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Había tomado una ducha exactamente de quince minutos, para después sentarme sobre el suelo recargando suavemente mi cabeza hacia atrás sobre la orilla de la cama.
Y había comenzado a contar los días, todos eternos e imposibles de controlar. Cada día que pasaba era más mi necesidad de tenerle cerca. Debía ser fuerte, pero no sabía si sería lo suficiente para soportarlo.
Abrí los ojos y miré hacia la ventana. Mi teléfono comenzó a sonar y miré hacia abajo sobre la alfombra. El número se marcó desconocido sobre la parte central de la pantalla, suspire y en cuanto deslice el teléfono para contestar una voz siniestra y ronca me erizo la piel.
—Debes saber quién te está hablando. ¿Verdad? ... Quiero verte antes de que termine este día, te veo en la casa de los padres de Jin, si no llegas el que cobrará la vida por ti será él.
La llamada se terminó antes de que yo pudiera articular algo que tuviera coherencia. Pero no pude, me levante y limpie con las palmas de mis manos las lágrimas que se deslizaban sobre mis mejillas. Y sin pensarlo dos veces salí del edificio.
El frío caló hasta lo más profundo de mi piel a pesar de llevar una chaqueta de lana. Cruce mis brazos bajo mi pecho tratando de guardar un poco de calor que me permitiera seguir avanzando. No sabía cuánto tiempo había tardado en llegar, pero la gran casa; descuidada y tenebrosa se distinguió de las otras no solo por la gran distancia que esta tenía sino porque el color marrón se había deslavado y la madera del techo se había podrido.
Con este descuido nadie se acercaría si pidiera ayuda no solo por el asqueroso lugar sino que era demasiado tarde para que alguien quisiera acercarse a una casa así. Suspire. Camine hasta llegar a la puerta principal, tome el pomo de la puerta y esta dejo salir un chirrido tan profundo que se escuchó en todo el interior de la casa.
Mire a mi alrededor y todo seguía igual, de la misma manera en la que se dejó la última vez. Aguarde hasta que unos pasos se escucharon al final del vestíbulo que daba a la sala y mi piel se enfrió. Di un paso atrás y le miré... este señor era... ¿El tío de Jin?
—Vamos camina y quédate en la esquina de la sala, sin hacer ningún movimiento que haga enfadarme. —dijo él con voz ronca, señalando con uno de sus dedos la esquina de la sala del lado derecho.
Camine y mi mirada lo recorrió por completo y no solo a él, sino también a los otros tres tipos que salieron detrás de él con un arma en mano. No pude reconocer a dos de ellos, pero en cuanto la mirada del tercer tipo se puso sobre mí, bajé la mirada y comencé a orar si es que servía de algo.
¿Qué hacía Jungkook aquí?
—Él no tardará demasiado. —dijo el hombre de cabello grisáceo, se volvió a dos de los tipos que lo rodeaban y ellos asintieron desapareciendo del lugar, él me miro y me sonrió con descaro—será muy divertido, además si quieres vengarte del daño que este cabrón te hizo es el mejor momento.