—Cómo es que alguien así puede seguir en libertad. —Suspire—, mi madre murió hace dos años en lo que fue según un accidente, una bala perdida de año nuevo. Así que tampoco atraparon a nadie.
Él me miro atentamente, movió su lengua en el interior de sus mejillas y desvió la mirada al frente. — ¿Quién cuido de ti? —quise saber.
—Mi tío cuido de mí, —suspiro—y a pesar de que me dio todo, aún tengo que trabajar para terminar de cubrir los gastos de mi familia.
—Yo puedo ayudarte—dije con torpeza, sin darme la oportunidad de analizar bien mi propuesta, Jin se quedó en su misma posición, volviendo a mover la lengua en el interior de su mejilla. Segundos después con los labios apretados dijo: —Tienes mucho dinero... ¿No?
Jin saco el aire de golpe y tomo impulso con sus manos sobre sus rodillas para ponerse de pie, le mire, pero en segundos paso a un lado de mí para después azotar la puerta de la habitación dejándome completamente sola.
Apreté mis ojos con fuerza en cuanto la agonía quemo mi garganta. Nunca quise hacerlo sentir mal, tenía tantas ganas de ayudarle y que supiera que nunca lo dejaría que de ahora en adelante él podría contar conmigo, pero supongo que al tratar de ayudarlo termine ofendiéndolo.
Me había quedado esperando por él, pero no apareció. Tenía la cabeza apoyada sobre la pared, viendo como el día se iba de mis manos. Por un momento pensé en buscarlo, pero mis piernas tambaleaban, aunque estuviera sentada, no tenía el valor de verle la cara...
La puerta se volvió a escuchar y mi cuerpo se tensó a mí alrededor. Suspire y alce la mirada, Jin hizo de lado la boca a lo que parecía ser una sonrisa.
Camino lentamente y se inclinó frente a mí, segundos después suspiro, y tomo mi cara entre sus manos. Y de nuevo esa descarada y maravillosa sonrisa que le gustaba la agonía que él mismo me producía, sabía que le era divertido. ¿Pero por qué?
Suspire lentamente en cuanto sus labios tocaron los míos. Me derretí, aunque solo haya sido un roce...
—Lamento haberme ido, pero nadie antes me había querido ayudar con mis problemas, esto es nuevo para mí, lo siento.
—Lo lamento Jin, no quise ofenderte. —susurre.
Me atrajo hacia él y me abrazo suavemente para después ayudarme a ponerme de pie. Sujeto mi mano con fuerza y me llevo hasta la planta baja.
Su rostro se veía mucho más relajado que antes, se veía tan hermoso que era imposible describirlo con palabras.
— ¡Hey!
Jimin asomo la cabeza por la encimera de la cocina y nos sonrió, volvió a desaparecer y en segundos se asomó por la puerta, camino hacia nosotros con un plato lleno de papas fritas diciendo: —No vas a llevártela sin antes dejar que yo me despida—miro a Jin.
—Ni creas que dejaré que ella coma frituras a esta hora bastardo. La llevaré a casa.
Dijo Jin reprimiendo una sonrisa. Jimin gruño y tomo una papa para ponerla en su boca.
—tranquila buscaré tu número de teléfono cuando este loco se duerma y llamaré.
Mire a Jin y él me sonrió sujetando con más fuerza mi mano. Me jalo suavemente atrayéndome hacia él para después besar suavemente mi cabello. Y me derretí...
— Bueno podemos... Jin se quedó callado antes de terminar de hablar, la puerta principal se abrió lentamente y de la nada él se hizo a un lado. Le miré por el hombro, tenía la mandíbula tensa y la miraba completamente fija hacia el frente, sin parpadear.
Le seguí la mirada y entonces lo vi. Sentí que el suelo se movía y el aire se atoraba en mi garganta. Jungkook estaba de pie a lado de un hombre de baja estatura con los mismos rasgos físicos de Jin, su mirada era tan escalofriante que me había congelado.
Trague con dificultad en cuanto su mirada conecto con la mía, Jungkook asomo sus dientes en una sonrisa descarada y fría, recorriéndome de pies a cabeza hasta llegar a Jin que le miraba de manera repulsiva.
—Nosotros ya nos íbamos—hablo Jin de repente y me jalo nuevo, llevándome por el vestíbulo hasta llegar a un lado de ellos.
—Tú eres Cailin Marie Salvin ¿verdad?
Jin se detuvo de golpe cuando la voz del hombre de cabello canoso se escuchó, suspire y le mire diciéndole que si casi en un susurro. —Cuídate mucho.
Asentí de nuevo sin decir nada, me había quedado pasmada porque su voz era tan asquerosa que me producía náuseas. Y su manera de decir "cuídate mucho" había sonado más a una advertencia.
Y eso me daba escalofríos. Atravesamos con rapidez el jardín y mi mano ardía de la presión que Jin hacia sobre ella. Se había quedado callado cuando ese hombre llego, y su carácter había cambiado de nuevo.
Estaba tan confundida... ¿Qué mierda estaba haciendo Jungkook ahí?
¿Quién era ese señor? ¿Qué estaba pasando?
Jin soltó mi mano en cuanto pusimos un pie fuera de la casa, le mire atentamente cuando su mirada conecto con la mía. Suspiro y se acercó lentamente hacia mí.
—¿Qué hacía Jungkook con ese señor?
—Solo es mi tío—trago pesadamente—, y no sé qué hace ese bastardo ahí, pero lo averiguaré.
Él se detuvo y tomo mi cara sobre sus manos, su mirada conecto con la mía y sus ojos brillaron con tanta intensidad que parecían más grandes, y dijo: —Voy a protegerte...
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By Your Side
Fanfiction''Un amor prohibido e inevitable, con un final tan aterrador como dulcemente agonizante"