Capítulo 20

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Un año antes

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Un año antes... 

Sabía que debía habérselo dicho desde hace mucho tiempo. Sabía también que no la quería en vida, aunque yo me hubiera jurado a mí mismo que podría amarla. 

Era tan sencillo tenerla y dejarla que ya no importaba si ella sufría oh no, hace mucho que compasión no estaba en mi lista. Pero ahora ya era demasiado tarde, yo mismo había destruido a una chica que cometió el error de haberse enamorado de mí. 

 —¿Y qué pasara con Nancy?, ella ha estado viniendo tres veces al día y espera afuera hasta tarde por ti. ¿Acaso es tu mujer? 

Trague con dificultad y le mire. —Ella es solo algo pasajero. —mentí. 

Mi tío soltó una carcajada, dejando el cigarrillo en el cenicero que estaba frente al escritorio. Y alzo una ceja diciendo: —Y ella lo sabe, le has mencionado que esto solo es calentura. Has salido con ella tantas veces que estoy dudando si lo que me dices es verdad, pero puedes tenerla y... 

—Es una perra igual que todas, —le interrumpí —no me importa. Que la invite a salir no significa que este loco por ella. 

La última cosa que yo haría en esta miserable vida sería aceptar enamorarme. ¿Amor? ¿Qué mierda es el amor? El amor es una completa estupidez creada por el hombre para no sentirte solo.

 Y yo no la necesitaba, ella merecía mucho más de lo que yo no puedo darle, ella merece amor y no migajas. 

La obscuridad se transformó en una ligera niebla que cubría la mayor parte de los edificios de la ciudad, no sabía cuánto tiempo llevaba en el mismo lugar, pero comenzaba a perder la paciencia.

Suspire profundamente antes de volver abrir los ojos. Gruñí por lo bajo y escupí la goma de mascar que aún tenía en la boca. Puse los ojos en blanco cuando volví a escuchar el mismo murmullo, ese asqueroso murmullo que comenzaba a fastidiarme, y que comenzaba a dolerme. Incliné mi cabeza y comencé a mover la lengua en el interior de mis mejillas. 

— ¿Cuánto tiempo más me vas a tener aquí? ¿Sabes lo mierda que es estar aquí sin hacer nada? 

Dije entre dientes, volviéndome de nuevo a ella, la chica linda de estatura mediana que estaba a unos metros de mí a la orilla del puente, con la mirada perdida. Sus manos apenas y eran capaces de mantener la fuerza sobre el tubo. 

Esa niña que intento salvarme ahora estaba a punto de rendirse. 

—Crees que tengo el tiempo suficiente para ti, —le dije —. Deberías haber llamado si esto iba a demorar. Deje un cargamento a supervisión, eres ridícula. ¿Acaso estas en horario de trabajo? Porque en el puente no tendrás ningún cliente. Aunque estés enseñando las bragas.

Ella miró a su alrededor y suspiro profundamente antes de dar otro paso más a la orilla. Por favor, no me retes... no lo hagas más difícil... necesito dejarte ir. 

Su labio inferior comenzó a temblar de nuevo, y aunque trataba de mantener la cordura no podía dejar de sentirme tan mierda al darme cuenta lo miserable que la hacía sentir. Yo sabía que podía amarla si me lo proponía, pero amor es un pecado siendo quien soy. 

—Tus bragas estarán a la vista de todos. —Suspire —, que es lo que quieres. 

Su rostro estaba bañado en lágrimas y el dolor que sentía en mi pecho por verla así era insoportable... Joder iré al infierno por esto. Ella volvió a sacudir su cabeza y se volvió a mí con torpeza. 

— ¿Por qué haces esto? —tartamudeo. 

—Hacer que... ¡Hacer que!

—Porque me tratas así. Tú me dijiste que dejarías todo.

La miré de arriba hacia abajo y solté una carcajada. — ¿Estás drogada? 

Ella inclinó su cabeza a un lado y me sonrió desconcertada. —Yo pensé que cambiarias, que si yo te apoyaba en esto, podrías cambiar por mí. Acaso ya no recuerdas cuando salíamos a caminar oh comer. Oh cuando me decías que me amabas, ¿ya no lo recuerdas? 

—Yo jamás te dije que esto sería para siempre, ni mucho menos te dije que tú eras importante. 

 — Yo si te amo a ti—ella susurró. — yo dejé todo por ti. Y si no me amas al menos me gustaría que encontraras el amor, aunque no sea conmigo. 

Suspiré y le sonreí

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Suspiré y le sonreí. —Solo quería acostarme contigo —le dije — escucha, si vas a matarte es mejor que lo hagas ahora. No tengo mucho tiempo, además no esperes que haga lo mismo que hice por ti la primera vez... Cuando casi te arrolla un coche, no soy Superman. 

Mi respiración se quedó suspendida en mi garganta, y su mirada se estaba convirtiendo en una súplica que trataba de ignorar. 

Me había quedado sin tiempo, nos habíamos quedado sin tiempo. Guarde sus preciosos ojos azules cristalizados en mi cabeza antes de darme la vuelta. 

Me alejé a pasos lentos, sin prisa tratando de conservar el mismo semblante al cual estaba acostumbrado. A no sentir dolor por nada ni por nadie... 

Me detuve, y mi corazón se quedó sobre mi pecho. Mis pies tambalearon y mi garganta se secó cuando el fuerte golpe se escuchó sobre la acera. Mi corazón ardió y mi cabeza se enfrió... yo pude haberte amado... lo juro.

Gruñí y me levanté de golpe, aun estando en la sala. Talle mi cara con la palma de mis manos y suspire lentamente tratando de recobrar la cordura. 

Alce la mirada y Jimin me miraba atentamente con los labios apretados sentado en el sofá a un lado de mis pies. 

—Otra vez ¿no? ... Hyung no puedes lamentarte toda tu vida. 

 Trate de controlar el nudo en mi garganta antes de responder—: yo tuve la culpa, si yo no la hubiera tratado así, ella seguiría aquí... conmigo.

—Que ella haya saltado del puente no fue tu culpa. Tú querías protegerla de esta vida de mierda que tenemos. No puedes culparte toda la vida. —Suspiro—, porque no proteges a la muñequita, trátala como a Nancy le hubiera gustado. 

 —No, aún sigue el plan. La familia Salvin se desplomará al igual que la mía. No pueden pedirme compasión cuando ellos no la tuvieron conmigo. Lo que soy es gracias a ellos. 

Jimin asintió lentamente y trago con dificultad. Segundos después descanso su espalda sobre el respaldo del sillón diciendo: —Cuando te fuiste con Cailin, tu tío pregunto el motivo para que ella estuviera aquí, y le dije que era parte de la estrategia para que te dé el diamante lo más rápido posible. 

 —Y la mierda de Jungkook que hacía aquí—pregunte. 

 —No lo sé, pero debes tener cuidado, escuche que Jungkook le mencionaba acerca de la graduación de esta semana. Después entraron al despacho y no supe nada más. ¿Jin estás seguro de que quieres que ella muera, aunque no tenga la culpa de nada? ... Que culpa tiene ella que su familia sea una asesina. 

 —Ese es el problema... su culpa es haber nacido en esa familia. 

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