🍒 Capítulo 12 🍒

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Flavio volaba extremadamente rápido. Agitaba las alas para ganar altura y luego caer en picado una y otra vez. Adalia y Polnareff se cubrieron los oídos como pudieron para evitar que el aire les dañara los oídos. Kakyoin también lo hizo con su stand. El único que estaba acostumbrado -O tenía la resistencia suficiente para ello- era el Hombre con Alas. No sabían a que velocidad iban, pero era muy rápido. En poco tiempo pasaron de estar a las afueras de Roma a Florencia cómo si fuese nada.

Kakyoin a veces observaba hacia abajo viendo como el paisaje se movía lentamente desde esa altura. Los edificios eran pequeñísimos y las tierras cultivadas parecían hacer un patrón de ajedrez. Era un espectáculo impresionante. Estaba seguro de que algo así nunca podría olvidarlo, al igual como cuando surfeó por la arena del lago Nasser. Sin embargo, esta vez, era como un pájaro. Se preguntaba si Flavio se cansaba de volar, pero al parecer, no era así. Ya habían dejado Florencia hacía un buen rato y se dirigían a Milán.

Flavio aterrizó en una zona poco concurrida del centro de la ciudad. Allí plegó sus alas y se dirigió a los dreamers que estaban un poco antontados luego de aquel vertiginoso viaje por el aire.

-¿Se encuentran bien? ¿Tienen ganas de vomitar? -Los tres negaron pero estaban claramente mareados-. Les sugiero que salten si tienen algún malestar. Dos horas de vuelo no son poca cosa considerando que no soy un avión.

Los dreamers asintieron. Adalia comenzó a dar saltitos para que se le quitara el mareo. Luego, comenzaron a caminar. El cielo comenzaba a mostrar los primeros indicios de querer cambiar al crepúsculo. Flavio miró hacia todos lados. No parecía haber indicios de haber algo mal. "La burocracia de la mafia les impedirá comenzar a buscar a estos tres en poco más de treinta horas. Deben de asegurarse que ellos son un peligro. Por ahora... Todo va bien", pensó el usuario del Hombre con Alas.

-¿Necesitan ir a una sede de SPW, no es así? -Los dreamers asintieron- Y Nori mencionó que el lugar de donde venían era Francia. La sede más grande de SPW allí es la de París, ¿Ahí quieren llegar, no es así? -Volvieron a asentir-. Ya veo. Para llegar allí hay varias opciones. Están los vuelos, ir en bus o ir en tren.

Flavio miró el cielo deteniendo el paso por un momento. Luego siguió caminando con el resto del grupo.

-Olvidenlo. Van a tener que ir en tren nocturno, pero para que no lleguen en la madrugada, vamos a hacer tiempo, ¿Les parece? -Sus compañeros asintieron-. Perfecto. Vayamos a comer algo. Volar me dio un hambre horrible.

-Estoy igual -Dijo Kakyoin-. Me comería una vaca ahora mismo.

Adalia rió junto a Polnareff. Buscaron un lugar donde poder pedir algunos aperitivos y saciar el hambre. Comieron en una especie de pastelería que tenía algunas mesas donde poder quedarse y comer. Había mucha gente entrando y saliendo con pedidos pequeños; era la hora de salir del trabajo y estaban hambrientos. Kakyoin notó que Flavio estaba claramente mucho más relajado que cuando estaban en aquel acantilado en la playa.

-Te noto mucho más tranquilo -Le comentó a Flavio- ¿A qué se debe eso?

-Oh, es muy sencillo -Lo que habían ordenado se los trajo el mesero-. Muchas gracias -Dijo Flavio recibiendolo-. Bueno, verás, la parte norte de Italia es mucho más segura que la sur, por eso venir aquí es mucho más conveniente que tomar cualquier acercamiento allá.

-Entiendo, pero tengo una duda -Interrumpió Polnareff- ¿Qué se supone que hagamos para cambiar de "nosotros"?

Flavio miró hacia los lados y bajó la voz.

-Pues hacer nuevas credenciales y cambiar apariencias. No hay mucha ciencia, Pol-Pol -El pelinegro tomo un trozo de su pastel de selva negra y comió-. Bueno no hay mucho más. SPW se puede hacer cargo de todo lo que necesiten.

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