¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuatro horas después...
—Pensé que te quedarías supliendo a Diego en el lavado ¿Qué haces aquí? ¿He? Porque llegaste tan temprano.
Estaba boca arriba con la cabeza apoyada sobre mis brazos. El sol golpeaba mi cara desde hace una hora y sabía que al abrir los ojos sería imposible ver con claridad.
Me quede estático en la misma posición a pesar de lo incómodo que era tener a Jimin al lado mío: el chico de ojos pequeños y cara pálida.
Este cabrón...
—Dime que haces aquí, —menciona y guarda silencio antes de continuar—: pero para ser honesto, me da gusto que estés aquí, me siento muy solo en esta casa. Además tengo miedo, tu tío me pidió ayuda para hoy, pero le dije que estaba enfermo así que si él te pregunta dile que tuve una fuerte indigestión ¿Ok?
Me le quede escuchando esperando que se callara, para tratar de seguir durmiendo tal y como lo haces con una mosca: Irritante, pero sabes que tendrá que callarse en algún momento.
—Jin... Hyung—tomo mi brazo y comenzó a sacudirme de un lado para otro—, Oye vi la foto de la chica, me pregunto si es humana porque más bien parece una muñequita de porcelana es tan bonita. Hyung, tú eres hombre no me digas que no sientes nada ¿Cómo te aguantas? ¿He?
Gruñí y me senté de golpe. Baje la mirada aun con los ojos cerrados, suspire, moví mi lengua en el interior de mis mejillas. Le miré. —Entonces porque no te vas.
—No tengo a donde ir, cuando me rescataste de ser secuestrado dijiste que me llevarías a conocer Corea a ese lugar; nuestro hogar y aún sigo aquí y yo no soy un asesino como tú, yo soy demasiado tímido y bonito para hacer esas cosas.
Mordí el interior de mi labio reprimiendo una sonrisa.
—Y dime, ¿Es tan bonita como en las fotos? Hace mucho que no tienes novia, desde que le desgraciaste la vida a la chica Nancy hace un año. ¿Por qué no lo intentas con la muñequita de porcelana?
No conteste, acaso tenía que decir algo bueno de ella. Acaso tenía que decirle cuanto la detestaba que daba asco tan solo de pensarle.
—Porque no vas a hacer mierda si eso es lo que estabas esperando. Esperabas a que te dieran ganas, pues vete al baño a ver si ya puedes y deja de joder...
Me levante y camine hacia la casa de nuevo, como podía decirle que su cara era angelical, su sonrisa tan bonita y sus ojos como el mismo sol que me quemaban cada vez que ella me miraba. Toda esa belleza no se comparaba al odio que sentía, no podía ni siquiera pensar en tener una vida. Cuando hace mucho que me desgraciaron una. Mi corazón estaba vacío, que dolía.
