Wanenka abrió los ojos de par en par. En todos los años que llevaba de alquimista, nunca había visto nada parecido; a poco de llegar al cenit, un extrañísimo halo rodeó la luna llena.
Comenzando a sentir las "punzadas" iniciales de un mal presentimiento, la anciana decidió tomar los ingredientes y meterlos en una bolsa de tela, a toda prisa. Tras hacerlo, se acercó a tomar el cristal.
¡FRUUUSH!
La alquimista cayó al suelo. Adolorida, volteó a ver quién había lanzado ese ataque.
-De modo que ése es tu " muro de viento"... sorprendente,- dijo Rivan a Yosuo.
-No es nada,- dijo el joniano encogiendo los hombros.
Darios se acercó a la anciana. La levantò y la esposó.
-Fue una buena idea que te nos "pegaras" junto con tu escuadrón, niña,- dijo Klod.
Ekki se acercó al cristal. Con ayuda de uno de sus inventos, escaneó al mismo y lanzó un silbido.
-Oh, vaya... esta cosa tiene suficiente poder como para dar electricidad a Zewn por décadas, ¡Ya comienzo a idear la máquina para éso...!
-No, Ekki... esto jamás debió salir de donde lo sacaron; esa criatura podría aniquilar a todos los que le impidan recuperarlo. Y ninguna reliquia vale tanto como para sacrificar vidas sólo por poder, - dijo Darios con una severidad combinada con un toque paternal.
Ekki miró al renombrado "mano de Nexus".
Al chico zewniano no le gustaba lo arcaico de la región; pero entendía porqué Darios era tan apreciado.
En verdad que el general priorizaba las vidas de todos... y ningún poder adquirido fácilmente (por muy fuerte que éste demostrara ser), lo haría cambiar de opinión.
-Tsk... Ok, sólo decía,- replicó el muchacho, al tiempo que ponía el cristal en un contenedor que había traído, el cual se adaptó al tamaño ideal del mismo.
-También lo arrestaremos a él, ¿no?- preguntó Rivan a Darios, señalando al mestizo.
Darios miró a Sitt, al tiempo que asentía con la cabeza.
-Tenemos que interrogarlo, saber si no obtuvo más cristales.
-No... no hay más...- gruñó Wanenka.
Pero Darios la ignoró. En lugar de eso, le explicó que quedaba detenida por ser parte del tráfico de objetos ilegales y por poner en riesgo la seguridad de los nexianos.
Desde que llegaron, todos se habían dado cuenta de que Sitt no podía moverse. Y claro, que tampoco podía hablar.
Y Wukung no podía asegurar si ése era el único cristal.
-Déjenmelo a mí...- dijo Klod, al tiempo que (con ayuda de las riendas) ordenó a Skeerl que pusiera sus patas delanteras sobre la pierna de Sitt. Al hacerlo, el yordle trepó por el cuerpo de la reptil, hasta llegar al hombro derecho del fornidísimo joven.
Al estar sobre éste, sacó una pequeña cantimplora de un maletín de cuero negro, que llevaba colgando de uno de sus pequeños hombros.
Tras destaparla, forzó los labios del mestizo con una de sus pequeñas manos y vertió el líquido del termo dentro de la boca de Sitt.
Una vez hecho ésto, Klod guardó su termo, regresó al lomo de Skeerl y le indicó que se alejaran un poco del gigantesco mestizo.
-3... 2... 1...
-¡¡¡PFFFTGUUUAAARGHHH!!!
Sitt cayó de rodillas, poniendo una de sus manos alrededor de su boca y golpeó el suelo con la otra, al tiempo que sus ojos parecían querer salirse de sus cuencas.
-Uhhh... Klod, ¿qué le diste?- inquirió Wukung, poniéndose de cuclillas cerca de Sitt.
-Jugo de hongos sin fermentar, concentrado de yerba mate, adrenalina de la glándula suprarrenal de "Espino Rojo" en celo y extracto puro de kombucha.
Mientras escuchaba qué era lo que lo había obligado a beber, Sitt continuaba de rodillas, sin dejar de carraspear:
-Nauseabundo...(tos) asqueroso (arcadas), repugnante (tos, tos)... ¡vomitivo!
-¡Bah, qué llorón! No te lo dí para degustación, sino para que pudieras volver a moverte.
Entonces, el mestizo dejó de toser casi en el acto. Era verdad; ese líquido le había devuelto la movilidad. Sin tiempo que perder, se levantó, presa de la angustia.
-¡Ella... está en peligro!- gritó el jefe mientras intentaba correr hacia donde se hallaba Ekki, con el cristal, pero sus pernas fallaron y trastabilló.
-¡Cuidado, Sitt!
-No tan rápido; deja que el tónico para músculos que te di, surta bien su efecto.
Wukung también se incorporó.
-¿Que dices?
-Vimos cómo esa cosa enorme se dirigía hacia donde ella vive y esta... esta maldita vieja, no me advirtió que...
-Sitt, ¿de quién hablas?
-¡De mi madre!
-A ver, tranquilízate; seguro que Yaxah y su compañero ya están ahí y la van a...
Pero entonces, Wanenka dio tres patadas en el suelo con su pie, al tiempo que gritaba en un idioma ininteligible.
Entonces se oyó como si la tierra cercana a ellos se abriera. Y en un abrir y cerrar de ojos, de esa enorme grieta, salieron 10 monstruosos golems.
-Si yo no obtengo lo que quiero del cristal.... ¡NADIE LO OBTENDRÁ!
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La Ceni(Xayah)cienta
FanfictionTodos y cuando digo todos, son ABSOLUTAMENTE todos los que están leyendo esto, saben básicamente de qué va la historia de la Cenicienta. No es nada complicada, ¿cierto? Después de todo, es un cuento para niños. Pero... ¿Cómo sería dicho cuento si f...