Capitulo 60

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Narra Facundo

Pase mi mano frente a su rostro asegurándome de que estuviera dormido, el chico no se movió ni un poco, su respiración era tranquila y su sueño se veía pesado.

Ana y yo nos levantamos del sofá, lo acomodamos como pudimos para que siguiera descansando.

Ana Paula: Duerme como una roca. Me sussurro y yo sonríe. Caminamos hacia la cocina intentando guardar silencio.

Facundo: No pensé que sería así. Admití, ella me miro con la ceja alzada

Ana Paula: Á que te refieres?

Facundo: Pensé que se volvería el Purre gruñón de antes, no me image que sería el chico triste.

Ana Paula: Nunca había visto el con corazón roto.  Se encogió de hombros.

Purre con el corazón roto, si lo hubiera oído meses antes me hubiera reído mucho. Él no había sido el mismo desde aquel verano. El día que regreso a isla no le dijo a nadie, no le habló a nadie. Renata intento buscarlo pero él se alejó de todos, regreso a Madrid antes que nosotros, no atendió ninguna llamada, semanas después lo vi en el trabajo, lo obligué a contarme y lo hizo.

Él se sentía solo y todos intentábamos hacerlo sentir lo contrario, pero la verdad es que Pilar se las había arreglado para destrozarlo totalmente. Me dolía ver a mi mejor amigo así, no era el Purre que yo conocía y no sabía qué hacer para traer mi amigo de vuelta.

Narra Pilar

Mi mejor amiga me dio un beso el na frente antes de despedirse de mi. Me gire y me dispuse a caminar, había terminado mis clases, pero todavía tenía un lugar más al que ir.

Recordé la vez que canté para Purre, cuántas veces me dijo que mi voz era hermosa. Respiré hondo.

Dos veces en la semana asistía a clases de canto, era un centro cultural quedaba solo algunas cuadras del instituto, practicaba una o dos horas con una maestra de canto, era una excelente manera de distraerme y hacer algo que realmente me gustaba.

Además, se la mujer que me ensayaba era un amor de persona. La relación con mi Mamá había ido de mal en peor, pasamos de ser confidentes a solo saludarnos cuando debíamos y me sonría con tristeza. Así que Martina, quien me ensayaba, había sido un soporte.

Martina: Ahí está mi estrella! Ela me miro a través del vidrio grueso de sus lentes cuando entre en el salón.

Pilar: Eres tú, Martu! Dije mientras tomaba asiento a su lado, ella estaba con la guitarra. - Practicando?

Martina: Oh, solo un poquito! Venga, tengo una canción para ti. Vas a encantarte.

Martina y yo cantamos el resto de la tarde, me enseñaba a controlar la voz, a manejar mis notas, a evitar mis chillidos, ella era muitíssimo buena.

Mi tiempo con ella acabó y yo me dispuse a volver a casa, debía caminar para tomar el autobús, me gustaba mucho caminar sola, así que puse mi audífonos y la música fuerte mientras observaba la gente.

" Ahí está! Alguien gritó a mis espaldas y mi ceño frunció.

No tuve que volver a ver, sabía de qué se trataba, así que corrí por la acera hasta encontrarme una cafetería, entre lo más rápido que pude y busque un baño. Cuando estuve en el baño, dejé escapar un ruidoso suspiro.

Aquellas personas persiguiéndome con cámaras no eran más que una gran basura, llevaban siguiéndome desde que el verano había terminado, buscaban explicaciones para mí " relación " con Purre. Él no había dicho nada a los medios así que acosaban a mí.

Era una gota más que agregar al vaso que rebalsaba todos los días.

Me eche a llorar tal cual una nena, con la frente apoyada en la puerta y mis cosas tiradas el suelo.

Todo aquello debía valer la pena si al menos yo estuviera con Purre aún, pero ya no lo estaba, no iba volver a verlo y seguramente él me odia, y además tenía que cargar con la estupida prensa siguiéndome a todos los lados.

Busque mi teléfono y le marque la única persona que podía sacarme de ese lugar.

Narra Renata

Renata: Muchas Gracias! Tomé entre mis manos los sobre que me extendía la señora de correos frente a mí y me gire campante.

No iba a aguantarme la curiosidad, en cuando salí de las oficinas de correo y entre el auto con Daniel.

Abrí los sobres y busque las palabras.

" Solicitud aceptada"

Renata: Síiii! Chillé de felicidade y me abalancé hacia Daniel y ambos reímos.

Daniel: Era óbvio que iban a aceptarlos! Me aleje de él para meter las cartas en sus respectivos sobres.

Renata: No arruines mi momento, Dani!

Iba a seguir hablando, pero el teléfono de mi hermano sonó, lo observe atender la llamada y su rostro se tensó, algo iba mal.

Daniel: Es Pili! Me explicó, y manejo y giró en otra calle. - Otra vez la persiguieron.

Minutos después estábamos sacando a Pilar de una cafetería llena de fotógrafos y algunos reporteros. Lo más absurdo del mundo.

Pilar se durmió en mi hombro el resto del camino a casa, la chica no lo dormía bien últimamente. Y me destrozaba verla así, Pilar era la persona más alegre que mejoraba el día de todos, pero desde el drama todo con Purre no había vuelto ser la misma.

Quería ver mi mejor amiga feliz, pero también quería ver a Purre feliz. Los quería verlo juntos. Pilar había sido testaruda al dejarlo, yo nunca había visto alguien tan dispuesto a todo por una persona como lo estaba Purre. En el fondo seguía teniendo esperanza de que el destino jugara su última carta a favor del amor entre ellos. Y yo, tenía esa carta en las manos.

En casa ya estaba Santiago esperándonos porque yo le había dicho que fuera, los senté a todos en la sala y cuando estuvieron prestándome atención comencé a hablar.

Renata: Chicos! Hace tres meses envié dos solicitudes para una beca que vi en la internet. ! Y ADIVINEN QUÉ.!  Todos en la habitación me miraron como si yo estuviera loca, rodé los ojos. - Lo que hago los ustedes, es una beca para que estudien música! Expliqué.  Pilar y Santiago intercambiaron miradas, luego ambos fruncieron el ceño .  - Que se han ganado una beca, GRACIAS A MI! Bueno, de nada.
Les di a cada uno los sobres ellos comenzaron a leerlo.

Pilar: Imposible! Susurro Pilar. - Esto es en Madrid, Renata, no iré.

" Pilar.. Santi y yo hablamos al mismo tiempo, lo mire de reojo, no tenía idea de que estaba pensando decir.

Santiago: Es una oportunidad fantástica para nosotros. Le dijo él, - Gracias! Entonces volvió a verme y obviamente mi corazón se derritió ante sus ojos azules.

Renata: Solo son seis meses, además, investigué y no te afectará en el año siguiente escolar. Yo pregunte a directora. Sonreí victoriosa, recordando lo mucho que me había costado.

Pilar se quedó callada y todos en la sala supimos lo qué estaba pasando en su cabeza.

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