Sol, con la quema de los Recesos de la Nube y la posterior reconstrucción, GusuLan había reforzado todas sus barreras. Sólo cuando se esperaban visitas importantes o cuando se esperaba a los nuevos discípulos se apostaban guardianes en la entrada que levantaban la barrera para los huéspedes. Si algún loco intentaba en aquel momento entrar sin el pase o sin invitación expresa de la Secta, se las vería con los cultivadores más fuertes de GusuLan.

Por lo tanto, al ver a dos guardianes en la entrada, disparó las alarmas en su mente. No se esperaba visita alguna, no al menos que él tuviera conocimiento y hubiera sido anunciada antes de su viaje. Cuando su imponente figura llegaba al portal, los dos guardias los saludaron formales.

-¡HanGuang-jun! ¡Bienvenido! –lo saludaron al unísono.

Sus ojos dorados repasaron por un instante a sus compañeros. Saludó de la misma forma cortésmente. Y entonces, lo escuchó.

-¡Lan Zhan!

Levantó la cabeza. Vio a una figura oscura corretear por el camino hacia la entrada alegremente, con sus cabellos danzando al viento. Entrevió por detrás a varias figuras vestidas de blanco y azul. Pero en cuanto aquella figura de negro entró en su área de visión, el resto de la existencia se desmaterializó. Sus labios se curvaron imperceptiblemente. Sus ojos brillaron de una manera cegadora. Lan WangJi cruzó el umbral, entrando en su hogar justo para que Wei WuXian se lanzara contra él.

Envolvió a su pareja entre sus brazos rápidamente. Wei WuXian se abrazó a su cuerpo extremadamente satisfecho, sintiéndose por fin completo y protegido. Sin poder evitarlo ronroneó por lo bajo y aquello le reportó una mirada de su pareja intrigada y sorprendida. Su omega nunca ronroneaba así fuera de la intimidad.

-¿Wei Ying?  -llamó Lan WangJi empezándose a preocuparse.

-Lan Zhan, no te vuelvas a ir sin mí, no quiero, te echaba en falta, no estabas, no podía dormir, no te tenía aquí... -murmuraba Wei WuXian con una explosión de verborrea sorprendente.

Su mirada barrió el lugar de inmediato. Sorprendido por el proceder de su esposo, aún se asombró más cuando se dio cuenta de quienes acompañaban al caos que ahora tenía entre sus brazos: su tío Lan QiRen y su hermano Lan XiChen. Debía ocurrir algo realmente grave para que su hermano hubiera abandonado la reclusión y estuviera ni más ni menos que en la entrada de su hogar. Todos sus sentidos se dispararon. El abrazo que rodeaba a Wei WuXian aún se cerró más. Y al darse cuenta del proceder de su sobrino, Lan QiRen resopló por lo bajo.

Conocía perfectamente aquel gesto. Su sobrino estaba empezando a entrar en modo protector y no tardaría en gruñir a cualquiera que se acercara a su pareja.