Una amarga victoria

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-¡No! Por favor... no te muevas...

Acercándose y tomándola en brazos, Raken aplicó su magia de sanación.

Y al segundo siguiente, su compañera se recuperó totalmente.

Yaxah abrió los ojos con lentitud. Y vio a su compañero. Estaba despeinado y con su manto de hombros torcido.

Pero aún con todo, le daba la impresión de que estaba más apuesto que nunca.

Acercó una mano al cabello de Raken y lo acarició.

-Gracias...- murmuró Yaxah con dulzura, al tiempo que le sonreía.

-Hey, cuando gustes- replicó él, aliviado de llegar a ella a tiempo.

Raken la ayudó a levantarse. Pero entonces, notó que ella aún estaba débil.

-Esas armas... aparte de hacer heridas difíciles de sanar... absorben magia,- dijo ella con frialdad.

-¡¿Qué dices?!

Yaxah asintió, al tiempo que le indicó a Raken que la ayudara a apoyarse contra un árbol. Tras hacerlo, el tronco del árbol irradió una parte de su magia y entró por el plumaje de Yaxah.

Tras recibirla, ella suspiró y se estableció de inmediato.

Yaxah y Raken se dirigieron hacia donde estaban los Alas Sombrías.

-Alteza, lady Yaxah...- dijo un Ala Sombría, sorprendido.

-Fueron ustedes... los que destruyeron el Nexo,- dijo otra.

Poco a poco, los guerreros vastayas se incorporaron, sin dejar de ver a la pareja con asombro.

-Ehm... sí; hola a todos,- anunció Raken, sintiendo la confusión de los combatientes al verlos en ese lugar.

-¿Dónde está Wukung?- inquirió Yaxah al resto del grupo. Entonces, todos comenzaron a verse unos a los otros, haciéndose la misma pregunta.

-Yo estoy aquí,- dijo el shimon adolorido, mientras era sujetado por un Ala Sombría.

Yaxah y Raken se acercaron a él.

-Wuk, tú fuiste el último que estuvo al lado de Tékrot, ¿sabes dónde está?

Wukung miró a Yaxah y a Raken con angustia.

-¡Tékrot... entonces no lo imaginé!

Se separó de su "ayudante" y comenzó a avanzar hacia el Nexo roto. Se tambaleaba y jadeaba por cansancio.

-¡Vamos, tenemos que encontrarlo!

Raken, Yaxah y los Alas Sombrías obedecieron al shimon, siguiéndolo.

Sin dejar de voltear a todos lados, Wukung empezó a explicar rápidamente lo que había pasado:

-Dijo que si había enemigos escondidos, atacarían a mis "clones" y eso me daría tiempo para trepar al Nexo y destruirlo el Nexo con un explosivo de Ying. Y después de eso, los Alas Sombrías atacarían a distancia.

Comenzaron a caminar con más velocidad entre la vegetación, seguidos por los otros centinelas. Wukung gimió, recordando lo ocurrido. Y continuó:

- Pero, entonces... ese destello perforó a mis copias y de alguna forma, ese poder me hirió a mí.

-Es una magia oscura muy poderosa,- añadió Yaxah, mientras buscaba entre las enormes plantas, iluminadas por la magia recién liberada.

-¡Quiso ayudarme, pero...!

-¿Pero, qué?- preguntó Raken, notando la desesperación en las palabras de su amigo.

-Una especie de niebla apareció detrás de él, ¡Y ya no lo ví más!

Entonces Yaxah comprendió; algún acólito que podía desvanecerse, lo habría atacado por la espalda. Y como dichos enemigos sólo se movían así detrás del Nexo, entre la maleza de los peñascos... sólo había un lugar en el que Tékrot podía estar.

A menos que hubieran decidido llevárselo.

Pero... ¿cómo lo rescatarían? Tal vez, si se apuraban, lograrían alcanzar a los acólitos y salvarlo..

-Alteza y lady Yaxah...- murmuró una voz, proveniente de un árbol que estaba cerca de los peñascos.

Yaxah la reconoció en el acto.

-¡Tékrot!- dijo ella, al tiempo que avanzaban hacia él.

Pero entonces, vio cómo su mentor también iba hacia ellos, avanzando con mucha dificultad. Y de repente, perdió el equilibrio

Raken se dió cuenta y corrió con celeridad hacia él, pasándole un brazo justo debajo de los suyos, e impidiéndole caer.

Con cuidado, lo puso sobre el suelo, sosteniéndolo de los hombros.

-¡Está herido!- chilló Wukung con voz temblorosa.

Rakan activó su cálamo reluciente, esperando curar a Tékrot, pero si bien sus heridas se cerraron, el viejo vastaya con rasgos de búho, no pareció mejorar en su totalidad.

Raken lo miró confundido. Tékrot lo miró, con una dolorosa sonrisa.

-N-no desperdi-cie su energía m-má-gica en mí... per-dí dema-siada sangre... y ya... no soy joven.

Yaxah se acercó y se puso de rodillas al lado de su mentor.

Al verla hacer eso, varios "Alas Sombrías" también se acercaron. Todos lo miraban con una terrible preocupación.

-No hables, Tékrot. ¡Conserva tus fuerzas para mantenerte despierto! Nosotros...

Pero lo cierto era, que no había nada que se pudiera hacer; si la magia de Raken no lo había podido curar... nada podría salvarlo ni comprarle tiempo.

Yaxah se acercó y puso su mano derecha sobre la de su mentor. Lo miró, intentado mantener la compostura. Sin saber qué hacer, desgarró un trozo de su vestido y comenzó a limpiarle la frente, sucia por el hollín.

-¡Urphila... va a estar furiosa si te ve así!- dijo la rebelde, intentando sonar severa. Pero su voz quebrada, la traicionó.

Tékrot sonrió dolorosamente, asintiendo con lentitud.

-Es ver-dad. Esa... com-pañera m-mía...

Sin embargo, no pudo terminar la frase. En vez de palabras, un terrible quejido de dolor, junto con un espeso hilo de sangre salieron por su boca. En ese instante, su rostro perdió el poco color que le quedaba.

Raken notó cómo el cuerpo del herido que sostenía en sus brazos, se debilitaba cada vez más. Sintió cómo se le hacía un nudo en su garganta y sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos.

Con las últimas fuerzas que le quedaban, Tékrot estiró sus manos, las puso sobre los hombros de Raken y Yaxah y murmuró:

-La ma-gia... está en... pe-li-gro. M-más Nexos... Orden Os-cura... por fa-vor...

La pareja de vastayas sintieron cómo las manos del guerrero temblaban. Al segundo siguiente, cayeron sobre su propio cuerpo, el cual comenzó a temblar de forma errática.

Las enormes pupilas de Tékrot desaparecieron tras sus párpados superiores. Y tras exhalar un lastimoso suspiro, la llama vital del respetable líder de los "Alas Sombrías", se extinguió para siempre.

La Ceni(Xayah)cientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora