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Esta vez no pude distraerme en la escuela cada vez que tenía problemas, hoy fue demasiado agotador.
Estaba siendo una pervertida si seguía pensando en él y sus labios, en su olor... en sus ojos. Cada milímetro de su rostro estaba clavado en mi cabeza como un mapa mental. Tenía miedo de sentirme así, tenía miedo de sentir algo así y que al final no pudiera controlar.
No podía decirle nada a nadie de cómo me sentía porque estaba segura de que si yo le decía algo a Lucia me diría que había perdido la cabeza oh que quizá necesitaba un doctor. Claro que ella había admitido que estaba demasiado "candente" pero que no podría pasar nada a menos que quisiera que sus padres le cortaran la cabeza.
Así que tenía que sonreír por fuera y estar muriéndome por dentro, algo que funciona bien y algo de lo cual nadie se daba cuenta.Si las horas de clase habían sido torturadoras, la hora de salida lo había sido mucho más. Cuando pensé que Jin llegaría, el que llego fue Namjoon con una sonrisa radiante.
Claro que algunas chicas podrían verlo de vez en cuando y discretamente. Y es que Namjoon era guapo: sus ojos claros, su piel canela, su cabello bien peinado y ese traje gris lo hacían lucir atractivo.
Había estado callada pensando que debería llamarle y decirle que regresara, pero no lo hice y tampoco quise preguntarle a Nam sobre él. Cuando él me dejo frente a mi casa me sonrió y me dijo que más tarde regresaría a cenar, su voz parecía intimidante, como una advertencia, pero trate de no hacerle mucho caso a algo que para mí por ahora no tenía tanta importancia como saber de Jin.
Camine por el pequeño corredor que estaba a ambos lados del jardín con la mirada perdida, tenía miedo de mirar a mi alrededor y darme cuenta de que no estaba, que quizá él nunca regresaría.
Mi mochila se soltó de mi mano con torpeza, apreté mis ojos y me senté en el suelo como una niña a la que se le acaba de caer su paleta, comencé a meter y ordenar los libros que habían salido volando hasta que un par de dedos rozaron los míos.
Me quede mirándolos con asombro y segundos después alce la mirada.Le analicé lentamente pensando que esto era un espejismo, que quizá si me había vuelto loca y que ahora lo estaba viendo en mis sueños y que estaba dormida.
Le miré asombrada viendo cada rastro de su hermosa piel, de sus hermosos ojos marrones.El señor Kim estaba aquí...
Suspire lentamente recordándome como debía respirar antes de caerme de verdad hacia atrás. Su cabello cubría su frente, apenas y rozaba sus cejas. Esto era como un corte de emo reprimido; era largo, pero no a la exageración apenas y tocaba sus hombros era rebelde y sexy a la vez él era un príncipe sacado de un cuento de hadas.
—Así que estás aquí—le dije segundos después.
—Sí.
Me dijo apenas en un susurro, estaba en una rodilla sobre el suelo, ordenando mis libros. Sonreí al verle, se veía diferente...
