Capítulo 43

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Érase una vez un niño quien su familia significaba todo

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Érase una vez un niño quien su familia significaba todo. Y aunque su familia a veces no hacia lo correcto con solo recibir su amor era suficiente, como para cualquier niño.

Pero cuando le arrebataron a su familia por una sucia ambición de poder su mundo se destruyó. Fue enviado a un orfanato, su ira y su dolor siguió creciendo jurando que esas personas pagarían por su dolor y el de su familia. 

Un día el hermano mayor en su intento de detenerlo de su cruel venganza fue asesino y ese muchacho una vez más cayo devastado jurando de nuevo por su familia; que esos bastardos pagarían por su dolor y sus muertes dando así comienzo a su venganza.

 Y aunque al principio él no sabía que se arrepentiría de esto, siguió creyendo en su tío y en todas esas falsas mentiras. Y es que no tenía a nadie más en quien confiar, su tío se lo había ganado a pulso y le había dado todo a manos llenas.

Cuando supo el nombre de esa familia a la cual destruiría quiso dar una advertencia matando a la madre para al final quedarse con el padre sin saber que una chica le cambiara la forma de pensar en cuanto sus ojos conectaran por primera vez.

Y aunque sabía que había quedado encantado por su ternura y torpeza trataba de hacer a un lado esos sentimientos que habían crecido por arte de magia en el momento que la vio... Él se convirtió en el guarda espaldas de la familia y conoció a la chica. Ella era la chica, la hija de su enemigo el ser humano que se encargaría de destruir. 

El chico la odiaba tanto, más que a cualquier cosa, la envidiaba por el simple hecho de que ella aún conservaba a su familia. Así que decidió como primera venganza destruir a la hija de su enemigo, su único tesoro. Solo para que ella sintiera un poco del dolor que su padre le causo. Dándose cuenta muy tarde que ella era su hermana y que el verdadero culpable era su tío.

Cailin corría como loca alrededor del gran campo abierto, donde Jin la había llevado después de pedirle que se quedara. Ella se detuvo a mitad del campo y agito las manos en el aire sonriéndole de oreja a oreja y él le siguió correspondiendo de la misma manera. Era un gran campo más grande que una cancha de fútbol, quizá multiplicada diez veces... era hermosa sin nadie más que ellos dos, se habían alejado de la ciudad. Corrió hacia ella y la tomo en brazos y la alzo en el aire dándole vueltas sin parar, ella picó su ojo y Jin la bajo para que ella pudiera correr.

Sus risas y sus ojos iluminados era una señal de que se habían vuelto locos. Después de minutos los dos cayeron al suelo y se recostaron boca arriba viendo al cielo despejado, completamente azul. Cailin saco el aire y suspiro lentamente formulado mejor su pregunta... 

—Cuando tú creaste tu venganza, me dijiste que tu plan era hacerme sentir el dolor que sentiste cuando mataron a tu familia, a mi madre. Así que pretendiste amarme y destruir a mi familia, pero—ella giró su cabeza hacia la izquierda y le miro atentamente antes de continuar—, mentiste... cambio usted. Recuerda cuando en mi graduación alguien me hablo, mintiendo ser usted y me cito en un lugar extraño, usted lo mato y luego aparecieron otros y dejo que lo golpearan... Usted me protegió, dejando que casi lo mataran. Sí... aún no sabía la verdad entonces ¿Por qué no dejo que me golpearan oh mataran? Usted me defendió. 

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