🍒 Capítulo 43 🍒

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Mientras que Lucy y Marcelo ideaban el plan, el calor de finales de Mayo comenzaba a irradiar en todas partes. Nanno y Flavio instalaron una piscina para las muchachas y para los nuevos. Para su sorpresa, Paolo también colaboró bastante gracias a Silver Chariot. Aplanó el suelo lo más que pudo y allí la armaron. Terminaron el primer día de ensamblarla. El segundo se llenó de agua hasta la mitad y en el tercero ya estaba lista. Nanno colocó un pequeño dispositivo anti-bacterial que flotaba por el agua apaciblemente. Había otro muy parecido que tenía dentro una pastilla de cloro.

-¡Woah! ¡Mira es la piscina nueva! -Lionetta se veía muy feliz- ¡Ahhh y es profunda! ¡Genial!

-Sí... -Leti, al contrario, se veía algo angustiada al respecto. Se escondió en si misma viendo como la Mona Lisa Twin chillaba y saltaba. Su hermana también estaba feliz...

-¡Leti! -La voz de Flavio la sacó de sus pensamientos- ¡Vamos, ven! Se que te gustará el agua, no te preocupes.

Leti miró dentro de aquella piscina tan grande. Las paredes tenían un patrón de azulejos celestes y, a parte de aquellos dos flotadores que colaboraban en la limpieza del agua -ayudando al filtro que debían de conectar desde un tomacorrientes del silo más cercano-, habían otras cosas que le llamaron la atención. Había una pelota de playa y un flotador en forma de flamenco. Nanno estaba sacando las abejas que cayeron dentro de la piscina con una red mientras Paolo limpiaba el fondo.

-¿Como inflaron todo eso? -Preguntó la albina.

-¡Pulmones de acero, hija! -Nanno río-. Mañana van a poder ocuparla. Todavía tenemos que armar la escalera.

-¡Por fin vamos a usar los trajes de baño que nos compró Franccesca! -Exclamó Lionetta.

Las muchachas se veían expectantes ante la piscina, mientras que los mayores lo veían como una nimiedad. Tenían otras preocupaciones y estaban algo ansiosos por lo que Marcelo propusiera en la nueva reunión. Los dreamers se habían unido hace poco menos de un mes y en esa cantidad de tiempo Franccesca comenzaba a conocer mejor a su stand, y también comenzaba a ver a Nestore y Allegria mucho más seguido.

-Te noto preocupado -Franccesca se revolvió el pelo mirando a Nestore.

-Sí, la verdad es que sí... -Él suspiró-. Desearía ser mejor para ella, el año pasado le regalé un paquete de chocolates para su cumpleaños. Le gustó mucho, pero es muy bobo eso... -Ella lanzó un bufido- ¿Eh?

-Veo que eres igual que Allegria -Rió-. Dime, ¿Eres pintor porqué te gusta o porque no tienes otra cosa que hacer?

-¿Qué clase de pregunta es esa? Claro que me gusta -Exclamó él-. Sí no me gustara, hubiese estudiado cualquier otra cosa.

-Pero estudiar pintura fue lo que te acercó a ella -Sonrió burlona-. Dime, sí ese profesor mezquino no los hubiese hecho ir al Louvre, ¿La hubieses conocido? ¿Estarías aquí? Incluso, si no hubieses emprendido tu viaje, no estarías aquí -Nestore miró a Franccesca con una cara extrañada. Los apéndices de Hierophant Green clasificaban las frutas maduras de las precoces y hacia un trabajo eficiente mientras hablaban.

-¿A qué quieres llegar? -Le cuestionó.

-Voy a que una decisión así puede cambiar el rumbo de tu vida. Debes de estar muy seguro para hacerla, ¿O no? -Nestore movió la cabeza afirmativamente con angustia- ¿Tienes rachas de inspiración o bloqueos frecuentemente? -Nestore asintió-. ¿Y qué más haz intentado hacer?

-Bueno, no mucho... la verdad es que no -Suspiró. Ella acarició con el dorso de la mano la mejilla de él.

-¿Sabes dibujar? -El asintió-. El dibujar y el pintar son cosas distintas.

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