EPÍLOGO
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Purre: Amor! Ya están aquí!
El grito de Purre me hizo tirar al suelo mi agenda que tenía en las manos. Me levante de lá cama, recogí aquel diario personal en el que había aprendido escribir y lo deje sobre la mesa de la noche.
Pilar: Bajo en seguida! Lo grité.
Mirándome frente al espejo de mi habitación tomé mi cabello y lo ate en una coleta, era inicio del verano y calor comenzaba a hacerse presente, había decidido meterme un vestido blanco corto y llevaba los pies descalzos. Ese era un mal hábito que había tomado desde que nos mudamos, Purre me regañaba todo el tiempo pero yo no le ponía atención.
Arrastre mis pies desnudos por la madera de las gradas hasta llegar a la planta inferior de aquella gigantesca casa.
No había terminado de bajar las gradas cuando la vi. Purre estaba saludando a Renata en la entrada de la casa, Santiago estaba parado al lado de ella y ambos vestían como si acabaran de llegar de la mismísima Nueva York. Un estilo que no combinaba para nada con el clima de aquela isla.
Pilar: Rena!!! Chillé mientras corría a su encuentro.
Los años podían pasar todo lo que quisieran, pero un encuentro con tu mejor amiga siempre debe ser todo lo escandaloso del mundo.
Pilar: No trajiste su nueva mejor amiga en la maleta, cierto? Bromeé en medio de nuestro abrazo.
Renata: Pilar!! Me regaño, la observe rodar los ojos cuando nos separamos.
Catarina era una amiga nueva de Renata, o como yo la llamaba mi reemplazo. Por lo que sabía se habían hecho amigas en los seis meses que yo estuve en la España, cuando regresamos Santiago y yo intentamos adaptarnos a esa " Catarina", claro que él fue mejor que a mí.
Era una chica agradable, pero Renata no era alguien a que me gustara compartir con otras personas. De todas las formas con el pasar del tiempo todos fuimos madurando un poco, cuando nos graduando Renata y ella fueran estudiar juntas a Estados Unidos y actuar. Santiago también se fue, porque él sigue persiguiendo sus sueños de ser un cantante.
Por mi parte.... Bueno, aún es muy pronto para hablar de mí. El sol aún no se ponía y la noche iba a ser larga.
Pilar: Que hay de tí, ahora es famoso, no vas a saludarme? Le pregunte a Santiago en cuando Renata paso de largo a saludar a Purre.
Santiago: Como piensas que voy a olvidarme de mi gemela malvada? Me dijo riendo y yo lo golpee en el hombro. Luego nos dimos un fuerte abrazo.
Santiago de verdad se había convertido en todo un famoso cantante, sus canciones sonaban en todos los lugares y países. Tenía un montón de fans detrás de él, y él éxito lo seguía a ahí a dónde iba.
Renata: Y los demás? Preguntó Renata cuando pasamos a la sala de estar.
Pilar: Deben estar por llegar. Le dije
Desde que yo y Purre nos habíamos mudado a aquella gigantesca nuestra casa en la playa, cada verano nos reuníamos ahí. Todos llevábamos vidas demasiadas diferentes y demasiadas lejanas, pero cada verano volvíamos a ser unos tontos adolescentes disfrutando el sol y el mar.
Observe como hablaban entre ellos, sentamos alrededor de la sala, se reían y el corazón se me llenaba de alegría.
La nuestra casa era una belleza, yo me había enamorado de ella desde la primera vez que la vi. Estaba en lo alto de la isla, me encantaba vivir acá.