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Estaba recostada de lado, viendo hacia la única ventana que daba luz al departamento. Tenía la cabeza apoyada en mi brazo derecho tratado de poder al fin conciliar el sueño, mi garganta dolía tanto que me era imposible llorar más, tenía la agonía en mi pecho, en mi cuerpo... en mi alma.
Y no podía hacerla desaparecer, tenía tanto miedo de seguir con vida y darme cuenta de que esto continuaría sin un punto final.
Había desaparecido de casa, desde esa noche. Namjoon y mi padre me habían llamado tanto que ya había perdido la cuenta, y es que no deseaba ver a nadie y temía que Lucia pudiera decirle algo a mi padre para que diera conmigo, pero si era así primero tendrían que matarme antes de hacerme regresar a lugares conocidos y llenos de dolor que ahora intentaba hacer a un lado.
Si tanto me odiaba porque no me había matado, hubiera agradecido esa opción, tan fácil y tan sencilla. Pero él se había encargado de hacerme sentir tan maldita que su mejor opción era tenerme con vida hasta que yo decidiera terminar con ella algo que había estado pensando.
Mi teléfono comenzó a vibrar marcado el nombre de "Lucia". Me senté con dificultad sobre la cama y contesté a regañadientes.
—No estaba segura si debía llamarte, ya que tú me advertiste que querías estar sola. Pero también me dijiste que si algo pasaba debía advertirte.
Menciono Lucia casi en un susurro. Suspire.—No sé, si yo quiera saber algo de lo que pretendes decirme.
—Si tu padre está molesto con el guardaespaldas es porque ustedes decidieron estar juntos ¿no?,Pero algo no está bien con el sexy guardaespaldas.
Tragué con dificultad y apreté los ojos reprimiendo el dolor del pecho al escuchar de él. Lucia ni siquiera sabía la verdadera razón por la cual había huido, pero si ella llegara enterarse nada saldría bien. Trate de suspirar y arreglármelas para contestar.
—Ah... ¿Qué sucede con el ahora? —pregunte.—Pues, como tú me lo pediste llegue a tu casa para preguntar por ti con tal de que ellos dejaran de preguntarme. Después escuché a tu padre decirle a Namjoon que sospechaba del guardaespaldas del robo del dinero que tenía en uno de sus portafolios, Namjoon le menciono un nombre raro, proís... prisma... dijeron que irían para que responda por el robo y devuelva el dinero.
— Cuanto que escuchaste eso...—Dije lentamente esperando su respuesta. Lucia menciono que desde la tarde y la agonía regreso— gracias por decírmelo.
— ¿Me dirás que es lo que está pasando?
—Te lo diré después... tengo que colgar.
Tire a un lado el teléfono y me senté de golpe a la orilla de la cama, mire a un lado y vi el portafolio que yo misma había tomado para poder ocuparlo en contra de Namjoon para que me dejara en paz. Pero lo había olvidado, suspire.
Debería dejar que se lo lleven y pague por algo que no cometió, que sufra y desaparezca de mi vida. ¿Quería verlo sufrir? La respuesta era sencillamente no. No soportaría verlo desaparecer, por más que esto me lastime, no soportaría saber que él ha dejado de existir, yo lo amaba tanto que esto me quemaba como cuchillos ardientes el pecho.