18. CARTAS

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18. CARTAS

Lan XiChen recorrió con paso elegante el sendero que conducían hasta el jingshi mientras el sol se ocultaba por detrás de las montañas tiñendo el cielo de colores anaranjados, rojos y violetas. Al llegar hasta su destino, dio unos golpes quedos en la puerta. Apenas esperó unos instantes y la hoja se abrió.

-Buenas tardes, WangJi. ¿Cómo está tu...?

No acabó la frase. Wei WuXian asomó con ojos rojos e hinchados y rastros de lágrimas. Lan WangJi suspiró.

-¡Zewu-jun! –exclamó.

-¿Hermano Wei? ¿Qué te ocurre? -preguntó alarmado ante su aspecto.

Y no pudo evitar dedicar una mirada seria a Lan WangJi, que soportó estoico la misma.

-¡Me estoy poniendo gordo!

La declaración del omega dejó anonadado al Primer Jade. Wei WuXian desapareció de su vista tan rápido como había aparecido. Lan WangJi se apartó para darle paso. Lan XiChen penetró en el jingshi. Su cuñado se había sentado ante la mesa y devoraba en aquel instante sin parar baozis mientras gruesas lágrimas caían de sus ojos.

-¿Por qué lloras?

-¡Porque están ricos! ¡Pero me pondré gordo! ¡Tengo hambre! ¡Seré un bollo!

Lan XiChen abrió los ojos desorbitadamente ante aquel estallido. Aquello lo dejó noqueado. Lan WangJi se colocó a su lado.

-Susceptible –indicó sin más.

-¿Desde cuándo?

-Esta tarde. Visita de Jin Ling –fue la parca explicación que recibió.

Había oído que los omegas podían cambiar de humor de forma drástica cuando estaban embarazados. Pero aquello lo sobrepasaba. Podía escuchar cómo Wei WuXian protestaba porque "estaba engordando" mientras devoraba baozis sin parar y ver como su hermano soportaba sus lloriqueos inmutable, sin perder la calma... cuando externamente no se notaba absolutamente nada y sólo el aroma que exhalaba el omega indicaba su estado a los alfas y a los betas muy receptivos.

-¡Un bollo! ¡Un bollo de carne! ¡Me pondré horroroso! ¡Rodaré por las escaleras! ¡Horrible!

El aroma a sándalo de Lan WangJi se intensificó intentando calmarlo mientras se acercaba hasta él y besaba con devoción sus cabellos. Wei WuXian sonrió ante el gesto; pero eso no impidió que continuara llorando.

Unos golpes en la puerta interrumpieron la escena. Lan XiChen se apresuró a abrir. Ante él apareció el serio semblante de Lan QiRen.

-Buenas tardes, Tío.

-¿Tío? ¡Tío! –se oyó decir a Wei WuXian desde dentro -. ¡Soy un bollo!

El rostro del mayor de los Lan también fue una oda a la sorpresa.

-¿Qué le ocurre?

-Susceptible. Eso dice WangJi.

Lan QiRen penetró en el jingshi. We WuXian se sorbía los mocos con un baozi a medio comer en la mano. Lan Wangji saludó formal a su tío, que tenía la mirada fija en el omega.

-¡El cielo nos asista!... ha entrado en fase "todo me afecta" –dejó escapar el mayor de los Lan.

Lan WangJi asintió en silencio. Lo había leído y lo estaba experimentado: los cambios de humor del omega habían empezado tras la visita de Jin Ling, como si la presencia del joven Líder de Lanling Jin hubiera provocado una crisis... y había que armarse de paciencia.

-¡Tío! ¡Lan Zhan me abandonará!

-No caerá esa breva –murmuró Lan QiRen, lo que le reportó una mirada de reproche de Lan XiChen, mucho más cercano a su posición y que lo había oído perfectamente. Pero se apresuró a decir en voz alta -: Imposible. Nunca lo hará.

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