58. CULTIVADORA ERRANTE

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 58. CULTIVADORA ERRANTE

Recesos de la Nube

-¡Desvergonzado!

-No se grita en los Recesos de la Nube -sentenció Lan QiRen sin soltar a Tao Cai divertido.

Pese a su grito, el joven discípulo ni siquiera forcejeó mientras el alfa lo abrazaba posesivo. Más bien disfrutó del momento dejándose mimar y arrellanándose entre sus brazos.

-¿De verdad me consideras hermoso? Porque si lo dices para que no me enfade, llegas tarde -puntualizó susceptible pese a sus gestos.

-Más debería enfadarme yo, ¿no crees? -planteó.

-¿Enfadarte? ¿Por qué? -preguntó sorprendido el joven beta mirándolo de reojo.

-Por compartir nísperos con mi hermano -especificó con expresión seria.

Las mejillas del joven discípulo enrojecieron.

-¿Qué? ¿Pensabas que coqueteaba con él? ¿¿¿Por quién me has tomado??? -protestó pataleando -. ¡¡¡No soy un omega presumido que coquetea con los alfas!!!

Pero sabía que era inútil patalear. Lan QiRen no sólo era mucho más alto que él y mucho más fornido. Era extraordinariamente mucho más fuerte que él, producto de los entrenamientos del Clan Lan.

Todo lo que hizo el alfa para tranquilizarlo fue, simplemente, dejar que pataleara, besar suavemente su cuello... y Tao Cai dejó de removerse como una lombriz, consciente que podía pasarse horas batallando con él sin conseguir que lo soltara. Sus brazos eran como cepos de hierro alrededor de su cuerpo.

-Eres mi A-Cai. No me gusta cuando cualquier otro te mira, ni siquiera mi hermano -declaró contundente.

Una risita divertida se escapó entre los dientes del jovenzuelo.

-Tonto, ¿quién se va a fijar en mi? Soy un beta, ¿lo recuerdas? Los alfas no os fijáis en nosotros como presas. Además, todos me tratan como un crío. Incluso tu hermano Qingheng-jun lo hace. En cualquier momento me comprará un tanghulu y me lo dará sonriendo y me dará golpecitos en la cabeza como a un crío. Te recuerdo que tu hermano, nuestro Líder, lo que estaba era vigilándome.

Lan QiRen frunció el ceño. Su expresión se volvió agria.

No, no, no, si a su hermano se le ocurría regalarle un dulce a su Tao Cai, no se lo tomaría demasiado bien, para nada.

Tao Cai se revolvió entre sus brazos y lo miró sonriendo, deleitándose en la expresión que se había apoderado del rostro del alfa.

-¿Cómo? ¿El intachable Lan QiRen bebiendo vinagre por mí?

Insolente, acabó la frase colgándose del cuello del alfa.

-Sabes perfectamente que sí -declaró con un suspiro -. Odio cuando alguien que no soy yo te mima.

-¿Y eso sería apropiado, Maestro Lan QiRen? Un alfa tan irreprochable como tú, ejemplo para los discípulos de GusuLan, hermano de nuestro Líder, dejándose llevar por esos sentimientos poco... adecuados.

Los ojos de Lan QiRen se entrecerraron. Sabía perfectamente que a Tao Cai se le había pasado el enfado simplemente porque empezaba a ser atrevido.

-Inapropiado totalmente -reconoció.

Tao Cai apoyó su frente sobre su hombro, como si fuera un niño que buscaba mimos o en su defecto, intentara encontrar una pose cómoda para echarse una siesta.

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