20. PATADA

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20. PATADA

Recesos de la Nube

La expresión de Jiang Cheng era una mezcla de confusión e iluminación. Estaba rígido, sentado ante la mesa de Lan XiChen y tenía la mirada fija en los elegantes adornos que colgaban en la pared de color azul y blanco junto a un estandarte con el símbolo de la Nube detrás del lugar que normalmente ocupaba el Primer Jade en el hanshi.

¿Cómo había pasado todo aquello?

Aún le costaba entender cómo alguien supuestamente bastante inepto para la cultivación como Mo XuanYu había conseguido que un ritual de sacrificio funcionara y traer de entre los muertos al alma de Wei WuXian, otorgándole un nuevo cuerpo. Aunque él hubiera estado buscando durante trece años y vigilando por si se producía aquel suceso, nunca hubiera esperado que un loco triunfara donde muchos cultivadores supuestamente mucho más capaces habían fracasado.

Nunca había entendido del todo la relación que Wei WuXian había tenido en su vida anterior con Lan WangJi. Siempre los había considerado antagonistas, alfas que competían entre ellos y que continuamente se enfrentaban, sobre todo desde el momento que Wei WuXian había empezado a cultivar demoníacamente.

Pero lo más sorprendente había sido que una vez vuelto de entre los muertos, Wei WuXian hubiera encontrado en aquel supuesto alfa que era Lan WangJi, enemigo de antaño, la pareja de cultivación que muchos cultivadores deseaban. Su igual y su complemento, la persona que lo defendería ante todo y ante todos... y que resultara que aquel alfa siempre había amado a aquel caos detrás de su fachada de rectitud y estoicismo.

Porque en el fondo, Jiang Cheng continuaba pensando en Wei WuXian como el alfa que había sido... y ahora no sólo era un omega... Ahora se comportaba como tal. ¡Estaba embarazado!

Cerró los ojos, como si aquel gesto le sirviera para aclarar ideas... y entonces notó el suave olor a sándalo y vainilla. Lan XiChen se acercó y depositó una taza ante él. Jiang Cheng lo miró de reojo mientras veía cómo rodeaba la mesa y se sentaba ante él. Aquel aroma lo estaba tranquilizando, lo sabía. El Primer Jade empezaba a tener el don de despejar su mente. Y aunque su cabeza estaba en un completo galimatías, la presencia de Zewu-jun parecía ser lo único que conseguía fijar la verdad.

-¿Por qué querías que lo supiera, Zewu-jun?

El Primer Jade movió la mano grácilmente sobre su mesa y se sirvió una taza de té. Dejó la tetera a un lado y lo miró.

-Consideré que debías saberlo... y el Joven Maestro Jin también pensó lo mismo, por lo que me explicas –acabó con una leve sonrisa.

-¿Él te pidió que me lo dijeras? –preguntó con precaución.

-No. Ha sido idea mía.

Jiang Cheng permaneció el silencio observándolo. ¿Por qué Zewu-jun actuaba así?

-Explícate, Zewu-jun –demandó imperante.

-Jiang Wanyin, sé perfectamente que tu relación con el Maestro Wei no es buena. Pero consideré que debías saber de su estado, aunque sólo fuera por todo lo que habéis compartido durante vuestra infancia y adolescencia en el pasado. Además, reconoció que quería pedirte algo, pero que no se atrevía.

-¿Pedirme? ¿Qué lo perdone? ¿Qué vuelva a verlo como un hermano? ¿Qué olvide? –fustigó despreciativo -. Eso es imposible. Bastante tiene con que no lo persiga buscando su muerte.

Aún recordaba perfectamente que Lan XiChen había estado presente en el Templo de Guanyin cuando había echado en cara a Wei WuXian su proceder antes de su muerte y había acabado llorando. Su orgullo se sentía profundamente herido ante aquella verdad: que el Líder de GusuLan había escuchado en primera fila aquella declaración.

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