Era un día de verano en aquel lejano reino llamado Naboo, un lugar muy cálido con cascadas y lagos enormes, que estaba bajo el control del Emperador Palpatine quien tenía una nieta llamada Rey la cual tenía piel blanca, cabello largo y rojizo con unos ojos color verde mezclado con avellana y unas cuantas pecas en su nariz y mejillas, quien al Emperador morir le sucedería convirtiéndose en Emperatriz ya que los padres de aquella chica habían muerto en un accidente marítimo de regreso a casa.
En las mañanas siempre tenía diferentes clases, ya fuera de danza, idiomas, canto, poesía y al menos una vez a la semana clases de combate, las cuales iban de peleas cuerpo a cuerpo hasta peleas con espadas. Su abuelo no estaba muy contento con esta clase ya que en un descuido podría llegar a salir herida e incluso morir. Ese día estaba en su clase de danza junto a sus 4 doncellas con las cuales era muy unida ya que se conocían desde pequeñas.
- Su alteza, debería bailar con un poco más de entusiasmo - mencionó una de sus doncellas.
- Lo haría si me gustara realmente bailar, tengo dos pies izquierdos Anne. - reprochó Rey.
- Eso no debería afectarla, con más práctica lo podrá lograr - Emma comentó.
- Pero como dije antes, no es de mí agrado bailar.
Rey resopló mientras intentaba seguir los pasos y sus doncellas solo rieron ante el acto de Rey.
*
Mientras tanto, en otro reino llamado Alderaan, donde el clima no era ni caluroso ni muy frío, con montañas muy grandes, un chico alto de cabello un poco largo y despeinado de color negro como la noche y unos ojos color avellana profundos que causaban misterio, caminaba por un gran castillo junto a sus amigos y compañeros de aventuras siguiendo a su madre, la reina, quien lo habría estado buscando para arreglar algunos asuntos sobre el reino ya que él algún día se convertiría en el rey y ahora se les estaba haciendo tarde. Al parecer acababa de llegar una carta de un reino para invitarlos a una celebración que se llevaría a cabo en unas semanas.
- Ustedes se quedan aquí muchachos, esta es una reunión familiar y política. - dijo Han deteniendo a los amigos de la infancia de su hijo.
Ambos chicos se miraron y resoplaron para después sentarse en el suelo junto a la puerta a esperarlo.
En la reunión, Han y Leia se sentaron y Ben se quedó frente a ellos, él tenía una cara de preocupación porque creía que lo iban a regañar por uno de los tantos problemas en los que se había metido esa semana junto a sus fieles compañeros.
- Ben, cariño, llegó una carta esta mañana del reino de Naboo. - Comenzó a hablar Leia. - y ya que ayer nos enteramos que no has entrado a tus clases de política, decidimos enviarte a ti como representante del reino a aquella celebración.
- ¿Celebración? - Ben frunció el ceño - esto no suena como un castigo - sonrió.
- Fue idea de tu padre, yo tampoco creo que sea un castigo realmente - volteó a ver a su esposo con una cara de seriedad.
- ¿Qué?, no me veas así - Han hizo un ademán con la mano - yo creo que podría funcionar como un castigo. En la celebración tenemos que hablar con varios representantes o incluso príncipes y reyes de otros reinos, algo que no suele hacer cuando nosotros tenemos celebraciones ya que siempre se va antes de presentarlo con alguien.
Ben se hundió un poco en su asiento mientras Leia arqueaba una ceja y asentía con la cabeza lo dicho por Han.
- Tiene razón tu padre, Ben.
- Va siendo hora de que tú también hagas lo yo tengo que soportar - Leia le dio un codazo en brazo - ¡Auch! - Han se sobó el brazo - Sólo estoy diciendo la verdad, soy tu esposo pero me negué a ser tu rey consorte por todas esas reuniones y fiestas políticas que no son de mi agrado - dijo al final con un tono de desagrado.
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En otra vida te encontraré
FanfictionEsta es una historia sobre una díada condenada a encontrarse en cada vida hasta por fin estar junta como siempre debió ser, teniendo varios obstáculos en el camino, volviendo casi imposible su unión. ¿Será que el amor es más fuerte que una alianza o...