10. COMPETICIÓN

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10. COMPETICIÓN

Conferencia de Cultivación, Lanling

Lan SiZhui ajustó por última vez el cinturón de nueve anillos dorados. El resto de discípulos menores de veinte años de la Secta GusuLan que habían acudido con su Líder hasta Lanling hacían lo mismo, preparándose para la competición de tiro, vistiendo con las túnicas rojas que marcaban su futura participación.

-¿El Joven Maestro Jin Ling también participará? –comentaba en aquel momento uno de sus compañeros.

-Sí lo hará, aunque sea el anfitrión de la Conferencia, aún tiene que demostrar al resto de Sectas su valía –contestaba otro.

-Lástima que Jingyi no esté aquí, es bueno en el tiro.

El joven miró de reojo a sus compañeros.

-Daremos lo mejor de nosotros –sentenció.

Una afirmación generalizada recorrió a sus compañeros. De repente, todos saludaron a la figura que acababa de hacer acto de presencia comprobando que estaban a punto. Lan SiZhui se volvió y saludó de igual manera.

-¡HanGuang-jun!

La mirada de Lan WangJi repasó a todos los jóvenes discípulos, deteniéndose unos instantes sobre Lan SiZhui. Lo que muchos no entendían en otras Sectas y se sorprendían al comprobar cómo actuaba el alfa, era que pese a su estoicismo y seriedad, todos en GusuLan sabían que protegería y cuidaría a los jóvenes discípulos fieramente, guiándolos y preocupándose por ellos como maestro más allá de lo que muchos hacían. Independientemente que Lan SiZhui estuviera o no presente, cualquier joven discípulo que acudiera a Lan WangJi buscando enseñanzas se encontraría con un maestro dispuesto a impartir conocimiento.

Por otra parte, aunque todos conocían la relación que ligaba a Lan SiZhui con HanGuang-jun como hijo y padre respectivamente, también eran conscientes que ni el primero abusaba de ella ni el segundo demostraba una predilección excesiva hacia el primero. Sólo pequeños matices, pequeños detalles que todos aceptaban y consideraban normales se producían en sus interacciones cuando no estaban en privado: que Lan WangJi se preocupara por cómo había ido una cacería mirando a su hijo adoptivo y estudiando su aspecto por unos instantes, era normal y más que habitual. Todos sabían que en cuanto comprobara que estaba bien, dirigiría su atención hacia el resto y los trataría de igual forma.

Nunca oían que Lan SiZhui lo llamara "padre" en público. Nunca vieron que Lan WangJi lo llamara "hijo". Pero todos eran consciente de su relación... y con la llegada de Wei WuXian, había sido más que evidente: la manía del omega de llamar a grito pelado al joven alfa "¡A-Yuan!" sin importarle cuanta gente estuviera presente o demostrar su afecto abrazándolo sin más, contrastaba con la falta de manifestaciones afectivas de padre e hijo en público.

Pero ninguno de los compañeros de Lan SiZhui refutaría nunca que Lan WangJi amaba a su hijo. Aquellos pequeños detalles, como que su mirada se detuviera unos instantes más sobre él para comprobar su aspecto, evidenciaban realmente su relación a sus ojos.

-Estamos preparados, HanGuang-jun –anunció Lan SiZhui.

Lan WangJi asintió. Se volvió y encabezó a la delegación de jóvenes discípulos de GusuLan que disputarían la competencia de tiro de la Conferencia de cultivación.



Lan XiChen se aposentó en una de las principales posiciones en el estrado cubierto con brillantes sedas blancas a dos alturas que se había levantado ex profeso para que los líderes de las Sectas pudieran contemplar la competencia de tiro con el mayor campo de visibilidad posible.

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