Narra Pilar
Santiago: Ana Paula viene en cinco minutos. Escuche el gritar desde al otro lado de la puerta, me mordí el dedo pulgar con nerviosismo mientras miraba la pantalla de mi móvel encendida, esperando la respuesta de la llamada que había marcado unos minutos atrás.
Pilar: Bajaré enseguida! Dije en alto. - No tardo.
Santiago: Dale!
Los pasos de Santiago se hicieron cada vez menos audibles, bastaron unos segundos más para que pudiera escuchar la voz de mi madre en el teléfono.
Marcela: Alô? Pilar? Está todo bien?
Pilar: Mamá? Susurre en el teléfono pegado al mi oído.
Marcela: Qué horas es allá cariño?
Pilar: Mamá eso no es importante, me reí. Necesito hablar contigo
Marcela: Conmigo?
Pilar: Sí, mamá.
Marcela: Pilar yo estoy...
Pilar: Por favor, Suspire. - Será rápido
Marcela: Sí, está bien! Lo siento. Esta es la clase de cosas por las que tú padre me regaña. La escuche soltar una risita. - Te escucho hija.
Pilar: Mamá. Trague duro, que estaba haciendo? Poniendome la soga el cuello? Sí, evidentemente sí. - Mamá, yo voy a verlo.
Marcela: De qué hablas, Pilar?
Pilar: Purre mamá, voy a verlo.
Marcela: Hija..
Pilar: No, espera. Déjame intentarlo esta vez. Un par de lagrimas se me escaparon y tuve que armarme de valor para lo que se veía. - Lo quiero, Mamá.
Espere unos segundos, unos cortos segundos, ella no dijo nada.
Pilar: Sé qué crees que es un tonto. Continue, - Lo también creía. Y pensé que iba a poder con esto pero no puedo, Mamá. Para ese momento ya estaba llorando y me era difícil hablar. - Y ahora es incluso peor porque creo que me odia, no creo que queira verme. Pero ya no puedo con todos esos sentimientos mamá, nunca he querido a alguien como lo quiero a Purre.
Marcela: Y cómo vas a verlo? Su voz sonaba seria pero no molesta, lo que le devolvió un poco de aire a mis pulmones.
Pilar: Iré a verlo a una pasarela
Marcela: Purre no lo sabes?
Pilar: No.. Escuche mamá respirar
Marcela: Cuando era joven tu padre y yo íbamos y veníamos. Ella comenzó y yo sonreí. - La historia que siempre contamos es la más bonita, sin embargo hubieron muchas peleas y muchas complicaciones con el paso del tiempo. La voz de mamá comenzó a quebrarse y mis ojos se abrieron, yo nunca había visto o escuchado esa mujer llorar. Esa mujer no se dejaba ver sus debilidad por ningún lado. - Eres muy terca, Pilar! Dijo - Lo sacaste de mi. Me rei y sorbí la nariz tenía la cara llena de lagrimas. - Si ese chico te quiere no importa cuando lo hagas arruinado todo, vas a perdonarte cariño.
Pilar: Gracias Mamá. Llorique
Marcela: Pili, perdóname por ser tan dura contigo.
Una disculpa! De mi mamá! El cielo iba a caerse esa misma noche.
Pilar: Dile a papá que él sigues siendo mi hombre favorito, pero mi corazón es de él chico de mis sueños.
Marcela: Eso es trabajo suyo señorita. Ella se rio. - Escúchame hija, suerte!