Capítulo 26

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— ¿Estás asustado? —le pregunté reprimiendo una carcajada

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— ¿Estás asustado? —le pregunté reprimiendo una carcajada. 

—No estoy asustado... Pero... ¿Por qué aquí? —tartamudeo, apartando la mirada.

— El guardaespaldas le tiene miedo a un parque de diversiones— Me crucé de brazos y le sonríe evitando carcajearme, el alzo la ceja derecha y aclaro la garganta apartando de nuevo la mirada de la mía. Suspire y lo tome de la mano. —no seas miedoso, ¿le tienes miedo a los juegos? 

— ¿Qué? —me miro y volvió a sonrojarse. —te demostraré que no le tengo miedo a nada. 

Sujeto con más fuerza mi mano y camino conmigo recorriendo el lugar. Era tan maravilloso, hace tanto que no veía aquí, vaya creo que desde los trece. 

Estaba tan emocionada que por primera vez desde hace dos días había olvido el dolor que recorría mi espina dorsal. No sabía en qué lugar estaba, a pesar de que en que cada pasillo en la parte superior con una pequeña placa se mostraba el mapa que podías seguir si no querías perderte... caminamos en cada uno de los pasillos empezando por la gastronomía hasta llegar a la sección de ganadería. 

Jin se veía mucho más joven y despreocupado con su cabello alborotado, tan hermoso cada vez que me sonreía y tan sexy cuando mordía su labio si estaba asustando. Me detuve y di saltitos a su lado cuando a lo lejos vi los juegos mecánicos.

 Le mire y lo jale con fuerza para comenzar a correr como dos niños hasta llegar al primer juego; "el remolino": era de forma circular como el carrusel, pero a lugar de los caballos estaba lleno de capullos de metal que dejaban solo ver la parte de enfrente.

Le miré de reojo cuando se sentó al lado de mí con la mirada perdida en el suelo tratando de evitar mirar al frente. Reí. —Será divertido, no saldrás volando como en destino final.

Él abrió los ojos de golpe y apretó mi mano con fuerza cuando el juego comenzó a moverse. Al lado izquierdo, grito con fuerza y recargo su cara sobre mi hombro. — ¡Jin! —le grité avergonzada, pidiendo que nadie nos viera. 

Pero él solo continuaba gritando en mi hombro, hasta quedarse completamente quieto cuando el juego disminuyo su velocidad. — ¡wow!... No tuve miedo. —se cruzó de brazos. 

Le miré y fruncí el ceño reprimiendo un gruñido — ¿Qué?

—Eres un miedoso, gritaste en todos los juegos en el remolino, en la montaña rusa, en el dragón y... 

Tomo mi cintura y me atrajo hacia él besando mis labios, sonrió sobre mis labios, se apartó y me miro. — fue divertido. — me sonrió—,nunca había gritado tanto. 

 — ¡Vaya! Si me hubiera dando cuenta en estos dos meses que mi novio era un miedoso para los juegos hubiera pensado en otro tipo de cita. Al menos no vomitaste nada de lo que comiste. 

—Fue divertido cariño.

Apreté mis labios en una ligera línea reprimiendo una sonrisa. "Cariño" joder esto sonaba tan sexy saliendo de él, que por un momento pensé que el suelo se estaba moviendo. Me había enamorado más de lo que la ley de la vida podía establecerte, lo amaba tanto que toda mi alma no alcanzaría para llenarme de él.

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