Nunca me había quedado callada cuando estaba con él, siempre intentaba lograr que él hablara más, porque su voz era uno de mis sonidos favoritos en todo este jodido universo.
Él había llegado veinte minutos después de que Namjoon se había ido a la oficina. Y yo no había podido negarme a salir con él, porque en realidad no quería decirle que no a la única persona que me había devuelto la vida.
No le había preguntado a dónde íbamos, pero él me sonreía dulcemente cada vez que me descubría viéndolo como una tonta en el espejo retrovisor. Su sonrisa había cambiado, pero su mirada hacia mí seguía siendo la misma desde que me vio por primera vez hace un mes.
Me le quede mirando atentamente, escuchando como contestaba las preguntas tontas de la radio, y le sonreía cada vez que le escuchaba decir "bingo" al contestar algo correcto.
Él era demasiado hermoso, sus pequeños ojos con doble parpado lo hacían lucir extremadamente sexy y sus labios eran tan apetitosos que moría por volverlos a besar. No había nada imperfecto en él, nada que me hiciera cambiar de opinión.
Yo sabía que esto no estaba bien, sabía también que era una estupidez de mi parte acceder a algo que quizá no tenía sentido, pero en el momento en que su sonrisa volvía aparecer mi vida se llenaba de un completo mar de color.
Él había llenado el vacío como nadie más lo había hecho, ese vacío que espere llenar durante dos años....
Apreté mis labios en una ligera línea en cuanto sentí la yema de sus dedos tocar mi mejilla izquierda. No puedo creer que me haya quedado dormida.
Apreté mis ojos antes de abrirlos por completo. Él estaba sonriendo...—Ya llegamos—me dijo.
Se alegó y salió del coche, le seguí con la mirada hasta que llego a la puerta del copiloto y la abrió para mí. Cuando salí pude apreciar con más claridad el lugar en donde estábamos, pero no me parecía familiar.
Lo único de lo que estaba segura, era que no estábamos cerca de la ciudad. Estábamos completamente aislados en lo que parecía ser un terreno. Suspire en cuanto vi la enorme casa que estaba frente a mí, y aunque estaba completamente rodeada por un barandal de ladrillos color vino y una enorme puerta de garaje blanca aún podía verse la parte de arriba, estaba construida del mismo material que el barandal combinando de manera perfecta con el techo de madera finamente tallada.
Le sonreí.—Porque está alejada de la ciudad. —Quise saber.
No había nada más que una pequeña carretera de un solo sentido que daba directo hacia la autopista. Y aunque solo era la única casa, los árboles que se expandían en toda la propiedad la hacía lucir preciosa y completamente acogedora.
Jin sujeto mi mano y comenzó a caminar hacia la puerta. Me detuve...
—Vivo aquí con mi mejor amigo... todo esto es de él. El sueldo que yo gano no me alcanza para algo así. —sonrió.
Miraba embobada cada parte de la casa. Era mucho más hermosa por dentro, vaya... la vista era diferente, el jardín parecía una jungla y las ventanas eran gigantes, las paredes tenían un suave color hueso y los muebles de colores neutros combinaban perfectamente. La casa era preciosa pero demasiado silenciosa... sin vida.
—Vaya... tu amigo debe tener demasiado dinero es mucho más bonita que la mía.Le miré y él sonrió complacido. Una vocecita se escuchó detrás de nosotros, era suave y pausada, me di la vuelta cuando las escaleras del segundo piso comenzaron a tronar.
El tipo parecía más joven que Jin y un poco más pequeño que él, se acercó y nos sonrió avergonzado.
Tenía el cabello ondulado y unos lentes de contacto azules, era demasiado lindo.—Hola, soy Jimin—Me miro de pies a cabeza con una sonrisa y las mejillas rojas—, sí que eres demasiado preciosa. — Suspiro y le sonrió a Jin señalándolo con la cabeza— este loco habla de ti todo el tiempo.
Mire hacia arriba y Jin le miraba reprimiendo un gruñido. Jimin aclaro la garganta y sin apartar la mirada de Jin, con voz temblorosa dijo:—Estaré en la sala, disfrutando de un buen juego. Y mientras te muestran la casa te prepararé algo para comer, ¿ok?
Le sonreí en respuesta a una amabilidad poco común, él se alegó y camino hacia la sala tratando de no prestar demasiada atención sobre nosotros. Mire de nuevo a Jin.—Parece que te tiene miedo, él quería seguir conversando con nosotros.
Jin se encogió de hombros para volver a tomar mi mano, comenzando a subir al segundo piso aun sin responderme.Llegamos al primer pasillo, era demasiado gigante y parecía que no tendría fin, con solo verlo comenzaba agotarme.
Le seguí sin reprochar absolutamente nada hasta que me llevo a la última puerta del lado derecho.Una habitación demasiado ordenada: tenía sabanas grises y cortinas del mismo color, los dos pequeños buros que estaban a cada lado de la cama desprendían un suave olor a madera fresca, olía delicioso.
Parecía que nadie hubiera dormido por un bueno tiempo aquí. Era fría y mucho más silenciosa que la planta baja.— ¿Ah Jimin le gusta el silencio oh a ti? —pregunte, me di la vuelta y le mire.
La puerta estaba cerrada y él estaba recargado sobre su espalda a un lado de ella. El suspiro lentamente y camino hacia mí. —nos gusta a los dos.
Dijo y camino hacia una de las esquinas de la habitación del lado derecho, abrió una puerta y me miro.¿Quién tiene dos puertas en su habitación?Me acerque lentamente y asome mi cabeza sobre la puerta antes de salir completamente.
Era una de las vistas más maravillosas que antes haya visto.Era un balcón que estaba en la parte trasera de la casa y daba vista hacia la ciudad, podía ver a los edificios y a una de las autopistas donde estaba segura habíamos estado antes de llegar aquí, era precioso.
—Me gusta estar aquí todo el tiempo.
Le miré y le sonríe, Jin se recargó sobre la pared y se deslizó hacia abajo hasta quedar sentado sobre el suelo.Hice lo mismo y me senté a su lado, subí mis piernas hasta que mis rodillas tocaron mis pechos y recargué suavemente mis brazos sobre ellas.
—A mi madre le gustaba los atardeceres.
Dijo después de minutos en silencio, le miré atentamente.
—Lo dices como si ya no le gustara.
—Mi familia está muerta. —me miro y sonrió. — mi madre, mi padre y mis dos hermanos.
Trague con dificultad. ¿Cómo pude ser tan egoísta?Quería formular alguna pregunta que no fuera incorrecta, pero apenas y lograba respirar con tranquilidad.—Como murieron.
Él apretó sus labios en una fina línea y suspiro pensativo.—Un amigo los asesino por dinero. Y aún sigue libre por la ciudad.
Lo dijo de una manera despreocupada y cortante. Jin volvió a sonreír, pero entonces entendí que una sonrisa a veces puede esconder hasta el más doloroso y profundo secreto.Es una defensa.
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By Your Side
Fanfiction''Un amor prohibido e inevitable, con un final tan aterrador como dulcemente agonizante"