Llegaron a la ciudad como si hubiesen ido a pie y no de aquella forma tan extraña. Se apresuraron en buscar un lugar donde vendieran pasajes en tren hacia El Cairo. Les tomaría al rededor de seis horas y eran las tres de la tarde. Polnareff se veía muy inquieto, miraba a sus espaldas compulsivamente. Kakyoin se fijó en eso, pero no dijo comentario alguno al respecto. Compraron los tickets y se subieron al tren. Los tres estaban cerca del otro y se sintieron muy relajados. Un sueño les vino a cada uno, pero no podían dormir tan tranquilamente.
-Creo... -Dijo Polnareff en un susurro a Kakyoin- Creo que nos metimos en problemas.
-¿Qué? ¿Por qué lo dices? -Le respondió el pelirrojo.
-Cuando estaba con Prezzemolo, el tipo me llamó de una forma tonta, "Casper". Mencionó algo de policías y algo así como "uno de nosotros" -Hubo un silencio-. Temo que nos hemos metido con las personas equivocadas.
Kakyoin lo miró sorprendido.
-¿Quieres decir que nos metimos con eso que dijo Keenan? -Polnareff asintió con la cabeza. El pelirrojo no supo que responder.
-Con suerte no se darán cuenta de esto -Dijo para calmarlo.
-¿Y para eso tenían a un maldito guardián de la flecha? Oh vamos, Polnareff... -El platinado tenía una mirada severa. Hablaba en serio, era totalmente consciente de sus palabras.
Polnareff sintió que un temor lo invadía. Si su teoría era verdadera, podía meterlos en un lío en el que no podrían salir durante años. No quería meter a sus amigos en un problema así. Él era capaz de hacerlo sólo. Estaba seguro de eso. No pronunció otra palabra más y pronto los dos se durmieron.
Cuando llegaron al Cairo, el sol ya se había puesto en el horizonte. El cielo era oscuro, y el paisaje urbano tenía las luces encendidas. Decidieron tomar un taxi para poder acercarse a la sede de SPW. Kakyoin observó el hospital de la fundación. Había pasado mucho tiempo allí, recuperándose del incidente sucedido en la travesía de hacía unos años. Se lo comentaron a Adalia y ella quedó anonadada con aquella información. Siguieron adelante y llegaron a las puertas de la sede. Era muy tarde como para poder hacer algo allí... Hasta que mencionaron la Flecha. El personal se volvió loquisímo. Comenzaron a hacer llamadas de aquí para allá, los empleados no lo creían. ¡Lo habían conseguido en menos de una semana! ¡Se lo tenían que informar al responsable de la búsqueda!
-Los pondremos en contacto de inmediato con el señor David Keenan -Les dijo uno de ellos-. S-Sólo denos un minutos, estamos... estamos procesandolo, ¿Están heridos? ¿Necesitan algo? ¡Oye tú, trae medicinas!
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué ya trajeron una? ¡Imposible! -Escucharon a alguien decir- ¡Es imposible!
-¡Es increíble! ¡Pensé que iban a demorar meses! -Se oyó en el fondo del pasillo.
Fueron atendidos por el equipo médico de la sede. Aplicaron LRT en la herida de Kakyoin y en el rasguño de Adalia. Tomaron muestras de sangre de cada uno de los integrantes del equipo de búsqueda. Serían analizadas en la noche y en la mañana siguiente tendrían los resultados. Dentro de la sede tenían algunas residencias que podían ofrecerles a los dreamers night debido a que en la sede de Egipto, los líderes debían de estar siempre en las instalaciones después de lo ocurrido en la travesía de los crusaders.
Ya era cerca de las once de la noche cuando se pudieron contactar con Keenan. La voz de él se rompió al instante al escucharlos. Sus sollozos eran de alivio y felicidad. Keenan se obligó a calmarse para dar la siguiente tarea de la misión.
-¡Ah, chicos! -Sollozó-. Estoy orgulloso de ustedes ¡No saben lo feliz que estoy por ustedes! Es una sensación extraña, casi indescriptible, muchas gracias. Tengo mucho que agradecerles.
Polnareff rió para luego hablar en un todo más serio. Revelaría sus teorías y solicitaría extrema precaución a sus compañeros. Quería decirlo en la llamada para que el mismo Keenan estuviera al tanto.
-Bien, verás Keenan -Dijo el platinado-, cuando obtuvimos la flecha, casi de inmediato nos atacó un usuario de stand.
Keenan hizo una exclamación. Exigió que contara todo de una manera algo autoritaria.
-El usuario respondía por el nombre de "Prezzemolo" y su stand se llamaba "Dead Eye" -Jean inspiró algo preocupado-. Su actitud era muy arrogante al incapacitar emocionalmente a las personas con su stand, tenía con él una cimitarra y llevaba ropas más o menos caras. No tuvimos más opción que ejecutarlo.
-Q... -Keenan se tragó las palabras a duras penas. Hubo un silencio- ¿Interfirió gravemente con ustedes?
-Sí, incapacitó a Adalia en primera instancia, luego, Kakyoin hizo que Dead Eye se retirara, lo que significa que quedó gravemente herido. Nos dimos cuenta rápidamente que Adalia no mejoraba, por lo que intentamos hacer que la dejara en paz. Se opuso reclamando por la flecha e incapacitó a Kakyoin. Luego tuve que intervenir yo retirando al stand de Prezzemolo. No deje rastros de él ni de nuestra pelea. Pero...
Kakyoin y Adalia miraron a Polnareff. En sus labios hubo un temblor e intento hablar. Lo hizo fuerte y claro, como un soldado.
-Me temo que el hombre pertenece a una mafia, como tú nos advertiste -El líder de SPW, como sus compañeros quedaron atónitos-. Ahora es cuando quiero te hacer una petición. Cómo líder de la búsqueda solicito que sólo yo me quede haciéndola. Es demasiado peligroso para que más personas se invol...
-¡No! -Gritó Adalia- ¡No te dejaré solo!
Aquello sorprendió al platinado. La rubia se había dejado llevar por su corazón y su tenacidad. Kakyoin parpadeo. Movió la cabeza dando a entender que opinaba lo mismo que la rubia.
-¿Cómo puedes decir algo así de descabellado? ¡No seré una usuario de stand, pero vamos! -Polnareff no supo que responder y su cara comenzó a enrojecer de vergüenza.
-Concuerdo con Adalia, se me es imposible abandonar la misión. Por muy peligroso que sea, siempre habrá alguien dispuesto a hacerlo y esas personas somos nosotros, Jean -Los dos lo miraban sin juzgarlo. Era incómodo, pero a la vez tranquilizante. Hubo un silencio.
-Lo siento, Polnareff -Agregó Keenan-, no puedo concederte algo así, sí los involucrados no quieren alejarse de la misión.
El platinado bajó la cabeza algo apenado. Poner en riesgo a tres personas por una misión así era absurdo, pero más absurdo era intentar aislarse de las personas que estarían ayudándolo por la excusa de "sólo intento protegerlos". Asumió su error con amargura. Continuaron charlando por unos minutos y luego cortaron.
Pasaron la noche en la sede de SPW. Al día siguiente, los resultados de los exámenes estaban listos. Encontraron químicos extraños en baja cantidad en la sangre de Adalia y Kakyoin, producto del ataque de Dead Eye en ellos. Polnareff no tenía nada parecido a ellos. Les hicieron beber líquido fundamental a los tres combinado con LRT y algunas cosas más. El pelirrojo y la rubia se "desintoxicaron" -es la forma más bonita para describir un proceso tan desagradable como el que pasaron los dos-. El platinado los apoyó en lo que pudo estando a atento a las necesidades de uno u otro, pero no podía hacer mucho más.
Polnareff aún se encontraba procesando lo que había sucedido la noche anterior. De Kakyoin tenía cierta noción de que iba a rechazar dejarlo solo, pero le había sorprendido que la Adalia haya saltado a negarlo antes que él. El platinado vio temblar las piernas de ella, su inseguridad ante la presencia de un usuario de stand, su debilidad. Pero aún así quería ir. No lo entendía ¿Por qué? ¿Por qué quería arriesgarse de esa manera, si estaba aterrorizada? Aquel pensamiento lo perturbaba de cierta manera. Sabía que la rubia era insistente en ciertos aspectos de su vida, pero no se imaginaba ni de cerca que ella iba a acompañarlo hasta el final.
Se tapó la cara con las manos respirando lentamente. Miro a su alrededor. No podía quitarse de la cabeza ese pensamiento. La quería mucho, pero no podía obligarla a dejar la búsqueda. Pero también tenía que admitir que no era tan solo ella la que le preocupaba. También lo hacía el pelirrojo. Ya había experimentado dos tragedias a su lado, no quería una tercera, en el que el incidente lo condujera a la muerte de manera inevitable, imposible de saltar aquel destino tan trágico por lo menos unos años más. Tenía miedo de eso. Pero alejarse no tenía sentido. No, sería como su padre si lo hiciera. Movió la cabeza.
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Acá | Jojo's Bizarre Adventure |
Hayran KurguNoriaki Kakyoin, Jean Pierre Polnareff y Adalia Schneider deberán de arreglárselas para poder cumplir con la peligrosa búsqueda de las flechas. Secuela de "Aquí". 08 / 02 / 2020 Jojo's Bizarre Adventure (c) Hirohiko Araki