¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sentí que mis ojos comenzaban a picar por una estúpida y extraña razón; no podía decir que era mentira, porque en realidad hace dos años prometí que esto pasaría. Hace dos años le prometí a mi madre que me casaría con él.
Pero eso no le daba el derecho de hacer algo sin mi consentimiento, la gente comienza a esparcirse de nuevo por el salón al igual que mi padre. Pero yo me quedo en el mismo lugar esperando que mis piernas respondan.
Aclaro la garganta y me giro hacia Namjoon que parece triunfante como si de esto se tratara todo. —¿Por qué no me dijiste nada? —pregunte casi en un susurro.
—Esto lo planeamos hace dos años—se encogió de hombros dándole la más mínima importancia—, tú estás a punto de terminar la preparatoria y podremos casarnos. Si quieres estudiar alguna carrera universitaria lo hablaremos, pero si no lo quieres está bien yo cuidare de ti, sabes que el dinero no es problema.
Miro hacia el techo esperando una señal divina que me impida no armar un escándalo. Suspiro y vuelvo a mirarle sin decir nada, Namjoon me mira atentamente estudiándome y segundos después su rostro se tensa. —Te has arrepentido.
¡Si, eso creo! Agito mi cabeza y pienso en mi madre y le dijo que no.
—Podemos ir a casa, estoy cansada.
—Mandaré por tu padre.
—Déjalo solo—me adelante a decir y le mire— nunca lo había visto tan feliz, parece diez años más joven.
Él asiente, sujeta mi cintura de nuevo y se gira conmigo para mirar a Jin con autoridad, él se acerca y le vuelvo a mirar. —Vamos a casa, prepare el auto. —gira su cabeza a su derecha y ve a Sam—, dile a James que fuimos a descansar y que disfrute la noche yo cuidare de su hija.
Me le quede mirando como una tonta, y espere hasta que Jin salió por la puerta principal. El miedo era un ácido que atravesaba mi garganta lentamente como si me recordara que lo que había pasado no era un sueño.
El tiempo que estuvimos en el coche camino a casa fue eterno e incómodo, el silencio era una mierda. Yo le miraba por el espejo retrovisor, ese mismo en el cual él me había sonreído tantas veces.
Tenía esa necesidad, de mirarle y deleitarme con su sonrisa, sus ocurrencias y sus conversaciones, pero mi pecho se congeló cuando durante unos segundos me miro por el espejo, su mirada era más obscura e intimidante sabía que quería decir algo, pero no algo bueno.
Debería odiarme y yo debería de aceptar ese odio por ser tan desgraciada. No quería que me odiara, ni que se convirtiera de nuevo en el Señor Kim, ese hombre grosero y silencioso que conocí hace un mes.
El coche se detuvo. Jin salió y abrió la puerta trasera del lado derecho esperando que saliera, pero no pude hacerlo cuando él volvió a mirarme con desdén. Suspire y me deslice hasta salir sin dejar de mirarle.
—Gracias señor Kim... vaya a descansar.
Hablo Namjoon una vez que volvió a sujetar mi cintura. Él me miro y segundos después se inclinó con cortesía y se fue. Y es como si se hubiera llevado un pedacito de mi alma, ese pedacito de alma que rogaba por una sonrisa. Por un simple "Todo está bien"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV JIN
Ocho horas después...
—Es tan jodido que estés así.
Él volvió a limpiar sus lágrimas. Y era tan jodido verle llorar por algo que no tenía sentido... este cabrón.
— ¿Por qué estás llorando ahora? —quise saber.
—Porque tú eres infeliz, todo lo que te paso cuando eras un niño y ahora lo que paso. No lo puedo creer, como es que lo soportas, me gustaría que dejaras de sufrir.
Murmuro, mordiendo su labio inferior tratando de controlar el llanto. La lástima era lo último que deseaba en toda mi jodida vida, la única palabra que podía ver de las personas hacia mí era lástima... suspire.
—Jimin...
—Que...
Él inhalo con fuerza y me miro tratando de contener el llanto. Le sonríe mordiendo mi labio evitando una carcajada.
— ¡Límpiate los mocos, bastardo! —Reí— no llores por un cabrón como yo. Llora por ti y laméntate al tenerme a mí como amigo. No te preocupes por mí y si piensas que me siento mal por saber que ella se casara estás equivocado, no me interesa. Aun así, seguiré con el plan.
—Hyung... como es que puedes hacerle eso. A una mujer...
Trate de dejar a un lado aquel asqueroso remordimiento. No tenía ningún sentido tenerle lástima cuando ni siquiera me importaba, que sentido tenía vengarme si ella no sufría de la manera correcta.
Ella era un ángel viviendo en un infierno...
El teléfono sonó dos veces y Jimin ni siquiera se había movido de la mesa. Me miro con el bocado en la boca y sonrió.
—Deberías cocinar tú la próxima vez...
Le dije, suspiré quitando el sartén del fuego.
Caminé hasta llegar a la sala y descolgué el teléfono. Su gruñido se escuchó antes de poder articular alguna palabra.
—Se suponía que deberías mantenerme al tanto de lo que pasa en esa casa.
Me mantuve tranquilo al escucharle, moví mi lengua sobre mi labio inferior controlando un gruñido.
—No ha pasado nada desde la última vez, ese tipo esta todos los días dentro de una oficina y solo llega a dormir y la hija solo va a la escuela... ¿Qué interesante tiene eso?
Una risotada se escuchó del otro lado de la línea.
—Porque mierda tenías que salvarla. Tenías que haber dejado que el auto la aplastara hasta romperla.
Mi cuerpo se tensó. ¿Dejarla morir? ...
—Con demasiada gente no podía hacer otra cosa, podrían haberme culpado de eso.
Él guardo silencio durante unos segundos, suspiro y gruño. — ¿Debería seguir confiando en ti? Podrás soportar el peso de tener a una mujer así y dejarla morir oh prefieres que lo hago yo.
Suspire. Ella regresó a mi cabeza. Ella sonrió. Ella me abrazo. Ella, era especial por más jodido que esto sonara para mí. Pero no era suficiente.
Como deseaba que fuera suficiente. —Yo la destruiré cuando el momento llegue y recuperaras lo que nos pertenece. Yo mismo terminaré con ella.