¿Qué hará el Príncipe Sol?

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Raken estaba bailando sobre los desvencijados techos de las construcciones de Zewn.

El primer impulso de Yaxah era abrir la ventana e ir por él, pero entonces...
Algo la detuvo.

Lo cierto era que nunca lo había visto bailar así.
Como siempre, Raken estaba bailando de una forma maravillosa.
Pero... triste.

Su plateado plumaje resplandecía con la luz de la luna.

¿De verdad esa Dusk era tan fascinante como para hacer sentir a un macho (que podía tener entre sus brazos a quien él quisiera) tan miserable por su ausencia?

Esa chica debe de ser la encarnación de una diosa.
Yo nunca podría ser capaz de cautivar así a alguien...

Sin saber porqué, Yaxah se atrevió a fantasear que no era Raken, sino otro macho; uno que con su danza, lograba transmitir el dolor que sentía de estar sin su pareja.

Yaxah lanzó un casi inaudible grito ahogado; se dió cuenta que sus ojos se habían llenado de lágrimas.

En verdad, Raken era un verdadero artista. Uno con sentimientos tan reales, que podía transmitirlos siendo él mismo, a través de su baile.

Se limpió la cara lo mejor que pudo, bebió un poco de agua para que su voz no sonara temblorosa y saltó por la ventana, para alcanzarlo.

(...)

-Alteza...

-Oh, demonios...- rezongó Raken por lo bajo, antes de darse la vuelta.

-Príncipe; le pedí que por seguridad, no saliera del cuarto que está compartiendo con Wukung,- dijo Yaxah, algo molesta.

-¡Wukung habla dormido... es súper perturbador!- replicó Raken haciendo una mueca que delataba un enorme desconcierto.

Yaxah giró los ojos y negó con la cabeza.

-Aún así... usted tiende a alejarse mucho sin darse cuenta y luego se pierde.

Rakan alzó una ceja.
-Ah, vamos. Estás exagerando...

-¿Hacia dónde queda la posada en la que nos hospedamos?

Entonces Raken comenzó a mirar de un lado a otro, luego, dió un salto hacia otro techo cercano, sin dejar de ver a todas direcciones.

-Esteee...

-Está perdido, ¿cierto?

-¡N-no! Bueno... sí, pero sólo un poquito.

-Volvamos a la posada; vaya a dormir en mi cuarto y yo dormiré en el ático.

-¿Qué? ¡Diablos, no!

-?

Raken rió y se sentó sobre las vigas del techo.
-Maldición, Yaxah... ese tipo de sugerencias, hacen que la hombría de cualquier macho se vaya por el drenaje.

Yaxah bufó.
Pero Raken volteó a verla.

-Oye, es verdad; nuestros egos son más frágiles de lo que crees,- dijo él mientras daba unas descuidadas palmadas sobre el techo, invitándola a sentarse.

Yaxah aceptó, pero se sentó a una distancia moderada del príncipe.

Raken supuso que era por respeto a su persona. No se equivocaba.
Suspiró resignado y alzó la vista al cielo.

De su bolsillo, sacó una pequeña botella con líquido verde.

-No es vino; pero es mejor que nada,- tras darle un sorbo, se la pasó a ella.
- ¿Gustas?

Yaxah se sorprendió. No tenía idea de cuándo la había conseguido.
-No, gracias.

-Oh, vamos... extraño beber acompañado.

Finalmente, Yaxah aceptó.
-Humph... está muy fuerte.

Raken asintió y se puso a contemplar la luna.
-¿Sabes? He visto tantas cosas en estos últimos 2 meses... me dan lástima las mujeres vastayanas que viven fuera de Lothlania.

-¿Porqué lo dice?

-No tienen ni idea de cómo usar magia. No cantan, no bailan...
Sus movimientos carecen de la gracia de nuestra especie Es... como si no supieran qué son realmente.

Yaxah volteó a ver al príncipe sorprendida.
Sí, ella también lo había notado; no vivían mal, pero parecían estar algo... vacías.

-Dusk no era así... por eso...

Entonces Yaxah abrió los ojos de par en par.
Ahí, frente a ella estaba el príncipe, llorando en silencio.

-No puedo imaginar a alguien como tú o yo... viviendo en estos lugares tan carentes de esencia, tan decadentes. Obligada y resignada a quedarse dónde está, sin la mínima oportunidad de...

En ese momento, la voz de Raken se quebró.

Yaxah lo miró, en silencio.

-Sabe... eso que dice tal vez aplica en las hembras que hemos encontrado, pero no creo que aplique en ella.

Raken volteó a verla, sorprendido.

-Lo que quiero decir es, que ella debe de ser una vastaya fuerte. Y por eso, tal vez su lugar es Nexus.

-¿Lo dices en serio?

-Sí, los guerreros más fuertes son en verdad apreciados ahí. Estoy casi segura de que si está en algún lugar y está bien, es en Nexus.

Raken se limpió las lágrimas y le puso una mano en el hombro a Yaxah.

-Gracias, en verdad... Co'om sehena.

(...)

En silencio, volvieron a la posada y cada uno se fue a su cuarto.

Pero cuando Raken entró por la puerta del suyo...

-¿Dónde estuvieron?- preguntó una voz conocida.
Era Wukung, despierto y mirando a Raken con enojo.

La Ceni(Xayah)cientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora