Capitulo 43

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Narra Pilar

Gire el pomo de la ducha para que el agua helada dejará de caer. Mi otra mano estaba bastante entremetida enredándose en el cabello de Purre.

Había besado a muchos chicos antes, pero nada era como él. No sé cuánto tiempo estuvimos en la ducha sin dejar de besarnos, él tenía una de sus manos en mi muslo y jorder, mantuve mis ojos cerrados unos segundos, necesitaba respirar un poco. No quería ver su cara triunfante, casi podía imaginarme su sonrisa y cuando abrí los ojos comprobé.
Tenía esa sonrisa coqueta que me había gustado desde la primera vez que lo vi, Purre acercó su mano a mi barbilla, me dio un suave beso en los labios que me dejó en las nubes y luego se alejó.

Purre: Tú sí que sabes cómo hacer que alguien pase la borrachera.
Me dijo casi riendo, y de las cosas que pude haber hecho y también me reí.

Pilar: Voy a robarte un poco de ropa.
Dije saliendo de la ducha.

Purre: Dale! Lo mire, él estaba sonriendo y yo también.

Bastante ridículos.

Salí del baño cerrando la puerta detrás de mí, escuche la ducha otra vez mientras buscaba por sus gavetas un poco de ropa para mí. Comenzaba a tener frío por la ropa mojada mi cuerpo. Un rayo se escuchó, y me fue hasta eso que me di cuenta de que afuera llovía.

Me deshice de mi ropa mojada, me puse una camiseta grande de Purre y corrí a la terraza. Veía la lluvia a menudo en casa, pero ahí era diferente, desde ahí podía ver la lluvia cayendo en el mar, el ruido era más fuerte. Pero la vista seguía siendo espectacular.

Purre: Eres muy rara Pilar!
Su voz me hizo sobresaltarme, gire sobre mis pies para verlo. Estaba parado viéndome, llevaba solo unos pantalones de algodón, nada más.

Pilar: Tú tampoco te queda atrás. Caminé hacia él y me detuve a su lado. - Cubrirte un poco no te cuesta nada, Purre.

Purre: Lo mismo para esas hermosas piernas, estas tentándome?

Mis mejillas quemaron al instante que sus ojos me estudiaron. Seguí caminando hasta la sala, llame el servicio e la habitación y pedí café y dos postres para ambos. Minutos después él apareció sentándose a mí lado en él sofá.

Purre: Torta de fresa. Me dijo en un tono divertido.

Pilar: Ni creas que voy a compartirte. Le dije encogiendo los hombros, él se rio. - Como estas? Lo mire, parecía cansado, tenía el rostro pálido y aún ojeras.

Purre: Mucho melhor supongo. Sonrío. - Voy a necesitar eso.

Él tomó el café de la mesa y ya que había tomado la inciativa yo comencé a comerme la torta.

Pilar: Creí que dijiste que no tomabas. Él volvió a reírse.

Purre: No te enseñaron a no hablar con la boca llena? Me reí.

Pilar: Oh, me enseñaron muchas cosas que no pongo en plática. Rodé los ojos.

Como a no meterme chicos con en relaciones.

Purre: Buen punto.

Pilar: No respondiste mi pregunta. Él suspiro.

Purre: En realidad no lo hago. Comenzó a decir. - No era yo, me dejé llevar, en realidad no tenía ganas de ser yo.

Pilar: Pensé que ser tu era fantástico

Purre: No tienes idea.
Él sonrío con tristeza fue como si una grieta se abriera paso en mi corazón, era la primera vez que veía a Purre débil y por alguna razón me hacia sentir débil también.

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