32. POSADA

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32. POSADA

Gusu

Lan XiChen y Jiang Cheng se miraron sobresaltados ante aquel ladrido y el fogonazo que causó el talismán al activarse advirtiendo de la proximidad de un cultivador. El Líder de Yunmeng Jiang intentó levantarse como fuera, sin contar con que tenía sobre su cuerpo al Primer Jade. Aquello propició una especie de combate entre ambos de empujones y tirones hasta que Lan XiChen consiguió apartarse lo suficiente como para que Jiang Cheng se incorporara y como una centella, cruzara la habitación sorteándolo a él y a la mesa hacia la entrada.

-¡Hada! ¡Vuelve o te aso! ¡No ladres! ¡Juro por lo más sagrado que te rompo las patas!

¿Hada? ¿Jin Ling? ¿Qué demonios estaba haciendo su sobrino allí?

Un nuevo ladrido retumbó. La expresión de Jiang Cheng fue de puro pánico. Aquel perro era Hada, no había duda, reconocería aquel ladrido entre cientos aún sin escuchar la voz de Jin Ling. Y su sobrino estaba en la Casa de Comidas, cosa que no debería ser posible. Debería estar en los Recesos de la Nube... y maldijo en silencio dándose cuenta de qué ocurría. Jin Ling había descubierto que su ficha de paso era algo realmente especial... y estaba en un lugar en el que no debería estar.

Crispó los puños y cuando estaba a punto de salir, unas manos fuertes pero gentiles lo agarraron por la espalda y lo apartaron de la puerta hacia un lado. El aroma de sándalo y vainilla de Lan XiChen lo envolvió y se encontró entre los brazos del Primer Jade, que lo retuvo firme contra su propio cuerpo.

-¡Te enviaré a Torre JinLin como sigas desobedeciendo! ¡Primero te haces amigo de un cadáver feroz; ahora sales corriendo sin explicación y ladrando! ¡Yo no te he enseñado eso!

Fuera, Jin Ling había conseguido agarrar a Hada de su collar y lo mantenía férreamente sujeto pese a los tirones que el can daba excitado.

Lan XiChen hizo un gesto a Jiang Cheng solicitando silencio en cuanto lo miró de reojo intentando pedir una explicación sobre su proceder. Ambos se quedaron quietos, escuchando atentos.

-¡Vamos, deja de dar tirones! ¡Deja de molestar!

Un ladrido suplicante se alzó más allá de la puerta. Jin Ling tiraba titánicamente de su mascota para volver hacia la parte delantera de la Casa de Comidas y consiguió arrastrar poco a poco a Hada, que gemía disconforme ante su proceder. Paulatinamente sus gañidos se alejaron. Cuando dejaron de oírlos, ambos respiraron más tranquilos.

De repente Lan XiChen se rió por lo bajo, lo que sorprendió a Jiang Cheng.

-Creo que ninguno de nosotros tres estaría muy a gusto si descubriéramos nuestra presencia–reconoció divertido -. No creo que al Joven Maestro Jin le sentara bien descubrir quienes saben que está en este lugar cuando debería estar en los Recesos de la Nube.

-¿Para quién de todos nosotros sería más embarazoso? –planteó mordaz.

La respuesta de Lan XiChen fue tan inesperada como sorprendente: besó el cuello de Jiang Cheng aprovechando la posición en la que lo mantenía, abrazado desde su espalda, arrancando un respingo del Líder de Yunmeng Jiang.

Jiang Cheng se cubrió la boca con las manos para no dar un grito cuando un escalofrío recorrió todo su cuerpo, tensando todos sus músculos.

-A-Cheng, he esperado demasiado para tenerte entre mis brazos sólo para mí –declaró aspirando su delicioso aroma a flor de loto -. No voy a perseguir a Jin Ling por una falta cuando...

-¡Hada! –la voz de Jin Ling tronó de nuevo a lo lejos.

Y de repente, justo al lado de la pareja, un perro espiritual con ojos brillantes dio un sonoro ladrido.

CortesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora