🍒 Capítulo 20 🍒

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-¡¿Qué?! -Exclamó Lionetta- ¡Estás bromeado! ¿No?

Angelica observaba a la muchacha castaña con una mirada firme mientras fruncía el ceño. Ella quedó algo intimidada.

-T... Tú no eres de las que bromea, cierto -Ella suspiro-. Déjame ir a verla, Angelica, por favor.

-Muestrame tu pneuma y te dejaré ir. No me retrases más. Tengo que acompañar al Nanno -Dijo la rubia severamente.

-E... Está bien -Lionetta cerró los ojos intentando sacar la representación de su alma. Le dolió el cuerpo, pero aún así lo intentó-. ¡Indiscipline! ¡P... Por favor!

Un sonido metálico se produjo y Lionetta cayó al suelo exhausta

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Un sonido metálico se produjo y Lionetta cayó al suelo exhausta. Sobre sus hombros, se veía una figura delgadísima con un montón de esferas en su cuerpo -como por ejemplo, en sus hombros y en su cuello-. Tenía una especie de armadura dorada sobre una piel blanca de textura suave. Aquel era el pneuma de Lionetta: Indiscipline. Ella levantó la cabeza algo exhausta. Esperó una respuesta de Angelica.

-Está bien. Puedes ir a ver a Fran. No te aseguro que este consciente cuando vayas. Está muy mal -Angelica miró el suelo por un momento-. Ocupa a tu pneuma para retrasar el crecimiento de esas putas plantas -Lionetta asintió parándose del suelo. Se secó el sudor de la frente y fue corriendo hacia la puerta-. ¡Espera! ¿Tú hermana?

-Está durmiendo todavía. No creo que le guste que la despiertes, aunque si es para esto... -Lionetta hizo una mueca-. Pregúntale, yo iré a ver a Fran ¡No quiero que algo malo le pase!

Angelica asintió. Lionetta salió de la cabaña y se dirigió a la casona. Sacar a Indiscipline la había cansado mucho. Ella, junto a su hermana, habían hecho que Ænima se retirara cuando se encontraban en las afueras de la hacienda. La batalla fue frustrante a más no poder, ya que solo podían ver poco más allá de su nariz cada una y aquel stand remoto intentaba dejarlas fuera de combate con una resiliencia admirable. Si Laeticia no hubiese estado allí, Lionetta seguramente habría muerto. El pneuma de su hermana era un escudo casi impenetrable. Eso había ocurrido hacia unas pocas semanas. Entró a la casa del Nanno jadeando.

Flavio levantó la cabeza y sonrió al ver a una de las Mona Lisa Twins de pie. Lionetta se abalanzó contra Flavio y lo abrazó.

-¡Escuché lo que te pasó! -Dijo ella-. Perdónanos por ser tan infantiles...

 Perdónanos por ser tan infantiles

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