La Ceni(Xayah)cienta

Preludio de una venganza

-¿Qué es lo que quiere?
Preguntó Yosuo, con un resoplido.

-Que le pongamos más banderines al restaurante. Y que adhiramos estas calcomanías del escudo de Nexus, a los menús.

-¡Argh! ¿Y no nos lo pudo haber dicho más temprano? ¡Sólo falta una hora para que la gente empiece a llegar!

-No te quejes y ayúdanos con ésto- dijo Galaeth serio, mientras veía cómo podía entrelazar una tira de banderines entre otras que ya estaban bien colocadas.

-¿Te sientes bien, Galaeth?- preguntó Ekki algo preocupado.

-Esteee... sí, ¿por?

-Te oyes... "apagado",- señaló Yosuo, mientras despegaba una calcomanía, analizando cómo quedaría más derecha... con ayuda de su katana.

El vastaya de plumaje azul se giró y nerviosamente, respondió:
-Bueno, ya... ¡tengo un poco de pánico escénico! una cosa es entretener a los de Lothlania, ¡pero esto es Nexus!

Ekki y Yosuo asintieron.
-Lo harás bien, "plumífero."
Sólo canta como siempre lo haces.

-Y si no les agrada, pues... Akari no piensa dar ninguna devolución,- finalizó Yosuo.

Los 3 rieron.

Pero lo cierto era, que Galaeth estaba pensando en otra cosa.
Una muy grave.

(FLASHBACK/RAKEN P.O.V.)

Raken sentía la cálida mano de Yaxah acariciándole los cabellos que cubrían su nuca.

En ese momento, él levantó su propia mano y la puso sobre la de ella.

-Pero, miella... ya me contaste que quiso ofrecerte un collar que "tenía" algo raro...

Yaxah puso su otra mano sobre el hombro derecho de él.

-No acepté esa gargantilla... y no aceptaré nada que la "pluma de Dusk" me señale como algo peligroso.

-Y para evitar malos entendidos... yo iré también.

Yaxah miró a Klod y Raken alzó un poco la cabeza, para mirarlo también.

-Klod...- dijo Yaxah, pero...

-¡No puedo expresar lo agradecido que estaré con usted!- Gritó Raken, al tiempo que se incorporaba y estrechaba la pequeña mano del yordle, a modo de saludo efusivo.

-Seeee, como sea...- gruñó Klod, al tiempo que se zafaba del agarre del vastaya y se encaminaba a una alacena.

En esos momentos, los 3 se encontraban en la casa del yordle, la cual estaba justo al lado del granero.

Era una casa hecha a base de madera, la cual tenía todas las proporciones para un ser humano promedio, sólo que en toda la misma, habían pequeñas escaleras hechas por el mismo yordle, para facilitarle el acceso a todo.

Así pues, el diminuto vastaya subió por unas escaleras, hasta llegar a una base, en la cual depósito algo que parecía ser un enorme trozo de carne seca de serpiente.
-Sólo tengo que cortar ésto...

Pero, en ese momento, la puerta se abrió de golpe.

Era un humano que Klod conocía muy bien.
-Darios.... ¿Qué te trae por aquí?

(Fin del FLASHBACK)

Entonces, por lo que el nexiano les informó, esta noche, "algo" podría atacar Nexus. Y sólo los guerreros de la región lo sabían.
Bueno, ahora ellos también.

Y esa misma mañana, había llegado Wukung, como uno de los tantos soldados encubiertos de Jonia.

Si tan sólo pudieran decírselo a los civiles... pero no era bueno para la moral de los nexianos renunciar a su celebración por eso.

Raken no podría ayudar a Yaxah y eso le preocupaba.

-Oí que Suona también tocará su instrumento,- dijo Ekki.

Yosuo puso cara de interés.
-Es una chica muy atractiva... tal vez pueda sacarle plática después del espectáculo.

Ekki y Galaeth se miraron de reojo, conteniendo una risa.
-¡Suerte con eso!- exclamó él zewniano.

                             (...)

-Pero, señora Cralia...

-Lo digo en serio, linda.

-Yo, no creo que sea una buena idea...

-¡De verdad, todo estará bien!

Yaxah miraba un tanto preocupada a la madre de Sitt.

Y es que había ocurrido algo muy extraño; apenas si su hijo y Wukung se habían marchado, la mujer parecía haberse curado, en un abrir y cerrar de ojos.

Ahora, Cralia se estaba trepando a una escalera, con el fin de cambiar las cortinas de la sala, mientras Yaxah sostenía el armatoste.

-¡Debe de haber sido el caldo de serpiente! Ah, el señor Klod fue muy amable.

Pero... aunque era verdad que dicha sopa ayudaba a reponerse de varias enfermedades, Yaxah no estaba muy segura de eso.
No... ella mejoró... desde que su hijo se marchó con esa caja...

La señora Cralia terminó de destrabar las cortinas y se puso a la tarea de quitarles los ganchos, con el fin de poner otras.

-¡Oh, lo olvidé!- exclamó tras mirar hacia la ventana.

-¿Qué ocurre?

-Mira al pobrecito árbol de mangos... Hay que quitarle algunos de encima...

-Esteee... ¡yo voy! No... no creo que sea bueno que respire el aire de afuera todavía.

Cralia sonrió y aceptó la propuesta de la cuervo violeta.

Aún muy confundida por la súbita recuperación de la juloah, Yaxah tomó un cesto de la cocina y se dirigió al árbol con el fin de ver cuáles ya estaban maduros.

Pero entonces, oyó a alguien cantar. Era una voz muy familiar...

-¡Justo a la vastaya que quería ver!

Yaxah lo miró, frunciendo el entrecejo.
-¿Wukung? ¿Porqué regresaste?

-¡Sitt me pidió que te dijera que no te preocuparse por nada! ¡Que irá a conseguir ayuda, apenas si le entregue el cristal a Wanenka!

Tras decir eso, Wukung se trepó al árbol y comenzó a cortar mangos.

Yaxah lo miró perpleja.
-¿Qué cristal? Yo hice las compras para Wanenka y no compré ninguno.

Entonces, el shimon rió.
-¡No, tontis! El cristal lo tenía él en su cuarto. Se lo llevó a ésta alquimista para hacer... Oh, no me dijo, pero no importa. Tooodooo estará... bieeen...

Yaxah dejó la cesta en el suelo y subió al frondoso árbol.
-¡Wukung! ? Qué diablos te pasa?

Wukung la miró y rió.
-¡Nada!

Pero entonces, Yaxah lo vió.
Una pequeña y apenas visible neblina púrpura, salía del peludo cuello del shimon.
-¿Qué tienes aquí?

-¡JAJAJA! !Para, me haces cosquillas!- exclamó él, mientras ella lo registraba.

Y... encontró la causa.

Entre el pelo del shimon, estaba la misma gargantilla que Sitt había querido regalarle hacía un tiempo.
Sólo que en ese momento, era de un tenue color naranja, que se confundía entre el pelaje color avellana de Wukung.

Mientras Yaxah intentaba quitársela, murmuró para sus adentros:

Cometió un grave error, "jefe"... y yo me encargaré de que se arrepienta...