11. BIBLIOTECA

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11. BIBLIOTECA

Recesos de la Nube, pocos días antes del inicio de la Conferencia de Cultivación

-¿Dónde está Wei WuXian?

La pregunta que acababa de lanzar Lan QiRen frunciendo el ceño saliendo del jingshi al comprobar que no se encontraba en aquel lugar, provocó un pequeño terremoto en los Recesos de la Nube. Dentro de la medida que era posible y sin romper las reglas, varios discípulos se apresuraron a buscar al omega de Lan WangJi por cualquier lugar que se les ocurriera.

Un rato después, uno de los discípulos se acercó y tras un saludo formal, anunció que Wei WuXian estaba en la biblioteca. Así que el mayor de los Lan se dirigió hacia el pabellón indicado con gesto serio. Al llegar hasta aquel lugar, abrió la puerta y ojeó el interior.

Aunque Lan QiRen había dado clases a Wei WuXian en su juventud, el espíritu libre, bromista e independiente del en aquel entonces primer discípulo de Yunmeng Jiang se había impuesto sobre lo que realmente era: un estudiante brillante, ágil, inteligente, vivaz y observador. En su juventud, aquel caótico muchacho apenas mostraba interés en otra cosa que no fuera divertirse y ser irrespetuoso, según su opinión. Pero en el fondo, incluso en aquel entonces, Lan QiRen había tenido que reconocer en privado que resultaba increíblemente inteligente.

No sólo por desarrollar aquella peligrosa teoría sobre cómo usar la energía resentida que tanto lo había escandalizado, sino también por las calificaciones que había obtenido en el poco tiempo que permaneció a su cuidado. Si Wei WuXian hubiera resultado mucho más dominable o mejor dicho, no tan independiente y su pelea con Jin ZiXuan no hubiera causado su expulsión, posiblemente Lan QiRen hubiera cambiado su actitud hacia él y hubiera intentado exprimir al máximo sus capacidades reconduciéndolo hacia lo que él consideraba el camino correcto. Con el tiempo había comprendido que su puesto como primer discípulo de Yunmeng Jiang no había sido un regalo otorgado por Jiang FengMian para encumbrar a su protegido: había sido un título otorgado muy meritoriamente a un genio.

Años después, antes incluso de convertirse en Patriarca Yiling, Wei WuXian había dado muestra de su genialidad y sus capacidades con multitud de inventos, como la mismísima y maldita creación del sello del tigre estigio o las brújulas del mal o las banderas de atracción espiritual o talismanes con las más variopintas aplicaciones en un paraje que ni era el más adecuado para la meditación ni el estudio ni la vida misma, los Túmulos Funerarios. Si había conseguido eso en un lugar tan aciago... ¿qué no podía hacer en un lugar como los Recesos de la Nube?

Al entrar en la biblioteca, vio al omega encorvado sobre una mesa, rodeado por manuscritos que se apilaban sin orden ni concierto entre el mueble y el suelo, envuelto otra vez en aquella capa blanca que le había regalado Lan WangJi. Apenas hacía dos días que sus sobrinos y su séquito habían partido hacia Lanling y Wei WuXian ya daba muestras de echar en falta a su alfa llevando aquella prenda encima cuando no estaba en el jingshi.

Wei WuXian arrugó la nariz al percibir el aroma de Lan QiRen y levantó la cabeza.

-Buenos días, Tío.

-Maestro, para ti Maestro Lan QiRen –replicó.

-De acuerdo... Maestro Lan QiRen –concedió con un suspiro.

Se acercó mientras hablaba. Sus ojos barrieron los manuscritos que se agolpaban en aquel lugar. De repente vio emerger de entre los mismos la punta de la empuñadura de una espada que reconoció, Suibian. Frunció el ceño. No recordaba que el omega llevara la espada normalmente mientras se movía por los Recesos de la Nube en su día a día.

-¿Puedo saber qué buscas?

-Ah... información. Tranquilo, no planeo quemar la biblioteca, lo creas o no, este lugar me gusta demasiado, Maestro Lan.

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