(Jaime Sabines -Espero curarme de ti)
Jaime Sabines decía: Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
POV JIN FLASHBACK
Y honestamente creo que, al pasar los días, los meses y los años. No sería el tiempo suficiente para dejar de amarla, de pensarle y no me alcanzaría el tiempo para arrepentirme del daño que le había causado.
La amaba demasiado que me era imposible pensar en algo que no fuera ella. ¿Qué es el amor?
Un par de emociones que te hacen saltar y caer del mismo modo sin tener la oportunidad de detenerte. El amor es doloroso, es una mierda.
Mi cabeza daba vueltas y es que aún podía escucharla llorar en todas partes, podía aún ver sus ojos cristalizados mirándome pidiendo misericordia.
Me quedé de pie frente a la puerta de la entrada principal, fruncí el ceño y el aire se quedó en mi garganta cuando recorde todo de nuevo. Di un paso y abrí lentamente la puerta.
Y de la nada lo que mis ojos vieron fue la fuerza inmediata para correr hacia la sala y arrodillarme a un lado de Jimin; tenía una cortada en la mejilla izquierda y un balazo debajo de la costilla derecha.
Tome con suavidad su cuello sobre las palmas de mis manos y lo alce de modo que el resto de su cuerpo quedara apoyando sobre mi pecho. Le miré...
— ¿Jimin? ... Mírame. —Suspire de golpe dando suaves palmaditas en su mejilla.
Jimin tocio de repente y su boca se manchó de sangre, respiro lentamente de manera distorsionada y abrió los ojos.
—Tu... t... tu tío. Llego demasiado molesto,—dijo tratando de esbozar una sonrisa—él ya lo sabe y trato de sacarme la verdad, pero le dije que nunca traicionaría a mi hermano postizo. Registro toda la casa, pero no encontró nada, ahora no solo te busca a ti sino que a Cailin también. Lo siento... yo... no soy... demasiado fuerte... como... tu Hyung.
Apreté con fuerza la mandíbula conteniendo las lágrimas, agite la cabeza y lo abrace con un poco más de fuerza.
—Arriesgaste tu vida por mí y por Cailin... si eso no es valentía entonces creo que cualquier persona lo haría.
Jimin trato de soltar una carcajada, pero su boca volvió a llenarse de sangre.
—No puedes dejarme ahora bastardo... no tengo a nadie más que a ti. —tartamudee.
—La tienes a ella, lucha y protégela—sonrió débilmente—, y si es posible huyan y sean felices.
—No hables más hermano, todo estará bien.
—No...—tocio y trago con dificultad antes de volver hablar —prométeme... que me llevaras contigo. Que...me llev... llevaras a casa y me dejaras al lado del resto de tu familia. No quiero quedarme aquí...
Jimin elevo su mano derecha lentamente hasta tocar la mía y la apretó con todas las fuerzas de su alma y me sonrió. Mi cuerpo se erizó y mi corazón se había debilitado.
—Tú eres mi familia—conteste—y estarás conmigo siempre. ¿Ok?
Jimin no volvió a contestar, su mano se deslizó de nuevo cayendo con fuerza sobre el suelo y su mirada se perdió a través de mis ojos quedando plasmada para toda la vida.
Había perdido a mi segundo hermano. Lo único bueno que tenía conmigo, ese maldito infeliz me lo había arrebatado.
Mi teléfono vibró, apreté los ojos con fuerza y lo dejé suavemente sobre el suelo. Me puse de pie y saqué el teléfono de mi bolsillo trasero viendo marcado un número desconocido. Gruñí...
— ¡Maldito bastardo! —dije antes de que él pudiera decirme algo.
—Espera... Espera... La diversión del juego a un no termina. Te gusto el regalito que te deje ¿verdad? —él soltó una carcajada para después esperar mi respuesta.
— ¿Qué es lo que quieres?
—Qué te parece si jugamos de nuevo, estaré en el único lugar que acostumbras visitar y no estaré solo... porque pronto llegara tu maravillosa niña.
La llamada terminó y mi mano tembló. —Cailin—susurre y mire a Jimin que ahora estaba sin vida sobre el suelo.
Pensar en perderla también a ella era un dolor tan agonizante que no estaría dispuesto a sentir, no después de haber perdido a mi hermano. No podía perder a la mujer de mi vida.
Apreté los ojos con fuerza...y mis lágrimas no pudieron contenerse más. Sentí que el cuerpo se me partía en pedazos que el alma se iba de mi cuerpo.
—Esto es una pesadilla— susurré.
Jimin había muerto esta tarde por culpa de este bastardo y ahora estoy frente a este bastardo y mirando atentamente a esa mujer... a la mujer de la cual me había enamorado. Esto debía ser un completo error. Mi enemigo el ser más desgraciado estuvo siempre conmigo y me manejo a su antojo... agité mi cabeza lentamente tratando de mantener la cordura.
Ni siquiera podía ser capaz de contradecir algo que muy en el fondo yo sabía que no podía defender.
—Deberías de moverte un poco, estás congelado. Pero te advierto que le vuelo la cabeza si intentas algo.
Él me reto y yo herví de furia. En primera no debí haber venido en este momento, la policía ya debería de estar con Jimin, pero... yo decidí salvarla antes que a Jimin y no sabía si esto me hacía más despreciable. Esto debía ser el final, la agonía me estaba matando.
Cailin era mi hermana...
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By Your Side
Fanfic''Un amor prohibido e inevitable, con un final tan aterrador como dulcemente agonizante"